Bolivia: Carnet de identidad para la CIA

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Antonio Peredo Leigue

Con la creación del Servicio General de Identificación Personal (SGIP), el control de la identidad de las bolivianas y los bolivianos, dejó de ser una tarea de la Policía Nacional y, por primera vez, pasó a ser un trámite que se realizará en oficinas civiles. Para darle una imagen imparcial, según las autoridades, fue designado como ejecutivo de este servicio, el Dr. Antonio Costas, quien fuera presidente de la Corte Nacional Electoral.

Recordemos que, bajo su dirección, el órgano electoral realizó la primera etapa del padrón biométrico, que el presidente Morales comprometió como referente de transparencia en las elecciones de diciembre de 2009. Lastimosamente, después de ese primer impulso, el padrón electoral no dio ni un solo paso más.

Convocado para esta nueva tarea, Costas se propone cambiar el documento de identidad por otro con características de alta tecnología que haga muy difícil una falsificación. Ya en sus primeras declaraciones, el director del SGIP anunció que, el carnet, “será un documento con base electrónica y estamos proponiendo que pueda tener un chip”. Para concretar su propósito, ha comenzado a trabajar con el National Endowment for Democracy (NED), organismo norteamericano especializado en varias actividades, entre las que se encuentra precisamente la estructuración de normas y la dotación de herramientas para una identificación de seguridad.

El Fondo Nacional para la Democracia (NED) tiene un nombre y, en su página Web una imagen, de absoluto profesionalismo imparcial dedicado a promover y apoyar la democracia en el mundo, especialmente en los países menos favorecidos. La realidad es muy diferente. Es un mecanismo mediante el cual, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), actúa especialmente en los países de nuestro continente como fundación y a través de otras cuatro subsidiarias: una que representa al Partido Demócrata y otra al Republicano, la tercera orientada al relacionamiento con las empresas privadas y la cuarta a conectarse con las organizaciones laborales. Como verán, hay para todos los gustos; la CIA no tiene reparos en buscar buenas relaciones hasta con las tendencias más antagónicas, trabajando lenta y metódicamente para desviarlas; un día, casi inadvertidamente, los militantes anti-estadounidenses se encuentran manteniendo las pautas del modelo neoliberal.

El Congreso de Estados Unidos de Norteamérica le asigna, al NED, un presupuesto anual para estas actividades. Por supuesto, se trata de imponer una democracia a la medida de Washington. Está en condiciones de canalizar fondos hacia partidos políticos y otras instituciones de la sociedad civil de países de bajos ingresos. La intención es favorecer los intereses norteamericanos, sobre todo la agenda neo-liberal de privatización, desregulación, supresión de sindicatos, reducción de servicios sociales, eliminación de aranceles y libre acceso a mercados.

Y aquí está el NED trabajando en el diseño de un carnet de identidad de alta tecnología con un chip incorporado. Ingenuamente, podemos suponer que el chip tiene la misión de impedir la falsificación. Conociendo el objetivo para el que fue creado, es imposible tamaña ingenuidad. El chip será el mecanismo ideal para el trabajo de espionaje sobre todas y todos los bolivianos. Será lo mismo que ponernos ese chip en el cuerpo pues difícilmente podemos desarrollar nuestra vida normal sin el carnet, que nos exigen en cualquier oficina a la que acudimos.

Pero, por supuesto, el NED no sólo diseñará y fabricará los carnets de identidad. También proveerá al SGIP las herramientas que trabajarán en la otorgación del documento de identidad. Es decir, los computadores que se distribuyan en el todo el país y los principales que estarán en las oficinas centrales, serán comprados al NED y, en consecuencia, el material que se obtenga en éstos, estará a disposición del organismo proveedor. Es muy posible que, Washington, tenga muchos sistemas para llevar a cabo su labor de espionaje, pero la contratación que está haciendo el SGIP le ahorrará tiempo y dinero a la CIA.

La idea del doctor Costas surge precisamente de su experiencia en la organización del padrón electoral biométrico. Llegó sólo a un punto bastante primario, porque los tiempos fueron excesivamente cortos y no tuvo más remedio que aceptar el apoyo solidario de un país amigo para cumplir su tarea en tan pocas semanas. Para el entonces presidente de la Corte Nacional Electoral no fue precisamente grato ese apoyo de manera que ahora, sin premuras, eligió con quién trabajar.

El carnet que ha concebido el director ejecutivo del SGIP será único. En este primer momento sólo será un carnet de identidad pero, posteriormente y con alguna información adicional, sustituirá al brevet de conductor y, finalmente, servirá también como cédula electoral. Todas las actividades económicas, sociales y políticas se realizarán con la constancia de este documento. El chip dirá, en cualquier momento, qué, cuándo y cómo actuó la persona que se identifica con el carnet.

Pongamos el caso electoral. La manipulación de los datos de una elección, a través del sistema mediático de distorsión, es un hecho conocido pero, respecto del cual, se va reduciendo la credibilidad. La CIA ha encontrado otras formas a través del NED y otros organismos que también controla.

El 16 de octubre próximo se realizará la primera elección de magistrados judiciales en Bolivia. Conforme ha establecido el Órgano Electoral, la fiscalización de la votación estará bajo la responsabilidad de la ciudadanía, puesto que los partidos políticos y las agrupaciones ciudadanas no intervienen en esta consulta. Habrá observadores internacionales y los habrá de tantas instituciones, que nadie sabrá qué función cumple cada uno.

Ni duda cabe que habrá observadores del NED. Las instrucciones que tienen esos funcionarios son muy precisas: Vigilarán de cerca el procedimiento de la votación para descubrir, identificar y reportar cualquier comportamiento. El reporte, redactado en inglés, estará dirigido a una central en Washington. Allí se decidirá qué información se anuncia, cómo se difundirá y en qué momento se hará. De hecho, la CIA ya está en este trabajo, conduciendo una opinión contraria a esa elección. No sería extraño que, uno de sus instrumentos, sea el NED a quien vamos a comprarle las herramientas y los materiales de nuestros carnets de identidad.

De esta manera, talvez sin proponérselo expresamente, pero con gran simpatía al país de George Bush y Barak Obama, el director ejecutivo del SGIP, hará que este sistema trabaje directamente para la CIA.
 

*Dirigente politico boliviano. Tomado de Tercera Información

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