Chile: las dramáticas tribulaciones de la familia López

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En algún sentido todo comenzó un fatídico 11 de setiembre; no el de 1973, sino el de aquella mañana en que los aviones se estrellaron contra las denominadas Torres Gemelas de Nueva York, en Estados Unidos. Atribuido desde el comienzo el atentado -los varios atentados simultáneos, en verdad- a terroristas árabes de Al Qaeda, «la Red», la oficina de espionaje interno en ese país (FBI) inició con velocidad las investigaciones pertinentes.

Porque -pensaron los investigadores- hechos de tal magnitud precisaron mover grandes sumas de dinero, se rastrearon los depósitos de ciudadanos extranjeros en los bancos estadounidenses.

foto La mala fortuna de los López se hizo evidente cuando el FBI advirtió, a mediados de 2004, movimientos en las cuentas del sanguinario ex dictador que llegaron a bordear unos US$ 15 millones.

Los agentes del Bureau no tenían dudas de que el -ya anciano, retirado y desaforado- general era ajeno a la conspiración terrorista; como señaló hace más de medio siglo un secretario de Estado estadounidense refiriéndose a otros trágicos colegas del militar chileno, éste era un «hijo de perra1«, pero al fin y al cabo un hijo de perra que les pertenecía.

Los llamó, no obstante, la atención que con un sueldo nominal de alrededor de US$ 3.000 hubiera podido el ex capitán-general ahorrar tantos millones; probablemente se dijeran que eso es parte del «folclorismo» bananero de América del Sur. En todo caso no era su problema. Si quienes sucedieron -ya en democracia- al dictador no tuvieron ninguna curiosidad, nos les competía a ellos intervenir en los asuntos internos de la república chilena.

Aparecen los López: chivos expiatorios

En América del Sur el apellido López no deja de ser común. Tal vez por eso la investigación que debieron abrir las autoridades santiaguinas, tan quietas por tanto tiempo, arrojó un resultado imprevisto. Con pasaportes legales a nombre de Daniel López el pillo ex uniformado y su pilla cónyuge -mistress López para estos efectos- conformaron una asociación más que marital completamente ilícita para depositar algunos dineros en bancos extranjeros.

El drama de Daniel López, viudo desde 1997,jubilado de una oficina fiscal, que habita en los suburbios al sur de la capital chilena es que no pocos de sus vecinos sospechan que es cuando menos cómplice de las jugarretas del ladrón que usó su nombre. Algunos parientes lejanos -de la ciudad de Angol-, además, insisten en pedirle diversos préstamos y lo acusan de miserable y coimero.

Uno de los hijos de este Daniel López -el verdadero, que no ha viajado nunca al exterior- podría enfrentar problemas tribunalicios; el López joven, en efecto, se dedica al negocio de la compra y venta de automóviles usados, casi colega -se diría- del hijo del otro López, el falso, que con el heterónimo del apellido original del ex dictador, enfrenta algunos cargos judiciales: al menos cómplice (receptor, dicen) de automóviles robados y falsificación de los documentos públicos en los que consta el registro de la propiedad de esos coches. También hay alguna causa abierta en su contra por porte y tenencia ilegal de armas de fuego, pero eso es asunto menor: el hijo del tigre sale rayado.

A la pobre familia López le llueve sobre mojado.

1 «Bitch» en inglés, y según como se diga y en qué contexto, es perra -la cánida- o prostituta: también mujer malvada.

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* Informe gentileza de P. Rojas.

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