Camilo Taufic / ¿Por qué no Farkash en vez de Mark Onemi?

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Éste es un juego de política-ficción, que transcurre en un país suramericano inventado que llamaremos Chille. Cualquier parecido con la realidad es simple coincidencia. Los chillones deben elegir al próximo Presidente de la República, y están indecisos respecto a los candidatos, entre los cuales destacan dos: uno de centroizquierda y otro de centroderecha… digamos.

La centroizquierda es poderosa, dentro y fuera de la ley (no olvidemos que éste es un escenario de fantasía; el mundo al revés). Controla los dos periódicos más influyentes del país; todos los canales de TV; la inmensa mayoría de las radios, la publicidad, las empresas de marketing y las encuestadoras. Además, los servicios de inteligencia le obedecen a ella, y no todo lo contrario… Y, desde luego, tiene cortitos a sus rivales, que no se atreven a desenmascarar sus maniobras.

Pero con todo su poder, la centroizquierda sabe que no puede derrotar así nomás al candidato de la derecha, que en el fondo es un buen representante del sector, pese a las especulaciones de todo tipo que vuelan al respecto, y que no son más que eso, puras especulaciones…

Y entonces el comando ‘C-I’ inventa el más astuto de los trucos: inflar poco a poco y luego desmesuradamente a un segundo candidato de centroderecha, para dividir sus fuerzas y reinar ella en las urnas. Elige para su maquinación al más inesperado: un tal “Farkash”, que viene del Primer Mundo, donde tuvo comienzos difíciles; apuesto, multimillonario en dólares, se mueve en el ambiente artístico, gracias a un oportuno casamiento.

Generoso como pocas veces se ha visto en “Chille”, reparte migajas de su fortuna en festivales y discotecas, donde ofrece hasta bebidas y sándwiches al electorado joven, y va entregando mano a mano billetes de 10 lucas a cualquier transeúnte mal trajeado que ve al pasar en su limusina. Hasta culminar con una donación de mil millones de pesos en la “Tole-Tole”, donde la centroizquierda –en esta ficción– impide que la derecha haga una vaca para que otro donante repentinamente lo iguale, y se pierda el impacto que iba a provocar “Farkash” en exclusiva.

Los cerebros de la centroizquierda del cuento conocen como nadie el alma humana. “Dile al tonto que es forzudo, y se echará un saco de 120 kilos encima” –aseguran–. Fácilmente convencen a “Farkash” a través de entrevistas arregladas en TV y en ‘The Cynic’ que él debe asumir la voz de los descontentos y los despistados de este país, que de otra manera se irían con el candidato de derecha.

El diario La Terciaria lo lanza a sangre fría: “¡Encuesta exclusiva!: ‘Farkash’ tiene un 10 por ciento de los votos”, publica en su edición dominical. En vano tratan de desvirtuar esta cifra etérea la consultora “Martha Lakes y Jiles asociados” y otras encuestadoras consideradas serias.

Luego “Farkash” sigue subiendo como la espuma en encuestas truchas sucesivas, con todo el poder mediático detrás, y se termina imponiendo el disparate estadístico, según el adagio que dice: “Repite una mentira mil veces y se convertirá en verdad”.

Hasta que “Farkash” entra finalmente en competencia, y amenaza en serio al candidato de la derecha. Tiene ahora partidarios reales; indesmentibles. Pero el truco no habría resultado, sin otra ocurrencia genial de los “malos”: junto con ir inflando las encuestas falsas pro “Farkash”, fueron acompañándolas de datos verdaderos favorables a la Reina de todos los chillones, que empezó con un 63 por ciento de popularidad, el mismo día en que el diario aquel le dio 10 por ciento al candidato más joven, o sea “Farkash”, del que estamos hablando.

Así, los inocentes partidarios de la Reina se entusiasmaron por la buena imagen que a ella se le reconocía (con toda justicia, además) y cuando este porcentaje fue subiendo en sucesivas encuestas, hasta casi el 80% actual, todos terminaron aceptando cualquier sondeo, incluidos los asombrosamente crecedores de “Farkash”, en el cual no creería ni mi abuelita, en un tiempo en que no existían los medios para lavarle el cerebro a una nación de zorzales.

Camilo Taufic es periodista y escritor.
En www.lanacion.cl

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