Argentina: La defensa de la soberanía nacional

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Juan Guahán*
A raíz del conflicto diplomático con los Estados Unidos, por el tema de la carga de un avión, Cristina Fernández “llamó a defender la soberanía nacional” y recordó que “las decisiones las toma el Presidente desde la Casa Rosada y no se la impone nadie desde otro lugar” y convocó a “profundizar la soberanía”.

Nuestra propia experiencia histórica y la de otros pueblos dan por supuesto que todos los argentinos estamos de acuerdo en la necesidad de defender nuestra soberanía nacional. Frente a situaciones de conflicto a nadie se le escapa que “primero está la Patria”.

Es por eso que ningún argentino bien nacido puede estar del lado de los intereses extranjeros, mucho menos cuando éstos son los de la primera potencia de la tierra que, para alcanzar sus objetivos, se ha constituido en un poderoso estado guerrerista avezado en la tarea de meter sus narices en otras tierras.

En estos días ha tomado vuelo el conflicto con los Estados Unidos a raíz de la presencia de un avión militar que traía una carga no declarada. Según ese país la misma se corresponde a material que sería utilizado en un curso de adiestramiento que debían realizar con miembros de un cuerpo especializado de la Policía Federal Argentina, según un Convenio vigente.
Nuestro país demanda un “pedido de disculpas” y retiene el material, los Estados Unidos reconocen que pudo haber un “falla administrativa” y piden la devolución de lo incautado.

La dimensión del conflicto obliga a reflexionar sobre los antecedentes de este caso, el conjunto de intereses que hay dando vueltas, los elementos que intervienen en el mismo y los múltiples aspectos de nuestra soberanía que deben ser resguardados.

Hablando de los antecedentes, es conocido que el gobierno kirchnerista tiene una serie de confusas relaciones con los Estados Unidos. Estos problemas, no siempre han sido públicos, ni tampoco ellos tienen –en algunos casos- mucho que ver con cuestiones de soberanía.

Entre los hechos públicos y vinculados con el tema de la soberanía está la distinta política que hemos tenido respecto al Golpe de Estado en Honduras (2009) y la reunión de Mar del Plata (2005), donde fuera “enterrada” la propuesta del ALCA en las propias narices del Presidente George Bush.

Entre las causas públicamente no reconocidas, pero que han afectado la relación con el actual gobierno, podemos citar la escasa relación del Presidente Barack Obama con nuestra Presidenta y el hecho que nuestro país no sea considerado estratégico en las relaciones con Estados Unidos, no siendo incluido en la próxima gira presidencial de Obama por Brasil y Chile.

No parece ajena a esta situación la denuncia de nuestro Canciller en el sentido que la Policía Metropolitana (de la Ciudad de Buenos Aires, donde gobierna Mauricio Macri) asiste a “Cursos sobre Tortura” en una Academia Internacional, patrocinada por Estados Unidos, en El Salvador.

Esta denuncia no daba cuenta que la Policía Federal y otras fuerzas de seguridad (que dependen del Gobierno Nacional) y policías de otras provincias hacen lo mismo. Entre paréntesis es probable que la denuncia del Canciller estuviera cerca de la verdad, mucho más si tenemos en cuenta que se viene demostrando que los Estados Unidos están utilizando a las fuerzas de seguridad (por encima de las propias Fuerzas Armadas) para sus actuales políticas desestabilizadoras.

En cuanto a los intereses en juego. Da la impresión que este incidente tiene un “rebote” en los propios Estados Unidos. En nuestro país, los dos principales fogoneros de esta situación son el Canciller Héctor Timerman y el periodista Horacio Verbitsky. Según varias informaciones ambos estarían estrechamente vinculados a sectores norteamericanos enfrentados al Pentágono, principal responsable de esta operación “descubierta” en Ezeiza.

En el orden interno este incidente coloca al gobierno en una “senda antiimperialista” que le interesa exhibir y que podía ser cuestionada ante el dato que fuerzas de seguridad, dependientes del gobierno nacional también recibían los “Cursos sobre de Tortura” denunciados por el Canciller.

Ahora se sabe que éste era el tercer ejercicio conjunto de la misma naturaleza, que se realizaría en el país y que fuera iniciado en 2009 mediante un acuerdo con el Pentágono realizado por el Ministerio de Justicia y Seguridad, con intervención de la Cancillería. Cabe recordar que –entre el 2003 y 2010- 4195 miembros de nuestras fuerzas de seguridad recibieron cursos de capacitación en Estados Unidos o proporcionados por oficiales de ese país.

Esos “cursos” fueron pagados por los Estados Unidos, con un “gasto” estimado en unos 17 millones de pesos. En ese mismo período les compramos más de 292 millones de dólares en armamentos. Durante el 2009 fuimos el cuarto país de la región más “ayudado” en términos de entrenamiento de personal de seguridad detrás de Colombia, México y Perú. Todo ello según una recopilación de datos oficiales.

En lo que respecta a la convocatoria presidencial a “profundizar la soberanía” es probable –y deseable- que éste sea un primer paso de una escalada que podría ser continuado con otras situaciones en las que está en riesgo nuestra soberanía nacional. En este sentido, el reciente caso del vuelo a España llevando una tonelada de drogas -cargadas en una base militar- es la “punta de un ovillo” que merecería ser desenrrollado.

Hay otras situaciones, de naturaleza distinta, que afectan a nuestra soberanía. Entre ellas se puede destacar el tema de la extanjerización de tierras. Ante la ausencia de una legislación adecuada, después de muchos proyectos que duermen el sueño de los justos, nos encontramos con que parecemos “un país en venta”.

En Mendoza, particularmente en el Dpto. Malargüe, hay vendidas 250 mil has. y otras 800 mil en venta;  en San Luis (Dique las Carretas) hay 40 mil has. vendidas y otras 850 mil en venta; en San Juan está en venta el 20% del territorio provincial, incluida el área fronteriza con Chile; en Catamarca están vendidas 100 mil has. y otro 1 millón 600 mil has. en proceso de venta;

En Misiones hay 172 mil has. en propiedad de la empresa extranjera Alto Paraná, buena parte de esas tierras ya están ya deforestadas; en Formosa, Chaco y Corrientes hay 1 millón 400 mil has. en manos de extranjeros; en Entre Ríos 100 mil has. están vendidas y otras 150 mil en venta; en Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja, hay vendidas 120 mil has. y un millón 300 mil has., en venta.

En Salta están vendidas unos 13 millones de has. En las provincias patagónicas la situación es aún más crítica por la escasa población residente en esas áreas. Mañana (en algunas pocas décadas) no sería de extrañar que estos extranjeros invoquen la aplicación de las leyes de sus países de origen, cuando reclamen por el agua y los bienes comunes (recursos naturales) que hay sobre su superficie o en sus entrañas.

Por último, esta “profundización de la sobernía” debería llevar a poner fin al saqueo de la minería a cielo abierto por parte de empresa trasnacionales. Hoy la Barrick Gold explota, con escandalosas tasas de ganancia y ventajas impositivas de todo tipo, la más grande mina de oro y plata del mundo, en territorio sanjuanino.

Si la Presidenta se asoma a la posibilidad de “profundizar la soberanía” el aurora de otra argentina, más justa, libre y soberana, se yergue sobre el horizonte.

*Anaista de Question Latinoamérica
 

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