Chile. – LA CASA OTOMANA Y LOS MUERTOS DE SETIEMBRE

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

HAY QUE SABER BAILAR
PARA ESTAR AL SERVICIO DE LA CASA OTOMANA

Virginia Vidal*

La famosa Casa Otomana  de los turcos estaba destinada a preparar desde chiquitos a los esclavos no turcos  que iban a ejercer los cargos directivos de gobierno y administrativos del imperio. En otras palabras, la Casa Otomana ponía a eficientes esclavos  al servicio de la nobleza turca, que se consideraba muy encima del rebaño.

 

La administración otomana estaba en manos de esta Casa de Esclavos que eran reclutados entre los no musulmanes, y educados desde la infancia para ocupar cargos directivos. Es sabido que hasta el visir del sultán era un simple esclavo que, si caía en desgracia, sería desposeído de su vida y bienes.

En Chile, funda la Casa Otomana don Martín de Larraín, cuya descendencia va a jugar notable papel sabiendo escoger a quienes han de  servir sus intereses.

 

fotoDon José Miguel Carrera se indignó cuando se dio cuenta de que su hermano José estaba siendo manipulado por la Casa Otomana, nombre por la que ya en aquel tiempo de la Independencia era conocida en la historia de Chile la familia Larraín con su bando.

 

Los patriotas aprendieron muy temprano que cuando un Larraín invita al ruedo a la fea, está muy consciente de que ella sabe bailar.

DIRIGENTES SINDICALES CAÍDOS DESDE EL 11 DE SETIEMBRE DE 1973

Manuel Ahumada**

Juan Antonio Acuña Concha, Federación Santiago Watts de FFCC.
Carlos Alcayaga Varela, Secretario Regional CUT La Serena.
Luis Almonacid Arellano , Secretario Provincial CUT, dirigente SUTE Rancagua.
Lincoyan Berrios Cataldo, Presidente Empleados Municipales de Chile.
María Bustamante Llancamil , Secretaria Fed. Trabajadores AUCAR de Osorno.
José Farfan Verdugo, obrero de la construcción y dirigente CUT.  
Exequiel Ponce Vicencio, dirigente portuario y director CUT.
Juan Gianelli Company, dirigente SUTE, Santiago.
Manuel González, Ramón Vivanco
y todos los fusilados en el Cerro Chena, San Bernardo.

Ellos, junto a otros sindicalistas de la ciudad y del campo, entregaron su  vida por el ideal común. Un mundo más justo y digno para todos.  Ellos fueron detenidos, torturados, ejecutados, hechos desaparecer, por su compromiso con la clase obrera, la clase de los trabajadores.

Similar suerte corrieron pobladores, militantes partidarios, cristianos   y no creyentes, jóvenes estudiantes secundarios y universitarios, profesionales,   hombres y mujeres de nuestro país. A todos ellos NO PODEMOS OLVIDARLOS, por   más años que trascurran.

El 11 de Septiembre se cumplirán treinta y tres, 33, años desde que, a sangre y fuego, uniformados  golpistas derrocaron al gobierno popular que encabezaba Salvador Allende.

Como cada año volverá escucharse a algunos llamando a reconciliarse y perdonar.   A quienes demandan y exigen justicia, los invitan a mirar el futuro sin rencores.   ¿Es que lo creen posible?

Miles de familias, viven esperando saber si «esos huesitos» encontrados en algún lugar de Chile, corresponderan en definitiva a sus familiares. Ésos a quienes sacaron de sus casas o que fueron detenidos en la calle hace tantos años y hechos desaparecer. Son varias las que esperan que cuando les vuelvan a entregar restos se trate en verdad de sus seres queridos, a ver si pueden ponerse fin a la tortura de no saber dónde están.

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Ni uno solo de los que torturaron y asesinaron, así como los que promovieron   el golpe y defienden la herencia de la dictadura, reconoció sus culpas abiertamente  ni menos pidió perdón en estos años. A lo más, han llegado a calificar de «excesos» los actos brutales que se cometieron. Insisten en responsabilizar a las victimas de lo que sucedió.

No habrá reconciliación ni perdón, mientras no se sancione a cada uno de   los culpables. Ni perdón ni olvido, es la consigna de los que hasta hoy buscan sin encontrar. Justicia. Nada más, pero nada menos.

Por eso nos duele que la CUT haya recibido a los «defensores de la dictadura» en su sede central, mancillando el nombre de todos los héroes obreros. Nos duele la traición. Nos duele el silencio de las organizaciones y movimientos, nos duele el silencio de todos ante ese cobarde acto.

Nosotros no callamos, nosotros no olvidamos. 

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* Periodista y escritora. Dirige la revista culutral digital Anaquel Austral (virginia-vidal.com).

 
** Drigente sindical sobreviviente a la represión dictatorial. Presidente C.G.T. MOSICAM.

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