Bolivia: pobreza, gas y acero

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El 25 de marzode 2005 en el diario Opinión de Cochabamba el general de la Fuerza Aérea Osvaldo Arroyo publicó un artículo intitulado “¿Mal asesoramiento o capricho?” refiriéndose a cómo el presidente Carlos Mesa no diseña políticas de Estado ni toma decisiones sobre temas cruciales para el desarrollo de Bolivia en base al gas natural, “debido, principalmente, a un mal asesoramiento de sus ministros, quienes estarían poniendo trabas a todo lo que podría mejorar el desarrollo y la economía del país”.

Y esto se confirma en el caso de la utilización del gas natural (metano) reformado para producir fierro y acero en base a las enormes reservas de mineral que tenemos en el Mutún. Porque ya hace dos años el autor publicó un extenso artículo donde proponía que Bolivia debía diseñar una estrategia nacional siderúrgica con la instalación del Complejo Siderúrgico en base al mineral de fierro del Mutún, utilizando el Proceso MIDREX (reducción directa del mineral de fierro con metano reformado), aprovechando el gas natural que se transporta por las cercanías hacia el Brasil.

Dicho artículo contenía detalles técnicos y económicos del proceso de reducción directa del mineral de fierro para convertirlo en aceros especiales. Esta misma información, junto con otras industrias derivadas del metano reformado, fue entregada en un CD por el autor al presidente Mesa –en marzo de 2004– para su información y el estudio de sus asesores y expertos y hasta ahora no hubo ninguna respuesta a esta iniciativa.

Y como el Gobierno Boliviano no tomó la iniciativa tenía que ocurrir lo inevitable: ¡otros países utilizarán nuestro gas natural para producir fierro y acero! En efecto, el periódico El Diario publicó (24/02/05) la noticia de que el gobierno brasileño ha firmado una carta de intenciones con la empresa inglesa Río Tinto Zinc, para la construcción de un polo siderúrgico en la ciudad brasileña de Corumbá, al frente de la ciudad boliviana de Puerto Suárez, donde se utilizará mineral de hierro del yacimiento brasileño de Urucum, serranía gemela del Mutún. El proyecto tendrá una inversión de 3.200 millones de dólares americanos y aprovechará «la cercanía del gas natural boliviano».

Sin embargo, tanto el Gobierno brasileño como la empresa Río Tinto Zinc consideran que para que sea viable este proyecto, Bolivia debe venderles gas natural a un precio entre 1,0 y 1,50 dólares el millar de BTU. Es decir que el polo siderúrgico en el Brasil no podrá ser llevado a cabo porque resulta que el precio del gas es muy caro, y el gobierno boliviano debía reducirlo para favorecer a la industria del Brasil. En otras palabras, están planteando que Bolivia les rebaje el precio promedio de venta de gas natural al Brasil, que es de 2,13 dólares por millar de BTU, a la mitad.

Según Mario Paulsen –El Diario, 26/03/05–: “Esta solicitud de rebaja de 50 por ciento en el precio de venta del gas natural al Brasil significa pedir que Bolivia subvencione el precio del gas natural a la empresa Río Tinto Zinc, socia o ex socia de la Compañía Minera del Sur del ex presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada. Así esta empresa podría tener un Proyecto Siderúrgico económicamente viable en territorio brasileño, a costa del país más pobre de Latinoamérica, como actualmente es Bolivia, que tendría que olvidarse del proyecto de Mutún propuesto por el autor de éste artículo desde hace varios años”.

Por su parte, Ernesto Millán en su reciente artículo: “Estrategias equivocadas, ahora en la siderurgia” –El Diario, 26/03/05– comenta: “Es increíble que nuestras autoridades, o quienes estén como negociadores, no tengan idea de lo que el país necesita, además que no tienen plan para industrializarlo. No entendemos semejantes disparates. Es hora de que renuncien, que tengan el valor de aceptar que son incapaces, pues sus frutos demuestran que no pueden solucionar los problemas del país, menos desarrollar una estrategia de crecimiento, desarrollo económico propio.

“Hay que parar este despropósito de querer pignorar los recursos que la naturaleza nos ha dado. Invoco a las fuerzas vivas del país, especialmente a las de Santa Cruz, departamento en el que se halla esta riqueza del Mutún, a descubrir a estos incapaces, echarlos y realizar este sueño de tener la industria madre, en suelo boliviano, con capitales bolivianos y para beneficio de los mismos”.

Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es: ¿Hasta cuando Bolivia tiene que esperar la voluntad política de un gobierno negligente para emprender industrias derivadas del metano y crear miles de empleos y dando alrededor de 300 por ciento de valor agregado a su gas natural?.

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Políticos que no confían
en su propio pueblo

Y más importante aún es preguntar: ¿Por qué el gobierno de Mesa deja que los países vecinos –Brasil y Argentina, y pronto Paraguay y Uruguay–, a quienes vendemos nuestro gas a precios bajos, precisamente aprovechen de este gas barato que les proveemos para crear grandes industrias derivadas del metano (fertilizantes, plásticos, diesel, fierro y acero), para potenciarse como países poderosos industrialmente en desmedro de nuestro desarrollo como país viable?

¿Será que la ignorancia en materia de hidrocarburos e industrias derivadas que tienen los ministros del área y el propio presidente Mesa les convierte en promotores del desarrollo industrial de los países vecinos, aprobando la exportación de mayores volúmenes de gas barato para hacer que esas industrias sean viables económica y financieramente en su territorio?

¿Será que es una simple tozudez infundada de no confiar en nosotros los ingenieros bolivianos que hemos planteado, una y otra vez, que el mejor negocio del gas natural está en su industrialización dentro el territorio nacional?

¿O no quieren entender que Bolivia tiene una oportunidad histórica para salir de su miseria y subdesarrollo, con la creación de industrias derivadas del metano que produzcan empleo en casa, valor agregado de más de 2.000 por ciento e ingresos para el TGN del orden de US$ 1.500 millones anuales, fuera de otros beneficios colaterales, que pueden servir para borrar de una vez por todas la imagen de país pordiosero que tenemos?

Volviendo al tema del fierro y acero como derivados del gas natural (metano reformado), volvemos a insistir en que la viabilidad técnica y económica de producir fierro y acero en Bolivia utilizando el Proceso MIDREX (reducción directa del mineral de fierro con metano reformado) se torna alta, tomando en cuenta las enormes reservas de mineral de fierro (4.000 millones de toneladas) que hay en el Mutún, junto a las grandes cantidades de gas natural que tenemos.

Calculamos que la planta para producir un millón de TM/año de fierro y acero costaría unos US$ 640 millones, y que garantizaría un precio de US$ 0,35 por Kg de hierro producido en Bolivia. Esto beneficiará principalmente a las industrias de la construcción, de la minería y otras que utilizan fierro y aceros especiales en grandes cantidades.

Además: ¿por que no aprovechar de la actual coyuntura del aumento que se ha producido en los precios internacionales del acero?. Por ejemplo, los productos de acero laminado en caliente, que al finalizar el año 2001 tenían un precio de US$ 199 por tonelada, a fines de diciembre de 2004 tenían un precio de US$ 711 por tonelada, lo que significó un aumento de 257 por ciento.

Este incremento de precios le da al Mutún la posibilidad de exportar productos de acero, inclusive a mercados europeos y asiáticos. Además, recordemos que tanto China como Corea han demostrado interés en invertir en este rubro en Bolivia, y enviaron emisarios el año pasado para entablar conversaciones con el gobierno nacional.

Finalmente, con el fin de garantizar el establecimiento de un polo de desarrollo siderúrgico industrial en el Mutún, tanto el Poder Legislativo como el Poder Ejecutivo deben realizar las siguientes acciones inmediatas: Mutún:

a) El Senado debe incluir en la nueva Ley de Hidrocarburos un artículo donde se establezca claramente como prioridad nacional la creación de industrias derivadas del gas natural (especialmente del metano) para producir fertilizantes, diesel, plásticos, fierro y acero, otorgando incentivos en el precio de la materia prima. Mutún.

b) Por su parte, el Ejecutivo debe diseñar una Política de Estado por la cual debe toda industria establecida en territorio boliviano que produzca valor agregado del gas natural se beneficie con un precio preferencial de 50 centavos de dólar el millar de BTU’s de gas natural. Este precio haría que las industrias tengan alta competitividad de sus productos de valor agregado en los mercados internacionales.Mutún.

Por lo tanto: presidente Mesa, señores ministros de Estado, tienen ustedes la palabra. ¡Aprovechemos el Mutún para los bolivianos!

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* Dr. Ing. Ph.D. (Metalurgia, EEUU), catedrático de la UMSS en Cochabamba.

skalera@entelnet.bo

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