América Latina y la ilusión de las soberanías nacionales

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La conferencia confirmó una evolución en la política estadunidense, en marcha desde que el presidente George W. Bush declaró su «guerra contra el terrorismo» a raíz de los atentados del 11 de setiembre del 2001. De hecho, el propósito de la reunión fue construir una «nueva arquitectura» de seguridad continental en que las Fuerzas Armadas jugarían, según el gobierno de Bush, un papel clave.

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Por casi dos decenios, EEUU urgió a los militares latinoamericanos a apartarse de la doctrina de «seguridad nacional», que sirvió de abono durante la guerra fría a la constitución de numerosas dictaduras militares y a una ola de violaciones de derechos humanos en la región.

Pero Rumsfeld (en la imagen) pareció predicar las virtudes de ese enfoque, esta vez bajo una nueva denominación, como doctrina de la «soberanía nacional». El secretario de Defensa incluyó entre los enemigos a los que las Fuerzas Armadas de la región deben hacer frente a varios actores que normalmente deberían ser combatidos por las autoridades civiles.

Las amenazas del siglo XXI.

Dijo Rumsfeld: «Las nuevas amenazas del siglo XXI no reconocen fronteras. Terroristas, narcotraficantes, secuestradores y pandillas criminales forman una combinación antisocial que procura cada vez más desestabilizar a la sociedad civil».

Y en el proceso de redacción de la declaración final, la delegación estadunidense encabezada por el secretario de la Defensa rechazó una iniciativa de Canadá, apoyada por Brasil y Chile, de equilibrar propuestas antiterroristas con explícitas referencias a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, que protege a los civiles afectados por conflictos y a los prisioneros de guerra, dijo el abogado argentino Gastón Chillier, experto en seguridad continental de la no gubernamental Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

«Esencialmente decía: ‘El terrorismo es la prioridad de la región, y los derechos humanos no son un requisito para el combate al terrorismo’. Ése es un mensaje equivocado para una región en que los militares utilizaron esa filosofía durante la guerra sucia para cometer graves violaciones», señaló Chillier.

Priodidad: lucha antiterrorista

En otra actualización de la doctrina de la seguridad nacional, Rumsfeld también postuló una mayor cooperación entre los militares de la región, en particular en áreas fronterizas donde «los enemigos frecuentemente encuentran refugio». Esta referencia tiene que ver con el interés de Washington de ejercer un mayor control, e inclusive intervenir militarmente en los conflictivos límites de Colombia y en la «Triple Frontera» entre Argentina, Brasil y Paraguay.

«Fortalecer la soberanía y garantizar la soberanía efectiva sobre nuestros territorios nacionales debe ser un objetivo fundamental. No hay ninguna nación que pueda cumplir estos desafíos por sí misma: simplemente, no será posible», enfatizó Rumsfeld.

EEUU insistió en que debía darse prioridad a la «lucha contra el terrorismo». Sin embargo, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela consideraron primordial abatir «la pobreza, la falta de democracia y la corrupción» para fortalecer la seguridad hemisférica. «La causa del terrorismo no es sólo el fundamentalismo, sino la miseria y el hambre», dijo el ministro de Defensa de Brasil, José Alençar.

No fue aceptada la iniciativa colombiana y estadunidense de crear una fuerza multinacional para intervenir en Colombia, país que vive una guerra interna de cuatro décadas, con diversos actores armados, y en la que Washington ya toma parte con una fuerte asistencia miliar y económica al gobierno del presidente Álvaro Uribe. Esta iniciativa incluía exhortar a la Organización de Estados Americanos a que elaborara una lista de grupos e individuos terroristas e insurgentes de la región, para impedir que obtengan visas y circulen por los diferentes países.

Democracias débiles

El jefe de gabinete del ministerio de Defensa de Ecuador, capitán de navío Jorge Gross Albornoz, dijo que «el problema de Colombia es de los colombianos… No se puede perseguir el terrorismo con terrorismo». Por su parte, el ministro de Defensa de Chile, Jaime Ravinet, manifestó que «hay un ánimo de apoyar y cooperar con Colombia, pero no de intervenir en su interior».

La Declaración de Quito -firmada por 32 ministros de Defensa del continente, menos Cuba- rescata el hecho que «la pobreza extrema y la exclusión social de amplios sectores de la población también afectan la estabilidad y la democracia, erosionando la cohesión social y vulnerando la seguridad de los Estados». Sin embargo, señala que amenazas como el narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, tráfico y trata de personas y el crimen organizado, que tienen un alcance multidimensional, «requieren de una adecuada cooperación hemisférica para su tratamiento».

«Sólo a través de la cooperación a nivel bilateral, subregional y regional, podemos enfrentar las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas», dice la declaración.

Chillier consideró que el documento «sobreenfatiza la amenaza que representa el terrorismo y no refleja las principales prioridades de la región: la debilidad de las democracias latinoamericanas y la desigualdad social».

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* www.noticiasaliadas.org

Fuente: Inter Press Service.

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