Chile: ¡Adiós al Programa!

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Para entender el trasfondo político del discurso presidencial del 21 de mayo resulta clarificador leer al ministro del Interior, Jorge Burgos, entrevistado por el Diario Financiero. Con frases sin rodeos logra definir lo que constituyó el núcleo del discurso(1): “El crecimiento fue un verbo vector permanente del discurso, ‘sin un crecimiento sostenido no hay posibilidades de avanzar en más igualdad’, ‘pacto por un crecimiento sostenible en el tiempo’, ‘elevar la productividad’, finanzas públicas sanas, no al populismo, compromiso por cumplir la regla fiscal, respeto a la propiedad privada. Clarito como el agua, señales claras, si no las quieren leer ya no es problema de la presidenta, parece ser un problema de algunos receptores”, sostiene el ministro.
Burgos deja en claro “para quiénes” y “para qué” se construyó la cuenta pública de este año. Sin anuncios de relevancia ciudadana, sin un relato de futuro convocante para su base de apoyo político y social, el gobierno presentó un mensaje con un sólo destinatario, muy claro: el gran empresariado, los poderes económicos internacionales y nacionales, a los que se propuso construir una nueva agenda pro-crecimiento. Burgos afirma claramente que la audiencia a la que apuntaba la presidenta eran “aquellos que son esenciales para levantar el ánimo del crecimiento. Creo que el sector privado en eso tiene un rol importantísimo. Despejemos fantasmas”.
Más explícitamente, para este ministro “la contribución básica de la cuenta es mejorar el ambiente, a veces enrarecido (…) Es un llamado a losactores políticos y sociales para construir un gran acuerdo en esa dirección, la presidenta y su gobierno lo desea y está dispuesta”. En otras palabras, “que exista acuerdo que el crecimiento debe ser el objetivo central de la segunda parte del gobierno de Michelle Bachelet es, qué duda cabe, particularmente trascendente para el gobierno, especialmente el Ministerio de Hacienda prioriza ese desafío. Si los empresarios lo valoran, ya están entonces dos actores centrales desde la política; desde el mundo del trabajo creo habrá una respuesta positiva”.

Del «realismo sin renuncia» al «realismo objetivo»ch jorge burgos1

Este énfasis tan explícito y sin tapujos revela que al interior del gobierno los ministros del área económica, apoyados por Burgos y los sectores más conservadores de la Nueva Mayoría, han ganado finalmente un largo debate que comenzó a inicios de 2015, luego del cambio de gabinete, cuando se anunció la política del “realismo sin renuncia”. Un año después los partidarios de la renuncia a secas se han fortalecido, al punto de cuadrar y definir el fondo y la forma del discurso presidencial.
El triunfo interno de los conservadores y neoliberales en el gabinete tiene como consecuencia directa que el programa comprometido ante el país se ha archivado. Burgos en su entrevista al Diario Financiero detalla su satisfacción por este estado de situación. Ante la pregunta: “El reconocimiento de que la obra gruesa ya está, ¿es una muestra de que se impuso el realismo. O, dónde sigue estando ahí la renuncia?”, el ministro contesta: “Ni triunfo, ni derrotas, realismo objetivo, las grandes reformas están en marcha, hay que consolidarlas. Con ellas Chile será un mejor lugar donde vivir”.
Este “realismo objetivo”, puro, duro y sin apellidos, significa para Burgos entre otras cosas que no habrá cambios en materia de pensiones: “Una AFP estatal, es a mi juicio, una buena decisión. Desde mi perspectiva, consolida la opción de un sistema de capitalización individual (…) Una AFP del Estado no es más que eso y eso es importante. Si hay alguien que crea que hay que poner en discusión el sistema previsional chileno, está en su derecho. Pero no va a ser una cuestión que se discuta en los dos años de gobierno que quedan”. Alejandro Ferreiro, ex superintendente de Pensiones, hombre de empresa, para nada cercano a la Izquierda, comentó este anuncio diciendo: “Lo que yo leo entre líneas es que el gobierno más bien formaliza su renuncia a intentar legislar sobre esta materia en este periodo y el tema va a quedar pendiente”(2). Nuevamente, renuncia programática a secas. O “realismo objetivo”.
Ante los casos de corrupción y despilfarro en las FF.AA., ningún cambio de fondo: “La modificación a la Ley Reservada del Cobre no es necesaria a partir de la polémica, porque -cuidado- luchar contra casos de corrupción no tiene que ver necesariamente con la ley”.
En materia de garantías y derechos fundamentales para la ciudadanía, Burgos rechaza la iniciativa de algunos parlamentarios de recurrir al Tribunal Constitucional ante la insistencia en introducir la nueva detención por sospecha (control preventivo de identidad): “La Agenda Corta es muy concreta. Más atribuciones a las policías en su rol preventivo, más atribuciones a los fiscales y establecimiento de normas másestrictas de juego de las atenuantes a la hora de dictación de sentencia para los delitos de más ocurrencia en Chile”.
Frente a un posible veto del gobierno a la fallida reforma laboral, luego del dictamen adverso del Tribunal Constitucional en materia de titularidad sindical, Burgos da a entender que no se aplicará: “Sobre el tema laboral y el fallo del TC, ¿usted es partidario de retirar el veto? -Aún hay una discusión técnica -responde- sobre los instrumentos legislativos destinados a dar vigencia plena a la reforma laboral”.
En relación a los debates del proceso constituyente, Burgos cierra la puerta a cualquier cambio que afecte los intereses comerciales y financieros: “Se ha instalado que está en juego el derecho de propiedad. La presidenta ha sido categórica en eso, no está en juego el derecho de propiedad. Las discusiones que hay son las discusiones que ha habido siempre. Se discute legislativamente en materia de derechos de agua, que la empresa que hace uncamino tiene que correr los postes, esas son las discusiones que hay, pero el derecho de propiedad como derecho esencial, no está en juego. ¡Por favor!”.
 
ch nueva mayoria y alianza¿Obra gruesa terninada o elefante blanco?
El giro conservador, pro-empresarial y financiero del gobierno se sostiene en dos premisas: la grave crisis del precio de los recursos naturales y la necesidad de consolidar un conjunto de reformas en curso que sólo deben pulirse. De allí el argumento de la “obra gruesa terminada”. No hay que construir nada más, sólo afinar las terminaciones.
Sobre el primer aspecto es evidente que el contexto de las economías en América Latina es muy preocupante. La debacle de los precios de las exportaciones ha generado una ola de inestabilidad política que la derecha está aprovechando muy bien, dando un golpe parlamentario contra el gobierno del PT en Brasil, devolviendo a Argentina a los años del neoliberalismo más feroz,avanzando en Perú y acorralando a Bolivia, Ecuador y Venezuela. No es extraño que este contexto haya inoculado cierto pavor en la dirección de los partidos de la Nueva Mayoría.
Sin embargo Chile podría enfrentar la crisis de las materias primas de otra forma. Y no lo dicen solamente los economistas de Izquierda. El Estadodispone de amplios ahorros públicos depositados en el exterior que le permitirían salir al paso de las demandas de gasto a raíz de la crisis de Chiloé, cumplir el compromiso de gratuidad en la educación superior, pagar el bono adeudado a los funcionarios públicos de Atacama, subir las pensiones de miseria, incrementar los gastos de la salud, transporte público, protección de los ecosistemas, dar cuenta de sus compromisos ante los ex presos políticos, etc. Más aún si deja de priorizar el gasto militar actual, eliminando los aportes de la Ley Reservada del Cobre, y disminuyendo los subsidios a las empresas, yasean salmoneras, mineras, o universidades privadas con lucro, que de forma directa o indirecta se embolsan enormes recursos fiscales.
Pero un giro de esa naturaleza representaría un viraje que impediría a la actual coalición concluir las reformas en curso. El “as bajo la manga” de los sectores conservadores de la NM radica en que ninguna de las reformas acometidas en la primera etapa del gobierno está realmente concluida. De allí la imagen de la “obra gruesa”. Se necesitan todos los votos de todos los parlamentarios de la NM para que esos cambios puedan cristalizarse, o de lo contrario la obra gruesa se convertiría en un elefante blanco, esperpéntico y grotesco, con gratuidad vía glosa, una reforma laboral que retrocede en materia de sindicalización, y una serie deotros ornitorrincos legislativos sin pies ni cabeza. De allí el poder de ese sector a la hora de chantajear a los participantes en el tablero político de la Nueva Mayoría. Algunos actores políticos ya interpretan este momento como un jaque mate definitivo y sin vuelta. Por ejemplo, los militantes de Revolución Democrática que colaboraban en tareas de gobierno, y que han renunciado a sus cargos.
Este diagnóstico desalentador revela la necesidad de conformar un campo de fuerzas que permita al país salir del atolladero. El abandono de los compromisos programáticos por parte del gobierno debería entenderse como laruptura formal de un contrato, que ya no ata a los movimientos sociales ni a la Izquierda en ningún aspecto. Liberados de toda expectativa, superada la hora de las promesas, y terminada la “obra gruesa”, cabe iniciar un ciclo de reorganización y redefinición, bajo la lógica de arribar a un Polo Constituyente, que asuma un papel protagónico en la conducción de las luchas sociales y políticas, bajo un horizonte verdaderamente transformador.
Entre el anuncio del “realismo sin renuncia” y el “realismo objetivo” sin apellidos ha pasado tan sólo un año. ¿Qué realidad mostrará el país el 21 de mayo de 2017? Las palabras del ministro Burgos mostrarán en esa fecha si él ha conseguido su objetivo, y ha terminado de vaciar de contenido las reformas, o han sido el pueblo y sus luchas los que han logrado empezar a reconducir los acontecimientos.

Notas
(1) Diario Financiero, 24 de mayo de 2016.
(2) Diario Financiero, 23 de mayo.

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1 comentario
  1. Antonio Casalduero Recuero dice

    Nunca he podido entender muy bien qué hace un señor como Jorge Burgos dentro del gobierno chileno. Este señor fue uno de los dos directores de la tristemente célebre «La Oficina», una copia camuflada de la DINA o la CNI, cuyo objetivo era aniquilar las fuerzas combativas del Grupo Revolucionario Lautaro, incluyendo una matanza de pasajeros de una micro que pasaba frente al Líder de Apoquindo, casi esquina de Manquehue. Este señor, junto a Marcelo Schilling, aplicó una política de exterminio contra los opositores a los gobiernos de la Concertación. Su socio de exterminio fue apodado el «Mamo» Schilling, pues copió a la perfección los métodos de Manuel Contreras en los tiempos de la DINA. Entonces, verlo metido dentro del gobierno de BAchelet, resulta chocante, contradictorio, a menos que haya habido arreglines previos con la mandataria tras las cortinas del poder.

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