Bolivia y Perú buscan normalizar relaciones
surysur
Los cancilleres de Bolivia y Perú establecieron conversaciones acerca de la necesidad de recomponer sus lazos diplomáticos, luego de que funcionarios de ambos países se trenzaran en un cruce de declaraciones. El gobierno peruano se había mostrado molesto por supuestas injerencias del presidente boliviano Evo Morales.
José Antonio García Belaunde, canciller peruano, aseguró que su homólogo de La Paz, David Choquehuanca, le expresó la voluntad del Palacio Quemado de superar los incidentes y recomponer las relaciones bilaterales.
El cruce se inició cuando Evo Morales comentó acerca de la posible existencia de una base militar de Estados Unidos en suelo peruano. En respuesta a esto, el mandatario de Lima, Alan García, llamó a consultas a su embajador en La Paz. En ese contexto, Perú elevó un reclamo ante la Organización de Estados Americanos (OEA) contra las “intromisiones” de Morales.
Ahora, García Belaúnde expresó que la comunicación con Choquehuanca “fue muy oportuna para despejar el ambiente y poder trabajar conjuntamente, que es lo que debemos hacer para beneficio de nuestros pueblos”.
En ese sentido, el diplomático manifestó “que hay una voluntad de reencausar las relaciones y volver al tono de amistad y de colaboración que debemos tener”. Además dijo que se recupera el manejo cordial de la relación bilateral.
En conclusión, García Belaúnde aseveró que “no hay ningún conflicto, lo que se trata es de respetarnos mutuamente”, según cita la agencia estatal de noticias peruana Andina.
Por otro lado, en la jornada de ayer, Evo Morales solicitó a los países de la OEA y a su secretario general, José Miguel Insulza, que impida la instalación de bases militares extranjeras en América Latina.
Tras esto, el mandatario boliviano aseguró que “la defensa de la dignidad de Latinoamérica no es una intromisión sino una orientación para dignificar y defender la soberanía de nuestros pueblos”.
La disputa entre los presidentes Morales y García tiene como trasfondo las relaciones con Washington y la política de apertura comercial que impulsa el peruano, afín a suscribir tratados de libre comercio (TLC), algo a lo que el boliviano se opone.