Adivinen de quién: las bases solapadas e ilegales en Panamá

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Virgilio Araúz.*

No será la primera vez, así se instalaron bases militares estadounidnses en Panamá, de manera ilegal y a escondidas. Las denunciamos, por su existencia ilegal, quienes consideramos que la llamada “alianza estratégica” con los yanquis es hambre para muchos y enriquecimiento para unos cuantos. Las bases que “inauguró” el 1º de diciembre quien las impone, por “consenso” entre los yesmen, cual dictador infame, tendrán la misma suerte: sangre para nuestros pueblos.

El artículo XI del Tratado de 1926 empezaba “…Panamá conviene en cooperar por todos los medios posibles con los Estados Unidos…En consecuencia… Panamá se considerará en estado de guerra en caso de cualquier conflicto armado en que los Estados Unidos sean beligerantes…”. Nada es nuevo. Es el principio que rige las alianzas con los yanquis.

El señor Kellogs, representante de EEUU, una vez concluida la firma y selladura del pacto le ordenó a los traidores: mantengan reserva. El pueblo sustrajo el texto y lo mandó a editar en El Heraldo de la Habana y el Repertorio Americano de Costa Rica. Nos movilizamos y la asamblea proyanqui tuvo que rechazarlo. Todo se sabrá.

Cuando Mulino dice, “Al país que quiera colaborar, lo recibiremos” (Estrella), siguiendo con que “sólo habrá panameños en las bases”, demuestra ignorancia o tontería. Porque sólo entrarán los que “cooperar(án) por todos los medios posibles con EEUU”, y los sigan a ellos.

Estas bases son parte del Plan Puebla-Mérida-Colombia. Su objetivo es criminalizar la protesta por la lucha contra los planes neoliberales, cuyas consecuencias de hambre y desempleo, conducen a los pueblos a rechazar los partidos tradicionales y buscar nuevas alternativas. Si fuera el narcotráfico, muchos generales yanquis, miembros de la DEA , de aduanas, la CIA y el FBI, responsables del ingreso de la droga en los EEUU, estuvieran presos o se hicieran grandes campañas para reducir los 15 millones de consumidores de cocaína estimados en el norte.

Delgado Diamante como ministro-PRD, pidió más dinero y aprobó las leyes que electoreramente Mulino-Martinelli “rechazaron”. Ahora, las utilizan para justificar la militarización y persecución que preparan, con una inversión en seguridad del 67% del presupuesto de 587 millones. No crea usted que hablan de nuestros barrios, el lenguaje es de contrainteligencia, o mejor, represión.

Al fin de cuentas no puede ser de otra manera, es un gobierno que se cuajó en la embajada yanqui, con un alcalde gringo, no solo por nacionalidad, sino mentalmente gringo y que sigue a los EEUU, además de las bases, en el genocidio a los palestinos y en las espúreas elecciones hondureñas.

Aprendamos de nuestra historia, Acción Comunal, en carta rechazando la intervención yanqui en las elecciones de 1928 dijo: “… merecen el calificativo de traidores todos los que traten de escalar el poder en virtud de ayuda extranjera…” El pueblo debe saberlo, su plan, además, es despidos masivos, externalizar, contratar directamente, venderlo todo y 100% para los empresarios, pues así como su “oposición” a las leyes de seguridad-PRD, era un cuento electoral aquello de que “entran limpios…”, también lo es.

El pueblo debe tomar nota.

* Escritor y editor.
En Panamá Profundfo (www.panamaprofundo.org).

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