Argentina, peronismo: declaración pública

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En el 63 aniversario del 17 de Octubre. Un nuevo aniversario de la gesta histórica del pueblo argentino, que dio nacimiento al más importante movimiento nacional y popular de América latina y a la revolución social y política más profunda y pacífica de nuestro país,  es una ocasión propicia para expresar nuestra opinión ante la decadencia que sufre hoy la Argentina y el peronismo oficial.

Muerto Perón, una buena parte de la dirigencia peronista creyó llegado el momento de arriar las banderas fundacionales y, con  diversos pretextos, arrimarse al carro del poder mundial de turno. Unos por derecha y otros por izquierda decretaron interesadamente la muerte del pensamiento básico de Perón y, de hecho o de derecho, se abrazaron  a alguna internacional creada por el  llamado Primer Mundo.

De esa forma, detrás de la sigla del PJ han gobernado para el liberalismo o para la social-democracia, no para los argentinos, y nos han enredado en una u otra de esas caras del mismo dominador extranjero. En tierras que claman por la liberación de la dependencia, aceptaron claudicar de sus principios y, en la mayoría de los casos, se corrompieron con tal de ser aceptados por los viejos nuevos dominadores, de afuera y de adentro.

Ante ello, y si se pretende revertir esta larga decadencia moral, cultural, política, social y económica que padecemos, es indispensable comenzar por reconocer que no hay para nosotros una alternativa mejor que la de la patria justa, libre y soberana alumbrada el 17 de octubre de 1945 y concretada en los diez años de gobierno justicialista. Experiencia histórica que nos marca un camino bien delimitado por los grandes principios que nos dieron nacimiento hace 63 años: el fortalecimiento del poder de decisión soberano de la nación, el control de los resortes de la economía y la propiedad del aparato productivo en manos argentinas, la justicia y la inclusión social para todos y la defensa y promoción de la identidad cultural propia.

La llamada globalización, aunque está interesadamente impulsada por el enorme poder de los grupos económicos y financieros dominantes, no podrá matar a las naciones ni sojuzgar totalmente y para siempre a los pueblos. Su esencial falacia y perversidad ha quedado puesta en evidencia con el actual derrumbe del sistema financiero especulador y usurario creado y controlado por los grandes grupos de poder.

En la actualidad, como en 1945, el centro de la cuestión política es liberación o dependencia, y no la falacia de derechas e izquierdas, todas funcionales a los centros de dominación. Por eso es necesario ahora más que nunca promover, no la confrontación que desune, sino el proyecto común de nación que exprese la voluntad política del conjunto de la ciudadanía organizada, condición indispensable para encarar los desafíos del futuro. Así lo anticipó Perón en su discurso testamento del 1° de mayo de 1974 ante el Congreso de la Nación y en su modelo argentino, al parecer hoy olvidado. De ese modelo surge un nuevo proyecto de globalización, la de la solidaridad y la justicia entre pueblos y naciones, tal como lo propuso siempre nuestra doctrina.

"Somos lo que las 20 verdades dicen que somos", y seguiremos siéndolo si pretendemos responder al sentimiento y anhelos del pueblo argentino, y al destino de grandeza y felicidad que, por encima de pequeños intereses de grupo y estériles sectarismos ideológicos, nos espera si somos capaces de luchar y perseverar por alcanzarlo.

Buenos Aires, 17 de octubre de 2008.

(Promotores):
García, Víctor Rubén; Guerreiro Murta César; Labaké, Juan Gabriel; Lloveras, Antonio; Roemro, Enrique; Salbuchi,Adrián; Trujillo, Héctor;  Valentini, Carlos.

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