Bolivia y cinco países cierran fronteras al narcotráfico
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El gobierno de Bolivia, bajo el principio de la corresponsabilidad, anunció el cierre de las fronteras al narcotráfico y al crimen organizado, en coordinación con Brasil, Perú, Paraguay, Argentina y Chile, informó la agencia de noticias boliviana ABI.Anoche, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, afirmó que "Hemos encontrado una muy buena predisposición de los países vecinos para librar una dura lucha contra el tráfico ilícito de droga y sustancias químicas".
En compañía del viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, y el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), Cnl. René Sanabria, Rada visitó Brasil para reunirse con el ministro de Justicia y Jefe de Gabinete Político brasileño, Tarso Genro, y acordar a corto plazo la necesidad de realizar acciones contra el narcotráfico y el crimen organizado en las zonas fronterizas.
"Nosotros hemos visto que por mucho tiempo la estrategia de lucha antidrogas estuvo mirando hacia el norte, con influencia de Estados Unidos que definía los objetivos y los recursos", declaró Rada.
En tanto, el ministro sostuvo que desde enero de 2009 se intensificarán las operaciones contra el narcotráfico en Bolivia. En ese marco, indicó que Brasil, a través de su Ministerio de Justicia, confirmó su disposición de cooperar bilateralmente con Bolivia en la lucha frontal al narcotráfico.
La disposición brasileña responde a un convenio suscrito en 1977, actualizado este año, que permite que a partir del 2009 Brasil y Bolivia realicen operaciones conjuntas contra el tráfico ilícito de drogas en la frontera.
El pasado 1 de noviembre el presidente boliviano Evo Morales, ordenó la suspensión indefinida de las operaciones de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) tras denunciar que el organismo apoyó el frustrado golpe cívico-prefectural contra el gobierno de Bolivia en el mes de septiembre.
Tras ello, el Poder Ejecutivo planteó la formación de una unidad antinarcóticos regional, y la creación de una Unidad Nacional de Inteligencia, entre las Fuerzas Armadas y la Policía, para suministrar información que coadyuve a la lucha contra el crimen y el narcotráfico.