Asunto de dignidad: – »EN ESTA CONTIENDA NO SE PUEDE SER NEUTRAL»

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

fotoComencemos por el principio. El miércoles 24 de octubre de 2007, en alocución a los embajadores acreditados –que estuvieron presentes en el acto organizado por el Departamento de Estado en Wáshington– el presidente estadounidense dijo (como esa cara de pistolero texano imberbe de las películas de Hollywood de hace 30 años) que Estados Unidos no aceptará «un diálogo con la tiranía (el gobierno cubano) con la excusa de la estabilidad, ni va a participar en ninguna iniciativa que pretenda darle oxígeno a este régimen para seguir actuando contra su propio pueblo».

Conocidos los puntos principales del discurso, informó Prensa Latina y con ella algunas páginas y bitácoras de la ibternet, el periodista chileno Ernesto Carmona, dirigente del Colegio de la orden en su país, desnudó rechazándolas las amenazas explícitas contra Cuba y llamó a estar al lado de la isla, «pues en esta contienda no se puede ser neutral».

La inteligente –para sus partidarios– filípica del señor Bush llamó a «apoyar el movimiento democrático que surge», en Cuba, pues es el momento de «estar al lado del pueblo cubano que demanda su libertad. Éste es el momento de que el mundo deje a un lado sus diferencias y se prepare para una transición de los cubanos hacia un futuro de libertad y de progreso'».

Olvidando la triste historia de sabotajes, terrorismo y asesinatos perpetrados por la disidencia cubana prohijada por su gobierno y anteriores de EEUU, Bush sentenció: «‘Los disidentes de hoy serán los líderes de mañana, y cuando llegue la libertad, esos disidentes seguramente recordarán a quiénes supieron estar a su lado».

Curiosamente la arenga belicista del primer mandatario estadounidense sólo tuvo eco favorable entre quienes son financiados por la Casa Blanca y secretarías del gobierno de EEUU. Por ejemplo Caleb McCarry, coordinador de la Comisión para una Cuba libre, quien señaló:

«‘Bush dio un mensaje muy claro (al mundo): no hay que permitir que el régimen nos divida y que de forma constante mantengamos un esfuerzo común por apoyar a los cubanos en este proceso». McCarry fue designado en 2005 por Bush coordinador para la transición –que el «stablishment» estadounidense espera en Cuba.

El periodista Ernesto Carmona dijo que las palabras de George Bush «resultan preocupantes porque ya sabemos de sobra cuál es el verdadero significado de las invocaciones (de la dirigencia política de EEUU) a la libertad, las elecciones libres y la economía de mercado». Tras recordar que el señor Bush en su primer mandato fue designado presidente por la Corte Suprema de su país y no por las urnas y que para el segundo período fue elegido gracias al fraude de las máquinas de votación, apuntó que el discurso de Bush ante representantes diplomáticos extranjeros debe entenderse como un mal cálculo para sacar del marasmo a una economía en crisis permanente y mejorar una impopularidad también permanente, no es otra que la vieja receta estadounidense del estado de «guerra permanente».

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Inmediata fue la reacción del gobierno de Venezuela, al que también los organismos políticos del Estado norteamericano confrontan. El mensaje bolivariano fue simple: cuidado, que «Cuba no está sola». Venezuela es uno de los principales y más confiables proveedores de hidrocarburos a Estados Unidos.

En Europa, entretanto, si bien los gobiernos de Polonia, la República Checa, Hungría y alguno más a orillas del Báltico no pudieron evitar gestos de satisfacción por el reconocimiento implícito que hizo Bush a su polítca anti cubana alineada en un 100% con Wáshington, en los países de mayor peso de la Unión Europea la oratoria bushista no sorprendió; y aunque se espera el apoyo de Francia, ni Roma ni Madrid dieron muestras de cambiar su polítca de diálogo flexible con la revolución cubana.

Como siempre cuando se ha tocado en los últimos años asuntos vinculados con las relaciones de Wáshington con los sectores o gobiernos progresistas de América, el gobierno chileno se las arregló para al menos aparentar una neutralidad imposible: «Chile favorece la autodeterminación de los pueblos, pero también el respeto a los derechos humanos», afirmó el vocero oficial, Ricardo Lagos Weber.

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Como Jano, el viejo dios de dos caras, Lagos profundizó la equívoca posición de La Moneda. Dijo: «No puedo pronunciarme sobre la opinión que pueda emitir un mandatario, cualquiera que sea, respecto a temas particulares; lo que sí creemos nosotros, que tenemos que creer en la autodeterminación de los pueblos (y) fomentar los regímenes democráticos,'» a los corresponsales extranjeros acreditados en Chile el jueves 25 de octubre.

Cabe señalar que cuando el golpe de estado contra Chávez, el gobierno del entonces presidente Ricardo Lagos Escobar –padre del actual ministro Lagos Weber– reconoció de inmediato a las autoridades que dimanaron de la asonada, que se mantuvieron en el poder por pocas horas hasta el regreso del derrocado Chávez, convirtiendo a la Cancillería chilena en el hazmerreír latinoamericano.

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