Chile: recrudece la lucha por el ambiente

1.166

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La organización ambientalista Océana manifestó su abierto rechazo a lo expresado en la primera semana de agosto de 2005 por el Presidente de la República, Ricardo Lagos, de avalar la propuesta de los ejecutivos de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) de conducir los efluentes de la planta Valdivia al mar –en cualquier punto de la costa chilena– puesto que el impacto en el océano será similar al generado en el santuario Carlos Anwandter.

La descarga de esos efluentes prácticamente terminó con el desarrollo de la vida animal y dañó gravemente la flora en el el santuario silvestre. En las últimas semanas no han faltado, además, las voces de alerta sobre las consecuencias negativas comprobadas en la población humana del sector.

Marcel Claude, director ejecutivo de Océana, señaló que la actitud del primer mandatario confirma que, entre las prioridades del gobierno, no se encuentra la protección del ambiente, independientemente de si en vez de cisnes, sean esta vez los recursos marinos de los que viven pescadores artesanales y las comunidades lafkenches de las IX y X regiones y zonas aledañas, los que mueran o migren.

Claude manifestó que la solución del emisario marino sólo busca seguir protegiendo los intereses económicos de la empresa de Anacleto Angelini, ya que la Celulosa tiene la posibilidad de realizar una mayor inversión y optar por una solución que no signifique ningún impacto ambiental, ya sea en el río Cruces o en el mar.

UNA OPINIÓN EXPERTA

De acuerdo a lo expuesto por Antonia Fortt ingeniera ambiental de Océana, entre de los efectos que puede tener un ducto de una planta de celulosa al mar, no sólo se encuentra la contaminación de los recursos marinos, la mortandad de aves y algas, sino que la salud de la población se verá seriamente expuesta. Agregó que basta con mirar un poco más al norte de Valdivia, específicamente en Constitución, donde hoy existe un ducto al mar, que ha contaminado los recursos marinos y enfermado a la población.

Explicó la profesional que esto se produce porque los residuos industriales líquidos (riles) que se descargan por los ductos (técnicamente llamados emisarios submarinos) contienen metales pesados –que en altas concentraciones y dependiendo del tipo de metal puede provocar desde síntomas como diarrea, hasta la muerte por cáncer–, dioxinas y furanos (conocidos contaminantes generados por la celulosa y regulados hoy por el Convenio de Estocolmo) y materia orgánica que provoca eutroficación en las aguas marinas, –es decir grandes crecimientos algales que reducen el oxígeno disponible para la supervivencia de peces en el mar–.

Tales características hicieron que la Dirección de Territorio Marítimo (DIRECTEMAR), entidad encargada en Chile de la protección del ambiente acuático en zonas navegables, advirtiese que los emisarios no son aconsejables cuando se trata de contaminantes tóxicos altamente persistentes (en general no biodegradables), en que su dispersión en el medio acuático sólo provocará una daño mayor. Por ello la última propuesta de Celco constituye una grave amenaza para la biodiversidad marítima de la Novena y Décima regiones. Esto, porque los efluentes del proceso de fabricación de celulosa, son considerados internacionalmente como residuos industriales con elevado potencial contaminante, tal como se señala en el Convenio de Estocolmo, que Chile suscribe.

——————————–

 * Periodista.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.