BRASIL. – LA RECESIÓN EN EEUU Y SUS REFLEJOS
Motivos para temer no faltan, ya que la situación de la economía yanqui es grave. Ella es totalmente parasitaria, endeuda y está enferma desde hace tiempos. La crisis inmobiliaria del año pasado fue sólo la punta del iceberg, llevando a la quiebra a miles de estadounidenses. El dólar continúa cayendo en el mundo, quebrantando uno de los pilares del imperio.
El desempleo vuelve a alcanzar records, afectando al 5% de la población económicamente activa en diciembre. Las compras de la Navidad pasada fueron las peores de los últimos años e Iraq se ha convertido en el nuevo Vietnam. ¡El pesimismo se apodera de los yanquis!
La caída del imperio
Según una reciente investigación de la CNN, el 57% de los estadounidenses evalúa que el país ya se encuentra en recesión. Para David Brooks, de La Jornada, este pesimismo es comprensible. «Miles perdieron sus casas con la crisis de la deuda hipotecaria, uno de cada 10 padece de hambre, el sueldo real de la amplia mayoría de los trabajadores no mejora en más de 30 años…
«El ‘sueño americano’ se define muy sencillamente: la nueva generación gozará de mejor nivel de vida que la anterior. Pero este mito fundamental en el país se desvanece rápidamente. Una investigación reciente detectó que solamente el 16% cree que sus hijos tendrán mejores condiciones económicas que la suya».
En cierto sentido, la amenazadora recesión confirma la tesis de la caída relativa –y no del colapso inmediato– del «imperio del mal». Como afirma el periodista Umberto Martins, «la crisis inmobiliaria y la crisis del dólar revelan la fragilidad de la economía estadounidense, que ingresó en el siglo XXI bajo el impacto del colapso de la ‘Nueva Economía’ y la recesión de 2001.
«Son hechos desconcertantes para quien apostó sus fichas al relanzamiento de la hegemonía económica de EE UU y alimentó la idea de que la superpotencia en declive sería la gran locomotora de la economía internacional, al menos hasta 2050. Felizmente, la realidad tiene el don de disipar ilusiones».
Optimismo excesivo del Banco Central de Brasil
¿En este escenario sombrío, que aterroriza los dueños del capital, cuáles son las manifestaciones en el resto del mundo? Es cierto que, incluso debilitada, la economía yanqui todavía ocupa una posición destacada en el planeta. En caso de que entre realmente en recesión, toda la economía mundial se vería afectada, incluso la brasileña. Uno de los efectos será la reducción de las importaciones, sobre todo de las mercancías dependientes y limitadas. También puede darse una fuga de capitales, inclusive de las inversiones directas, y la quiebra de las poderosas multinacionales yanquis, con sus efectos devastadores.
En este sentido no se justifica el excesivo optimismo de Henrique Meirelles, presidente del Banco Central, para quien el país está preparado para enfrentar las consecuencias de la recesión en EEUU «Brasil está muy bien posicionado hoy dentro del escenario mundial».
Ese optimismo exagerado inclusive contradice las intuiciones del presidente Lula, que en la última reunión de su consejo político, confesó temer los efectos de la crisis en EEUU Mucho mejor sería que los responsables de la política económica se dedicaran ya a planificar las medidas que se necesitan para defender la economía nacional, como la adopción de mecanismos para el control del flujo de capitales.
Es cierto que Brasil hoy es menos vulnerable frente a las manifestaciones externas. Hasta sectores críticos de la política macroeconómica del gobierno reconocen este avance. El economista Paulo Nogueira Batista Jr., por ejemplo, no cree que la recesión en EEUU paralizará el crecimiento brasileño. «La recesión americana tendría que ser muy fuerte para producir ese efecto… A menos que se instaure un escenario externo caótico, la economía brasileña continuará creciendo. Incluso si EEUU entra en recesión». De cualquier forma, ¡más vale prevenir que lamentar!
* Periodista, integra el Comité Central del Partido Comunista de Brasil, editor de la revista Debate Sindical y autor del libro Las encrucijadas del sindicalismo (Editorial Anita Garibaldi).
Texto en portugués.
A RECESSÃO NOS EUA E SEUS REFLEXOS
Motivos para temores não faltam, já que a situação da economia ianque é grave. Ela é totalmente parasitária, endividada, e está enferma há tempos. A crise imobiliária, no ano passado, foi apenas a ponta do iceberg, levando ao despejo milhares de estadunidenses. O dólar continua derretendo no mundo, abalando um dos pilares do império.
O desemprego volta a bater recordes, atingindo 5% da população economicamente ativa em dezembro. As compras do Natal passado foram as piores dos últimos anos e o Iraque virou o novo Vietnã. O pessimismo toma conta dos ianques!
O declínio do império
Segundo recente pesquisa da CNN, 57% dos estadunidenses avaliam que o país já se encontra em recessão. Para David Brooks, do La Jornada, este pessimismo é compreensível. “Milhares perderam suas casas com a crise da divida hipotecária, um em cada 10 padece de fome, o salário real da grande maioria dos trabalhadores não melhora a mais de 30 anos…
O ‘sonho americano’ se define muito simplesmente: a nova geração gozará de melhor nível de vida do que a anterior. Mas este mito fundamental no país está se desvanecendo rapidamente. Pesquisa recente detectou que somente 16% acreditam que seus filhos terão melhores condições financeiras do que a sua”.
Em certo sentido, a ameaçadora recessão confirma a tese do declínio relativo –e não do colapso imediato– do “império do mal”. Como afirma o jornalista Umberto Martins, “a crise imobiliária e a crise do dólar revelam a fragilidade da economia estadunidense, que ingressou no século 21 amargando o colapso do ‘Nova Economia’ e a recessão de 2001. São fatos desconcertantes para quem apostou as suas fichas no relançamento da hegemonia econômica dos EUA e alimentou a idéia de que a superpotência em declínio seria a grande locomotiva da economia internacional pelo menos até 2050. Felizmente, a realidade tem o dom de dissipar ilusões”.
Otimismo excessivo do BC
Diante deste cenário sombrio, que aterroriza os donos do capital, quais os reflexos no restante do mundo? É certo que, mesmo combalida, a economia ianque ainda ocupa posição de destaque no planeta. Caso entre realmente em recessão, toda a economia mundial será atingida – inclusive a brasileira. Um dos efeitos será o da redução das importações, principalmente das dependentes e limitadas commodities. Também poderá ocorrer fuga de capitais, inclusive nos investimentos diretos, e quebradeira das poderosas multinacionais ianques, com os seus efeitos devastadores.
Neste sentido, não se justifica o excessivo otimismo de Henrique Meirelles, presidente do Banco Central, para quem o país está preparado para enfrentar as conseqüências da recessão nos EUA. “O Brasil esta muito bem colocado hoje dentro do cenário mundial”. Esse otimismo exagerado inclusive não bate com as intuições do presidente Lula, que na última reunião do seu conselho político, confessou temer os efeitos da crise nos EUA. Bem melhor seria que os responsáveis pela política economia já se debruçassem sobre as medidas necessárias de defesa da economia nacional, como a adoção de mecanismos para o controle do fluxo de capitais.
É certo que o Brasil hoje está menos vulnerável aos humores externos. Até setores críticos da política macroeconômica do governo reconhecem este avanço. O economista Paulo Nogueira Batista Jr., por exemplo, não acredita que a retração nos EUA paralisará o crescimento brasileiro. “A recessão americana teria que ser muito forte para produzir esse efeito… A menos que se instaure um cenário externo caótico, a economia brasileira continuará crescendo. Mesmo que os EUA entrem em recessão”. De qualquer forma, é bom se prevenir!
* Altamiro Borges é jornalista, membro do Comitê Central do PCdoB, editor da revista Debate Sindical e autor do livro “As encruzilhadas do sindicalismo” (Editora Anita Garibaldi).
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Un despacho de la Agencia Latinoamericana de Informacion