Chile. – NO SE CREA TRABAJO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La última semana de agosto de 2006, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que el desempleo en el trimestre mayo-julio llegó al 8,8% . Esta cifra representa una disminución del 1,2% respecto a igual periodo del año anterior. La baja se explica por una nueva metodología utilizada por el INE que permite ampliar la base de cálculo, reduciendo la importancia del número de personas desocupadas dentro de la población que busca trabajo.

La antigua encuesta databa de 1996 y desconocía obviamente la información proporcionada por el Censo del año 2002. Por ello, el INE implementó esta nueva metodología –que también se utiliza en Estados Unidos–. Lo curioso es que en su estreno favoreció al gobierno, llevando al ministro de Hacienda, Andrés Velasco, a realizar un auspicioso análisis de las cifras del INE, ya que sostuvo que en Chile existen 50 mil nuevos empleos de calidad.

Pese a que la sentencia del ministro es bastante discutible, porque la precariedad laboral es una de las constantes de nuestra economía, lo interesante es constatar que la estrategia de desarrollo implementada en Chile es incapaz de generar trabajo. De hecho, 594.000 personas se encuentran sin empleo dando cuenta de un problema creciente que no han podido resolver los gobiernos de la Concertación, dado que mientras con Aylwin los desocupados eran aproximadamente unos 350 mil, con Frei superan los 400 mil y gracias a Lagos, estamos ya cerca de los 600 mil.

Es decir, la tendencia sigue indicando que la economía chilena no es capaz de absorber la mano de obra nacional y se ve un estancamiento en la generación de nuevas plazas de trabajo. Tal como lo demuestra la Encuesta de Empleo de la Universidad de Chile, que indica un avance de sólo un 2,1% en la creación de empleo en junio de este año, cifra muy por debajo de la registrada en marzo cuando alcanzó al 6,3%.

Estas cifras revelan el verdadero problema de nuestra economía: la alta concentración y la tremenda asimetría en nuestra estructura productiva. Esto, ya que en Chile se pueden distinguir claramente dos sectores productivos: uno moderno, tecnologizado, con acceso a créditos internacionales, inmerso en la lógica de la globalización y que agrupa a las grandes empresas; y otro endeudado, sin acceso a las tecnologías y a los mercados internacionales y que agrupa al universo de las pequeñas y medianas empresas.

Y son ellas las que dan el 80% de los empleos en el país. Por eso, su menoscabada posición en nuestra economía hace muy difícil pensar que se puede generar más trabajo en Chile .

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* Economista y director ejecutivo de Océana.
Artíulo publicadao en el periódico digital Por la Libre.
www.porlalibre.org.

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