Bolivia: Preguntas que el Pachamamismo debería responder

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Pero el pensamiento nacional también se siente parte de la contribución a la raza cósmica, que el mexicano José Vasconcelos desarrollara, en 1925, en los siguientes términos: “La raza cósmica es el mestizaje latinoamericano. Es la mayor contribución filosófica de América Latina a la humanidad desde su propia originalidad. Es la matriz de una nueva era civilizadora y esperanza de acabar con las guerras fratricidas, razón por la que debería convertirse en el deber ser de los seres humanos.

Es la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y la sangre de todos los pueblos”. La voz de Vasconcelos enfrentaba a la del Conde de Gobineau, que pretendía prolongar la guerra de las razas superiores contra las inferiores (al igual que Huntington, hoy en día), en tanto que el también francés Gustavo Le Bon afirmaba que las mezclas raciales provocan degeneraciones. Gobineau y Le Bon están entre los inspiradores del nazismo.

Latinoamérica ha incorporado, felizmente, las reflexiones del indigenismo, que rescatan la importancia de culturas ancestrales y cuidados ecológicos, en un planeta acosado por la irracionalidad del capitalismo, al que el socialismo latinoamericano anhela también reemplazar, con visión endógena. Esa visión pasa por obligar a las ONG euro céntricas, herederas de Gobineau y Le Bon, a que rindan cuentas de los dineros que reciben de los paraísos fiscales y de transnacionales extractivistas.

El pensamiento nacional y el indigenismo endógeno deberían tener una primera meta común: Conquistar nuestra auto estima como país, como pueblo y como seres humanos.

Deberíamos ser capaces de terminar con los donativos de ambulancias, computadoras o carros bomberos ONG o de centros de poder mundial, pero también de convencer a los dirigentes de los ayllus del norte de Potosí de poner fin a las campañas de mendicidad que llevan adelante mujeres y niños de la región, en varias ciudades de Bolivia (Guisela Derpic: “590 Días de Travesía Prefectural”, 2011). La construcción de la identidad nacional es tarea pendiente, que debería nutrirse con los mejores aportes del indigenismo y del socialismo latinoamericano, basado en el nacionalismo defensivo. De esa conjunción depende que Bolivia continúe existiendo.

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