1º DE MAYO. MEMORIA, ACCIÓN Y REALIDADES

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

ADMONICION DEL 1º DE MAYO

José Carlos Mariátegui*

La conmemoración del 1º de Mayo, ha ido adquiriendo, en el proceso de la lucha por el socialismo, un sentido cada vez más profundo y preciso. Hace ya mucho tiempo que no se reduce a la conmemoración de los mártires de Chicago. Ese fue su punto de partida. Desde 1888 en que el Congreso de Paris instituyó una conmemoración, el proletariado mundial ha recorrido una parte considerable del camino que conduce a la realización de sus ideales de clase.

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En ese tiempo, se ha sucedido, en su historia, muchas jornadas de luto y también muchas jornadas de gloria. La clase obrera ha entrado en su mayor edad. La crónica de su ascensión económica y política, registra siempre grandes acontecimientos que impiden al proletariado limitar la significación del 1º de Mayo a una sola efemérides.

La experimentación, la actuación del socialismo ha empezado desde 1918. Quedan aún por ganar las más difíciles y largas batallas. Pero, en la lucha, la clase obrera acrecienta incesantemente su capacidad para crear un nuevo orden: el orden socialista.

El 1º de Mayo, afirma todos los años la solidaridad internacional de los trabajadores. Es la fecha internacional, universal por excelencia. En su celebración coinciden las avanzadas del proletariado de los cinco continentes. En este hecho reside su mayor significación revolucionaria. Lo sienten bien los nacionalismos reaccionarios cuando, como el fascismo, en Italia, se empeñan en proscribir esta fecha del sentimiento de la clase trabajadora. Empeño inútil, porque nada dará un carácter mas religioso y profundo a la conmemoración del 1º de Mayo en el espíritu de cada obrero, que la persecución y condenación reaccionarias.

El fascismo está resucitando en Italia la edad heroica de las catacumbas. Este día transcurre hoy en Italia, sin comicios, sin huelga, sin himnos revolucionarios, sin banderas rojas; pero en mil hogares escondidos se jura con más fervor y resolución que nunca, la fe en el socialismo.

fotoHay que desterrar del 1º de Mayo, todo lo que en mucho ha tenido, y tiene todavía, el rito mecánico de simple efemérides. La lucha por el socialismo no se nutre de evocaciones dolientes o coléricas ni de esperanzas exaltadas. Es, antes que nada, acción concreta, realidad presente. Trabajan por el advenimiento de una sociedad nueva los que todo el año disciplinada, obstinadamente, combaten por el socialismo; no los que en ésta u otra fecha sienten un momentáneo impulso de motín o asonada.

Para nuestra vanguardia obrera, cada 1º de Mayo representaría muy poco si no señalara una etapa de su propia lucha por el socialismo. Año tras año, esta fecha plantea cuestiones concretas, actuales. ¿Cuáles han sido los resultados y la experiencia de la acción desarrollada? ¿Cuáles son las tareas del porvenir? El problema que hoy se presenta, en primer plano, es sin duda, un problema de organización.

La vanguardia obrera tiene el deber de impulsar y dirigir la organización del proletariado peruano, misión que reclama un sentido de responsabilidad, al cual no es posible elevarse sino en la medida en que se rompa con el individualismo anarcoide, con el utopismo explosivo e intermitente de los que antes, guiando a veces las masas, se imaginaban que se les conduce hacia un orden nuevo con la sola virtud de la negación y la protesta.

Reivindiquemos íntegra, absolutamente, el derecho de asociación de los trabajadores, su libertad de organización legal, en las ciudades, las minas y las haciendas. Y asumamos la tarea de que la reclamación de este derecho, sea la afirmación de una capacidad. He aquí la obra por cumplir; he aquí la misión por absolver. Que el 1º de mayo sirva esta vez para que, comprendiéndolo, afirmémonos, sin inútil declamación la voluntad y la aptitud de realizarlas.

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* Publicado en Labor, Nº 8, Lima, 1º de Mayo de 1929.

En: José Carlos Mariátegui, Ideología Y Política, Ediciones Populares de las Obras Completas de JCM, Tomo 13, pág. 117. Empresa Editora Amauta.
Enviado por Omar Meneses al grupo de discusión Ecuador Rojo
(http://es.groups.yahoo.com/group/ecuadorojo).

PROPUESTA PARA COMENZAR ESTE PRIMERO DE MAYO

Un correo electrónico que circula profusamente desde el 29 de abril de 2006.

Nosotros en América Latina este 1º de mayo sugerimos: no comprar ni visitar locales de franquicias o empresas imperiales; esto quiere decir:
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– No Mc Donalds,
– No Burguer King,
– No Pizza Hut,
– No Kentucky Fried Chicken,
– No Starbucks,
– No Subway Sandwiches,
– No movie… No Blockbuster,
– No Cinemark,
– No Radio Shack,
– No Dave & Busters,
– No Coca Cola y similares,
– No Gasolineras Shell, Esso, Chevron…
– No Continental,
– No United Airlines,
– No AmericanAirlines, etc.,
– No City Bank y otros,
– No DHL o FEDEX,
– No Sony Entertainment, American Network, Warner Channel, MTC, etc.,

Tampoco ir al súper. Mejor sería no salir: hay mucho en qué pensar en este día. Si necesita algo vaya a la tiendita, el abasto, el mercado del barrio. Evite
Wall Mart y otros. Podemos vivir un día –y toda la vida sin ellos–. ¡Cerremos filas!

Lima:
CONCERTACIÓN Y MOVILIZACIÓN

– Plaza dos de Mayo a las 12:00 m.
Preconcentración del Foro Centenario en la esquina del cine Venecia (La Colmena) a las 11:45 a.m

Acto artístico cultural
Local de FEDIPA: Jr. Viru Nº 350 Rimac 5.00 p.m

Buenos Aires
MOVIMIENTO INTERSINDICAL CLASISTA

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A las 2 pm, en Buenos Aires, en la histórica Plaza Lorea –Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña–, para marchar posteriormente al acto unitario en Plaza de Mayo.

Convocamos a este acto con las siguientes consignas:

– No al tope salarial: contra el acuerdo de la burocracia, las patronales y el gobierno. Salario igual a la canasta familiar (2.200 pesos).

– Basta de precarización laboral y de trabajo en negro. Derecho a la estabilidad de todos los trabajadores. Basta de sumas en negro en los salarios.

– Basta de represión. Libertad y desprocesamiento de los compañeros de Las Heras, y de todos los presos políticos.

– 82 % móvil para todos los jubilados.

– Universalización y aumento de los planes sociales para el conjunto de los trabajadores desocupados. Trabajo para todos.

– Apoyo a todas las luchas populares, en particular a la lucha de Gualeguaychú contra la contaminación ambiental.

– No al pago de la deuda externa.

Lima
1º DE MAYO LIBERTARIO

A partir de la 1 p.m. (hora exacta) en el Auditorio César Vallejo del Boulevard de la Cultura Quilca. Jirón Quilca 263. Cercado de Lima –a cuadra y media de la Plaza San Martín–.

Organizan: Grupo Estrella Negra y Colectivo MARginales.
Nos manifestamos frente al 1º de mayo sin celebraciones anquilosadas ni marchas acríticas, en un acto político cultural de memoria histórica y reevaluación de las luchas y jornadas revolucionarias del pasado hasta los tiempos actuales de nuestra clase.

Proyección de videos

– América Latina en movimiento (Análisis y estudios sobre los movimientos sociales que resisten a la globalización económica en Latinoamérica).
– La corporación (Una perspectiva muy crítica y real sobre las grandes
corporaciones).

– Zanón (Colectivización de fabrica por lo/as mismo/as trabajadora/es en
Argentina).

Exposiciones y debates

– En memoria de los mártires de Chicago (Miguel Tauro).

– La lucha del anarcosindicalismo por la jornada de las 8 horas en el Perú (Manuel Humala).

– Actualidad del pueblo trabajador (Franz García).

– Trabajar, ¿para qué? (Jesús Cossío).

Además: Feria de cultura libertaria, trova social, poesía y exposición
de imágenes…

Por la libertad de las/os trabajadoras/es, la autogestión y la lucha por la dignidad de todas/os las/os marginada/os, explotadas/os y excluidas/os.

1º de Mayo – América del Sur:
SINDICATO Y GOBIERNO, COCTEL MALOGRADO

En Argentina, Brasil, Uruguay y en menor medida en Chile gobiernan fuerzas políticas afines al sindicalismo, pero las relaciones entre ambos actores arrojan hasta ahora balances contradictorios y a menudo críticos, según expertos y líderes laborales de estos cuatro países.
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Gustavo González*

La celebracióndel Día Internacional de los Trabajadores sorprende a los sindicatos del Cono Sur latinoamericano en una doble lucha, en la que deben defender derechos conculcados o recortados por el neoliberalismo imperante en los años 90 y, al mismo tiempo, bregar por mantener su influencia en un escenario social en que irrumpen cada vez más otras organizaciones.

Expresiones de la discriminación, el desempleo crónico y de la precariedad o informalidad laboral, como los piqueteros de Argentina –trabajadores desocupados– o los comités de morosos en el pago de viviendas populares y los mapuche en Chile, concurren actualmente a las noticias sobre movilizaciones y la agitación con mayor asiduidad que las centrales sindicales.

En Brasil, el éxodo rural aumentó en términos relativos la sindicalización en el campo, pero el Movimiento de los Sin Tierra (MST) se mantiene como actor combativo, con alta participación en los conflictos, lo cual no ocurre con la Central Única de Trabajadores (CUT). Las dos agrupaciones están identificadas con el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

El índice de sindicalización se estima en Brasil en 18 por ciento de la fuerza de trabajo, según datos de 2004, con una recuperación de 15,9 por ciento respecto de 1988, lo cual podría atribuirse al influjo de la llegada por primera vez al gobierno del PT, en enero de 2003, con el ex líder sindical Luiz Inácio Lula da Silva como presidente.

En Argentina, donde las investigadoras Adriana Marshall y Laura Perelman se lamentan de la falta de información y carencia de datos confiables y comparables históricamente sobre la afiliación sindical, se pudo estimar que ésta osciló entre 42 y 47 por ciento de la fuerza laboral en el convulsionado período que va desde 1988 a 2003.

Mientras Argentina mantiene, con todo, esa alta sindicalización atribuible a las redes de asistencia social gestadas con apoyo oficial desde las organizaciones laborales, en Chile, pionero en América Latina en la implantación del neoliberalismo bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), esa tasa es apenas de 13 por ciento.

En Uruguay, según la central sindical única PIT-CNT, se rompió en 2003 la tendencia a la baja de la sindicalización, común a toda América Latina y al mundo en desarrollo, y la tasa se ubica ahora en 24 por ciento de la población económicamente activa. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha requerido más antecedentes para conocer el fenómeno del crecimiento.

El PIT-CNT tiene una identificación fuerte con el Frente Amplio, la alianza política de la izquierda que en octubre de 2004 ganó por primera vez las elecciones para instalar desde marzo de 2005 el gobierno que encabeza Tabaré Vázquez.

Helios Sarthou, catedrático en Derecho Laboral de la estatal Universidad de la República, apuntó en declaraciones a IPS la existencia de «un complejo de culpa en la izquierda», que lleva a Vázquez a buscar una política conciliatoria en las relaciones laborales.

Esto abrió el camino para que el sector patronal conformara «un impresionante lobby», que le reporta «una mayor influencia en el gobierno y la obtención de más logros que el sindicalismo», según Sarthou, que, a su entender, los empresarios han alcanzado más ventajas que en los precedentes gobiernos de derecha.

El experto, ex senador frenteamplista pero que hoy se manifiesta crítico del gobierno, admitió que a este cuadro concurre el PIT-CNT, que optó por disminuir la combatividad, en una posición de expectativa.

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En Chile. Esa misa situación se da en Chile por parte de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) frente al nuevo gobierno de Michelle Bachelet, de la centroizquierdista Concertación por la Democracia en el poder desde 1990.

El socialista Arturo Martínez fue un crítico permanente de la gestión laboral de su coideario Ricardo Lagos, a cargo de la presidencia de Chile de 2000 al 11 de marzo pasado. Para el dirigente sindical, bajo el anterior gobierno persistió un panorama laboral con «empresarios que se acostumbraron a pisotear los derechos laborales y a no cumplir la ley».

Los cuatro mandatarios que se han sucedido en Chile desde la restauración democrática en 1990 están sustentados por una coalición de cuatro partidos de centroizquierda. Uno de ellos, el Socialista, al cual pertenece también Bachelet, dirige la CUT en alianza con los comunistas, que no forman parte del gobierno y se definen como oposición de izquierda.

La alianza socialista-comunista en la CUT es el último resabio de la Unidad Popular que gobernó con Salvador Allende desde 1970 hasta el golpe de Estado de 1973, pero su mirada apunta, según ha dicho Martínez, a reformas laborales que respondan al moderno escenario de la globalización con sus secuelas de precarización del trabajo.

De los casi cuatro millones de empleados dependientes, sólo 13 por ciento está sindicalizado en Chile, y 58 por ciento de ellos no tendrán fondos suficientes para jubilarse en el privatizado sistema de pensiones, mientras 57 por ciento de los trabajadores informales no tiene cobertura previsional, se señaló en febrero, en el 53 aniversario de la CUT.

José Andrés Herrera, subdirector del Programa de Economía del Trabajo, un centro de estudios independiente, señaló a IPS que Chile tiene una mínima sindicalización que responde a tendencias del modelo económico, como la externalización (contratación al margen de la empresa) de servicios y la tecnificación que sustituye mano de obra.

En este país de 15,6 millones de habitantes han proliferado las microempresas, con menos de ocho trabajadores, número que la ley exige para crear un sindicato, agregó Herrera.

El mensaje de permanente desprestigio de la dictadura de Pinochet contra las formas de organización con connotación política afectó también la convocatoria de los sindicatos y estimuló a los chilenos a organizarse más bien en torno a su identidad como consumidores.

A esto, concluyó Herrera, hay que añadir como un factor fundamental las prácticas antisindicales de muchos patrones, que prefieren pagar multas y desatar conflictos antes de permitir la existencia de organizaciones de trabajadores en sus empresas.

Panorama general

En el gobierno de Lula mejoraron las condiciones de negociación tripartita con los sindicatos y la patronal, al tiempo que se redujo la conflictividad entre los desempleados con la creación de los Centros de Solidaridad, entidades oficiales que ayudan a la obtención de subsidios.

El de Brasil es el único gobierno del Cono Sur americano que tiene un presidente con pasado sindicalista y, junto con Uruguay, con un ministro sindicalista, el titular del Trabajo, Luiz Marinho, ex presidente de la CUT.

En Argentina, donde el gobernante Partido Justicialista tiene una larga tradición de presencia sindical y admite distintas corrientes de pensamiento en su interior, el presidente Néstor Kirchner no ha dado un trato preferente a la histórica Confederación General del Trabajo, que sigue convocando a los poderosos gremios industriales.

Kirchner, de tendencia centroizquierdista, distribuye su interlocución laboral también hacia la Central de Trabajadores Argentinos, más nueva y también más actualizada y progresista, que convoca a maestros, empleados estatales, jubilados, desempleados, obreros de fábricas recuperadas y meretrices, entre otras expresiones del variopinto mundo del trabajo.

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* Periodista de Inter Press Service (http://www.ipsnoticias.net), con aportes de Marcela Valente (Argentina), Mario Osava (Basil) y Raúl Pierri (Uruguay).

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