3.500 millones de años de vida… Hasta que llegaron las máquinas

2.000

Gonzalo Tarrués

Solían jugar los niños de Chile –quizá lo hagan todavía– a una particular forma de arrebatiña: arrojaban un puñado de caramelos al aire y luego cada quien intentaba recoger más que sus compañeros. Eso se llamaba tirar a la chuña. Lo que se tira a la chuña en la actualidad es el país mismo: de norte a sur, de Cordillera a mar. Las 14 fosas discretamente excavadas para robar el agua del Salar de Llamara, en la Pampa del Tamarugal, son una buena prueba de ello. Se sabe: a las empresas no les importa la historia, ni la cultura, ni las rarezas: son bestias depredadoras.

Toda historia tarde o temprano llega a su fin, salvo la historia de la vida; en el caso de la vida se habla de continuidad. O de evolución. Esta historia comenzó hace unos 3.500 millones de años y en su inicio –como sucede con la vida humana– encontramos una cama. Camas, en rigor, camas de piedra o estromatolitos,  que son agrupaciones, capa sobre capa, por la unión de organismos unicelulares, bacterias que vivían en mares cálidos y en aguas poco profundas.

Entre 1.000 y 2.500 millones de años atrás, estos estromatolitos causaron un desastre planetario: emitieron un gas que cambió para siempre a la Tierra: ese gas sorprendente se llama hasta el día de hoy oxígeno; el oxígeno permitió la evolución de la vida tal como a conocemos. Atrás, lejísimo en la cadena de las cosas vivas tenemos un abuelo estromatolito. Fue tal el éxito del oxígeno que con el paso de las edades sus creadores se fueron extinguiendo.

En la actualidad viven en pocos lugares: la costa occidental de Australia, una laguna en Río de Janeiro, en el Mar Rojo, en Las Bahamas, en Coahuila y en algunos salares del norte de Chile en áreas donde hay agua. Como, todavía, el Salar de Llamara.

El Salar de Llamara está a unos 170 kilómetros al sur de Iquique y a 740 metros sobre el nivel del Pacífico, no lejos de la vieja oficina salitrera de Victoria.

El crimen

No se defiende la naturaleza por capricho. No es capricho denunciar el daño inmenso que ocasiona a las aguas del sur, en la Patagonia, la crianza de salmones; no es por capricho que se denuncia en la Argentina y en Chile el proyecto minero Pascua-Lama, se hace porque su implementación ya ha liquidado flora y fauna en la vertiente oriental de Los Andes y amenaza una de las zonas agrícolas, aunque no muy extensa, más ricas de Chile

(entre paréntesis, los trabajo arriba en la Cordillera de Pascua-Lama nunca se detuvieron; tampoco nunca, es necesario decirlo, el gobierno chileno manifestó ganas de estudiar el asunto con seriedad; tampoco lo hace con los efectos de los residuos de las plantas de celulosa, ni con las experimentaciones –discretísimas, casi secretas o drectamente secretas– que se realizan con semillas transgénicas, y, claro, está sin duda dispuesto a avalar la destrucción de miles y miles de hectáreas en Aysén para que las mineras del norte –a unos 2.000 kilómetros de distancia– tengan energía eléctrica).

El lunes cinco de enero de 2009 el diario La Estrella de Iquique (www.estrellaiquique.cl) recogió la denuncia de Sergio Cortés y Jaime Droguett, operadores turísticos de la zona, y del gestor cultural Pablo Cañarte, que al ir al salar a fotografiarlo para una exposición sobre Llamara en la Feria Internacional de Berlín, Alemania, pudieron constatar el impacto de la intervención de maquinaria pesada, en un sitio que es único en el mundo, importate para el turismo tanto como para la investigación científica

Los criminales

El daño eran las 14 fosas hechas a la vera de uno de los tres ojos de agua del salar con retroexcavadoras para tomar agua y alimentar las necesidades de la sociedad minera SQM, siglas de Sociedad Química y Minera de Chile, que alguna vez fue llamada Soquimich.

Su historia, en breve, es la siguiente: SQM se fundó en 1968, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, como una sociedad anónima mixta entre empresas particulares, básicamente la Anglo Lautaro, y el Estado con el objeto de reanimar la producción de salitre, aumentar las inversiones y mejorar la explotación. Para ello se le confiere el monopolio en la explotación y comercialización del salitre.

En 1971 el Estado, por medio de la CORFO, adquiere el 100% de la propiedad, lo que significó la nacionalizacón del salitre. Entre 1983-1988, tiempos del "Tata" y otros ladrones, se la privatizó.

Las fotografías ilustran lo sucedido con una de esas lagunas entre setiembre de 2003 y marzo de 2007. "Los hoyos que rodean la primera laguna –informa el diario– son 14 y tienen tres metros de ancho por cinco de largo y una profundidad de entre dos y cinco metros, de los cuales más de un metro y medio está con agua. Hay algunos que están a 100 metros al noreste de la laguna y otros a 50 metros al norte, a los que se suman las huellas dejadas por las orugas de la retroexcavadora y que avanzan hacia las otras lagunas".

La denuncia se hizo en medio de una campaña promocional del lugar como destino turístico impulsada por el gobierno.

Tal como siempre ocurre luego de que se denuncian actos de rapiña privada e ineficiencia de algún órgano estatal, se solicitó una investigación de los hechos. SQM, por su parte, reconoció que fueron sus máquinas, sus camiones y sus operarios –o contratados para ello– quienes cavaron los 14 hoyos en torno de un espejo de agua y –como siempre ocurre cada vez que alguna empresa es sorprendida con las manos en la masa– prometió portarse bien en lo sucesivo e intentar reparar el mal causado.

Bien por SQM, pero ¿por qué no ha dicho nada el Ministerio de Obras Públicas que también lleno de alegría y gozo mandaba, o manda, a sus camiones-aljibe a sacar agua de esos hoyos para los trabajos que realiza en la carretera A-5?

Como corresponde, el ministerio está a la espera de un "informe técnico": no el juego de la chuña, sino el de la "otra esquina".

Una de las lagunas en lo que concierne a los estromatolitos está muerta. Pronto, sin duda, morirán también los tamarugos, una planta de la zona, y las aves no tendrán donde descansar en sus vuelos migratorios entre los Hemisferios Norte y Sur y viceversa. 

Entre vídeos existentes y que prueban y reflejan la destrucción de un lugar único en el mundo, pueden verse en la internet éste, de noviembre de 2008, éste, también éste y éste .

Entre las páginas con información sobre la suerte del salar, pueden verse:el blog de Joseph Morgan, de donde hemos tomado las fotografías que ilustran el cuerpo de esta nota, y acceder a las excelentes fotografías de las lagunas del salar en en Mar en Sepia –sitio del que tomamos la imagen de apertura. En el portal www.chilecologico.cl hay también información y fotografías del Salar de Llamara.

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1 comentario
  1. María Ofelia Rodríguez dice

    Lamentablemente conozco muy bien el prceso que está sufriendo nuestras cordillera, tanto del lado de ustedes como del nuestro,
    cuando puedan entren a la página de Pino Solanas al respecto.
    Ninguno de los dos gobiernos hace nada.
    Los felicito por la nota.
    María ofelia Rodríguez desde Argentina

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