Agua dulce, un recurso estratégico y la “enfermedad holandesa”

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Carlos A. Pereyra Mele.*

La crisis financiera global, que afecta a los países de la triada (EEUU, UE y Japón) particularmente, ha relegado los temas estratégicos a un cono de silencio mediático, pero un conflicto en desarrollo para la humanidad sigue su marcha a pesar de ese silencio; nos referimos al agua dulce. Bien, éste, en vías de convertirse en escaso …y no es renovable.

Si consideramos las estadísticas mas conservadoras, que nos dicen que en el año 2000 con una población de alrededor de 6.000 millones de habitantes el 3% sufría falta de agua y el 5% escasez de la misma, y que las proyecciones para el año 2050 (dentro de 40 años) para una población estimada en 8.900 millones padecerá falta de agua el 10% (890 millones), la escasez de este vital elemento trepará al 32% (2.900 millones), y que solo el 58% podrá disponer de este recurso, estamos ante un cuadro realmente dramático para la población del planeta.

Por ello es que Ismael Sarageldin vicepresidente del Banco Mundial en el año 2000 declaro que las guerras del siglo que viene —éste— serán por el agua. El organismo  tuvo y tiene mucho que ver con los proyectos sobre la utilización del agua.

Es conveniente recordar que en el mundo no más de un 3% del agua es potable, solo un 0,7% es accesible fácilmente y que los requerimientos industriales y rurales suman el 80% de esta cantidad; con lo que queda un 20% para consumo humano; más: con los incremento demográficos esperados, el consumo se disparara no tanto para el consumo humano, sino por la expansión de la industria y la necesidad de alimento para esa población.

También es importante tener en cuenta que la mayor proporción de agua dulce (68,7%) está contenida en forma de hielo y en nieves que se creía perpetuas, en el Ártico, el Antártico y regiones montañosas. Otro 29,9% del agua dulce son aguas subterráneas. Solamente el 0,26% del total de aguas dulces en la Tierra se concentra en lagos, embalses y sistemas fluviales, las más accesibles para las necesidades económicas y muy importantes para los ecosistemas hídricos.

Y recordemos que la historia de la humanidad en gran medida tuvo lugar alrededor de los cursos de agua dulce, culturas e imperios esta intrínsicamente ligados e ellos: (Tigris-Eufrates – Nilo – Tíber – Sena – Danubio – Rhin, y Misisipi, Amazonia y Río de la Plata en nuestro continente americano) y que no pocos conflictos se debieron al control de los mismos.

En nuestro continente suramericano el agua fue fuente de conflicto y luchas por el control;, por nuestros grandes ríos ingresaron los conquistadores europeos —españoles y portugueses—; también fueron causa de guerras, la de Argentina y la alianza Francobritánica (siglo XIX), el control de los ríos interiores que se definió favorablemente para argentina bajo el gobiernos de Juan Manuel Rosas.

En la actualidad debido a los incrementos de la contaminación, el cambio climático, los desarrollos urbanos y control de las fuentes de agua para aumentar la producción de alimentos e industrial, se ha modificado la tradicional percepción histórica del agua, que el inconciente colectivo consideraba un recurso renovable e inagotable. En la actualidad el agua se va trasformando en un bien escaso y por lo tanto estratégico —y por ello apetecido por las multinacionales y las potencias.

A mediados de la década del 80 del siglo XX, el agua dulce dejo de ser un recurso natural renovable ausente de las agendas geopolíticas y geoestratégicas de las potencias y las multinacionales como eran el gas y o el petróleo y se la incorporo junto a la biodiversidad (dentro del plan de seguridad de EE.UU). En febrero de 2004 en un informe secreto —divulgado por The Guardian— el consejero del Pentágono A. Marshall, advierte sobre le calentamiento global y la falta de agua potable, y se sugería al gobierno de EEUU estar en condiciones de apropiarse de este recurso estratégico allí donde esté y cuando sea necesario.

Pero no solo EEUU lo considera así sino que todas las potencias tanto las tradicionales como las emergentes incorporan este recurso a sus agendas de seguridad. Por ello decía la revista Fortuna año 2003: “El agua promete en el siglo XXI ser lo que fue el petróleo en el siglo XX, el bien que determina la riqueza de las naciones” .

Como todos sabemos el Derecho va siempre por detrás de los acontecimientos humanos. En los últimos años toda una serie de convenciones y declaraciones sobre el tema han establecido en el IV Foro Mundial del Agua reunido año 2006: “el acceso al agua es un Derecho Humano Fundamental… La ONU decretó el primer sábado del mes de octubre de cada año como el Día internacional del agua (Consejo Mundial del Agua) y “…el Derecho al agua es indispensable para la dignidad humana…”, etc.

Tanto el Derecho Internacional como las legislaciones de cada país coinciden sobre el respeto por la vida humana y, por tanto, en la necesidad y obligación del Estado de procurar su subsistencia, para la cual el agua es un elemento insustituible de la vida.[1] Pero el deber ser generalmente no coinciden con el ser, más cuando están en juego intereses de seguridad y económicos, y por ello la prudencia determina que es preciso tomar conciencia y acciones sobre este recurso mas allá de lo legal.

¿Cual es la realidad americana del sur respecto del agua dulce?

Considerando a la geopolítica como la ciencia que con sus análisis ayuda a la toma de decisiones por parte de gobernantes, empresarios y grupos de opinión antes de que los acontecimientos se desencadenen sin control, destacaremos:

– Entre los datos el continente suramericano surge que dispone del 25% del total de agua dulce del mundo y recursos hidroeléctricos incalculables. Encierra la tercera parte de las reservas mundiales de bosques latifoliados.

–Vinculación hidrovial entre tres cuencas: Orinoco, Amazona y del Plata, que permite la navegación desde Buenos Aires hasta Caracas y de este a oeste presenta al menos tres conexiones interoceánicas.

–En América del Sur, la riqueza natural es enorme. Es la primera reserva biótica terrestre del planeta y la segunda marina; además de contar con cuantiosas depósitos de petróleo en Venezuela, y también en Brasil y Ecuador; de gas en Perú y Bolivia; o de distintos minerales en toda la región y de alimentos donde destacan Argentina y Brasil.

El problema es si esta gigantesca riqueza la desarrollan los Estados nacionales integrados en estructuras regionales y continentales o grupos multinacionales en beneficio de los países centrales.

Las tres grandes cuencas están inmersas en un plan estratégico de comunicación que planifica el IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), que si bien desarrolla ejes de comunicación este-oeste, no incluyen por ahora el eje Sur-Norte (Buenos Aires/Caracas), pero se basa fundamentalmente en grandes obras de infraestructura camineras y en un segundo plano las vías hídricas, solo se trabaja en la utilización de los ríos Paraguay-Paraná.

Otro capitulo que exigiría todo un trabajo especifico es el del gran Acuífero Guaraní: el más importante de la región y que se reconoce como uno de reservorios más grandes del mundo, con una extensión de alrededor de 1.190.000 km2 (9.9% del territorio), en Argentina 225 mil km2 (7.8%), en Paraguay 70 mil km2 (17.2%) y en Uruguay 45 mil km2 (25.5%). Estos Ríos y Acuíferos son vitales para una serie de “corredores de desarrollo” que se busca consolidar, con nuevos emplazamientos energéticos, industriales y agropecuarios.

La cuenca amazónica es el otro gran desafío a desarrollar en el corazón del continente, y por ello es nexo entre sur y norte, que incluye la mayor parte de espacios vacíos, que es el talón de Aquiles demográfico de Suramérica con sus poblaciones asentadas mayoritariamente en las costas; la Amazonia que conecta varios países (y que por su biodiversidad y recursos agrarios es muy apetecible en un mundo en crecimiento)  interactúa también con la cuenca del Orinoco.

Los centros de producción más importantes de Suramérica, según los diseños del IIRSA coinciden con la zona donde se ubica el Acuífero Guaraní, un punto geográfico que por el este tiene salida directa por el Atlántico y por el oeste se comunica por lo que pretende que sea la hidrovía Paraná-Paraguay (medio de transporte regulado que da salida no sólo industrial, sino a la agrícola, particularmente de la soja convencional y genéticamente modificada —que es producida por multinacionales como Cargill— en un área que se extiende desde Argentina, a Matto Grosso en Brasil, y hasta Nueva Palmira en Uruguay.

En esta situación de ordenamiento territorial, el acuífero se perfila como estratégico, de ahí que el BM y los gobiernos de los países que integran el MERCOSUR lanzaran el proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema Acuífero Guaraní. El problema de nuestra propia seguridad es que la mayoría de estos emprendimientos cuentan con la “ayuda” de los expertos del BM que ya destacan el agua como un recurso estratégico del cono sur.[1]

Por todo lo expuesto coincidimos con la CEPAL que expresara a los países iberoamericanos que "La propuesta es más Estado, un mejor mercado, con normas muy claras, y una mayor participación del pleno de la sociedad" y que la región "no puede dejar en manos del mercado" su futuro. America del sur debe profundizar los entendimientos sobre el control y explotación racional de sus recursos naturales renovables y no renovables.

El siglo XXI marcha de manera acelerada y no nos esperará. La miopía estratégica es un lujo que no podemos permitirnos, pues el tablero inestable mundial, la globalización y la experiencia de aliarnos con potencias que solo nos hicieron mas dependientes, nos obliga a no repetir esos errores. Nuestra región no puede pasar de una dependencia a otra y debe superar la maldición de los recursos naturales,[2] que en diversas épocas y países ha generado la llamada enfermedad holandesa, como se conoce al dañino impacto de las riquezas mal administradas.

1] Dr. Armando Valiente (argentina) Conferencia sobre:”El agua conflicto en desarrollo. Un derecho en evolución.”
2] Carlos Pereyra Mele La Lucha por los Recursos Naturales

* Analista político, especialista en geopolítica suramericana, del Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos (CEES).
En http://es.fondsk.ru

 

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