Chile: Éxitos y espejismos en la educación superior

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Nuestra educación superior es entregada por 60 universidades  -16 públicas- y el resto, incluyendo 10 católicas, privadas, por unos 30 institutos profesionales, todos privados  y por más de un centenar de CFT, centros de formación técnica, también privados.

Hasta aquí, todo bien; pero escarbemos un poco.  Los expertos suelen afirmar que este crecimiento va a continuar y que, en unos 5 años más ese porcentaje habrá crecido al 50 por ciento porque eso es lo que pasa en los países más desarrollados tras cuyas huellas avanza Chile.

Pero mientras la educación básica y media de mejor calidad y pagada, en general privada, contrasta con la pública, gratuita y de calidad mediocre, la mejor enseñanza superior, relativamente más barata, es pública  y queda reservada a los mejores puntajes que suelen venir de los colegios privados.

 

De modo que los relativamente ricos pagan por tener la mejor formación inicial y se benefician de las mejores universidades, mientras los pobres tienen que hacer inmensos sacrificios para ir a las peores universidades, relativamente caras.

 

Por razones de redes sociales y preparación los egresados de las mejores universidades monopolizan los mejores empleos, mientras que los otros suelen descubrir que sus sacrificios y los de sus familias los condenan a la cesantía o a los empleos marginales.  La ayuda financiera como becas a estudiantes, está financiada por el Estado y reservada para los mejores puntajes.

El crédito universitario, accesible en ciertas condiciones a los más pobres, conlleva un compromiso caro y de largo plazo, que se justifica sólo si los estudios  ayudarán efectivamente  a obtener trabajo bien remunerado.

Las imprecisas informaciones  disponibles permiten estimar en un tercio el número actual de egresados que no logra inserción atractiva y estable en el mercado de trabajo. En el contexto de los niveles de pobreza chilenos, en que el ingreso mensual medio de las familias del quinto decil (la media estadística), es de 300 mil pesos, enviar un hijo/hija a la universidad es un sacrifico inmenso: si él/ella no se gradúa o si no consigue empleo el sacrificio ha servido sólo para transferir recursos desde los pobres a los empresarios de la educación.

  

Según el gobierno y algunos expertos que basan todos sus análisis en cifras medias, de todas maneras, incluso para los pobres, la educación superior sería una buena inversión. Cuando uno  convive con egresados que, después de 3 años, no han tenido ningún trabajo habitual remunerado, la conclusión es distinta.

Por la misma razón de fondo, a saber, la pésima distribución del ingreso, el esperado aumento de la matrícula en la educación superior no va a ocurrir: hay una gran fracción demasiado pobre y no tan estúpida  como para entender que no les es posible ni racional pasar más hambre para enviar a los hijos a universidades  que no les producen valor real como capital humano.

  

El modelo educacional de Pinochet, mejorado por la Concertación, parece estar encontrando sus límites en un contexto en que los mercados de trabajo son envilecidos por la desprotección total y en que la distribución del ingreso es tan infame que el 80 por ciento -sí, leyó bien, ¡el 80 por ciento!- de las familias dispone para todos sus gastos de menos de mil dólares mensuales.

 

La educación superior, congelada en su desarrollo como servicio público, y dejada al puro mercado, ayuda positivamente a los hijos del cuarto más rico de la población, aproximadamente.

Para el resto, sirve como mecanismo adicional de estruje: lo que les queda después de pagar las financieras y tarjetas de crédito, el tv-cable y los celulares, se va en colegiaturas de discutible valor. Creo que éste es el sentido macroeconómico práctico principal de la educación superior privada: otra forma moderna de apropiarse del excedente, similar a la adicción a los teléfonos celulares (7 millones ya en  todo el país).

Crece así, de múltiples maneras, el mundo de espejismos.

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Fuente:
Foro Latinoamericano

(*) Ingeniero Civil, Escritor, Ex Vicerrector de Asuntos Económicos de la Pontiificia Universidad Católica de Chile.
En: www.portaldelpluralismo.cl

Sobre el tema: http://noticias.arcoiris.tv/modules.php?name=News&file=article&sid=178

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