Chile: Testimonio público de un recurso de amparo urgente

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J. Fando Serey*

 Brutal allanamiento con más de 200 carabineros armados de metralletas, contra mi domicilio en la Hijuela Nº 2 Wichawe – P. Las Casas – IX Región, Chile.
Por lo que denuncio que me encuentro ante una abierta y permanente persecución de la llamada inteligencia policial que pretende coartar la libertad de prensa y de opinión que expongo regularmente ante la presa y en mis corresponsalías independientes y solidarias con los pueblos y sus trabajadores. Fundamentalmente en páginas mapuche y medios de circulación social y universal por internet.

A la opinión pública nacional e internacional
A la Presidenta de la República, señora Michelle Bachelet
A la Intendenta IX Región, señora Nora Barrientos
y al Gobernador de Cautín, señor Cristián Dulansky:

Denuncio el inmenso derroche de energías policiales militarizadas y económicas, que se evitaba el Estado con sólo pedirme por correo, mis archivos profesionales, literarios y personales “incautados como evidencia” en este brutal allanamiento. –y que deberán restituirme en forma integra.

Mi nombre es Jorge Fernando Serey Baeza –ampliamente conocido como corresponsal de prensa.

De los hechos que denotan un alarmante descontrol del actual Estado policial militarizado que atropella los derechos y libertades fundamentales del ejercicio profesional y personal de los ciudadanos en Chile:

El pasado día domingo 17 de mayo, a las 21, mientras despachaba la corresponsalía de prensa sobre la detención del periodista M. Garay, desde mi domicilio en la Hijuela Nº 2, Comunidad Mapuche Juan Necúl, ubicada en el Km. 11 de Huichahue en la comuna de Padre Las Casas, unas 30 patrulleras y bus del Labocar y de las Fuerzas Especiales de Carabineros se estacionaron en el camino vecinal.

Destrozaron la cadena del portón de entrada y entraron unos 100 carabineros armados con metralletas. Salí a recibirlos y solicitar si traían orden de allanamiento. Pasaron en tropel gritando por mi lado, “¡Aquí durmió el periodista Marcelo Garay!”.
"No –respondí–. Pasó por aquí a las cinco de la tarde y ustedes Lo tienen detenido".

Ignorándome siguieron su operativa carrera y con un inmenso martillo-combo destrozaron la chapa de la puerta de entrada de mi casa. Entré a mi casa y ante una docena de agitados funcionarios armados con metralleta, nuevamente solicité la orden al oficial al mando. Intenté cerrar mi correo personal y apagar mi computador; una perentoria orden me gritó: "¡No toque nada. No se mueva!",  mientras me apuntaban sus metralletas.

Posteriormente tres o cuatro capitanes y tenientes me indican a su coronel de la Prefectura de Cautín (me parece que es Hernando Hevia), ya que él no tenía identificación en su un uniforme. Sólo tenía un par barras verde y doradas en su hombrera. Este coronel me dice "…No necesitamos orden por escrito. Es suficiente una orden telefónica de la magistrado que instruye la causa".  

Le solicité saber que causa es y me ignoró, mientras dirigía y conducía este brutal allanamiento, que duró más de dos horas, revolviendo todo en los dos dormitorios y comedor-cocina, los gallineros, la pesebrera y los cuatro potreros que componen esta hijuela. Un teniente a cargo del fotógrafo SIP, imperativamente le señalaba cada afiche y adorno de mi casa y escritorio para que éste le tomara “fotos evidencias”.

A nuestra hija de 16 años la sacaron de la cama. El coronel a cargo durante una hora la dejó en el patio expuesta al frío de la noche. Al darme cuenta de esto, tuve que pedirle al coronel que le permitiera protegerse del frío de la noche dentro de la casa.

Durante las más de dos horas que duraron esta acciones de brutal y prepotente allanamiento, que mis vecinos testigos de este tremendo despliegue, entre ellos el Lonko Víctor Marilao, estiman que eran más de 200 funcionarios de carabineros armados, que a 700 metros del lugar, no permitieron el ingreso del móvil de TVN Regional. Dejándome a mí y mi familia en completa indefensión y sin la presencia testimonial de lo que allí acontecía ante la prensa.

En esas aberrantes condiciones de exceso y violencia policial, sin orden por escrito de tribunal alguno, violentaron e invadieron nuestra propiedad, nuestra vivienda y nuestra intimidad familiar. Detenidos y vejados e inmovilizados por su presencia armada mi mujer, nuestra la hija y yo.

Además, en estas condiciones represivas, el coronel y sus oficiales me interrogaron acerca de qué vivía. Acerca de mi profesión. Si estuve en países latinoamericanos. Sobre cada uno de los cientos de mis registros fotográficos, artísticos y de corresponsalías. Si estuve exiliado. Y si participo en alguna organización, etc. E Incautaron una treitena de pertenencias para peritaje criminal: con el siguiente membrete: "Carabineros de Chile – Pref. Cautín Nº 22 – S.I.P.  3ra. COM. P. LAS CASAS". Ambas firmadas por el capitán Víctor Blanco Romero y el teniente Miguel Ochoa Videla. Entre ellas:

1.- Mi Note-Book Dell XPS-M1530 y un disco externo Dell de 500 Gigabites que contienen todos mis archivos profesionales de investigación periodística, etnográficos y personales de un altísimo valor económico; también poético-literarios inéditos y otros publicados en Europa y México.  

– 2.- Mis tres armas de caza y deporte; 64 cartuchos calibre 12 y 50 balas 9mm. sin usar. Debidamente inscritas y con este domicilio actualizadas. Y un centenar de cartuchos calibre 12 y vainillas 9mm. vacías.   Además mis cuatro pares de botas usadas.

Pero muchos otros enseres no los escribieron en sus dos "Acta de levantamiento de evidencias". Como, por ejemplo:

Un cañón Corto de la escopeta, su estuche y su mira láser.   Tres cartucheras de la pistola y el revolver.   Una canana para cartuchos de escopeta.  Pieles  de jabalí, de oveja y otras. Y son en total cuatro pares de botas que no están mencionadas en sus dos Acta de levantamiento de evidencias y Acta de incautación de especies.
 
Además de todo este atropello y vejamen relatado en ésta, ya anteriormente, el 16 de diciembre pasado en momentos que cubría una noticia en Quepe y estando al lado de la prensa regional, el oficial del GOPE ordenó que se me detuviera. El capitán Cristian Gutiérrez de la Comisaría Padre Las Casas ordenó que se me realizara el control de identidad y de mi credencial de corresponsal.  Se me subió al bus del Gope y una vez conformes con esto, se me permitió continuar con mi ejercicio de prensa.

Pero mis hijas Annika Rayén y Karla, de 15 y 16 años, quienes me esperaban en mi vehiculo, se acercaron preocupadas por mi detención.  Por este sólo hecho, fueron presas y condenadas a un año de firmas bimensuales.
 
Y hace dos meses, el 9 de marzo, a las 12 de la noche cinco patrulleras con una docena de carabineros armados de metralletas, se detuvieron en la entrada de la hijuela. Al salir hasta allí, preguntaron por una señora Sobarzo. Preguntaron por mi nombre y se retiraron. Esta “visita nocturna” la reporteé y envié a la prensa planteada como: “Un allanamiento en curso”. 
 
Por lo tanto denuncio que me encuentro ante una abierta y permanente persecución de la llamada inteligencia policial que pretende coartar la libertad de prensa y de opinión, que expongo regularmente ante la presa y en mis corresponsalías independientes, solidarias con los pueblos y sus trabajadores. Fundamentalmente en periódicos, y, en páginas mapuche y medios de circulación social y universal por las redes de internet.
 
Y que en derecho, me obligan a interponer el actual recurso de Protección ante la Corte Apelaciones de Temuco, IX Región, por mí y mi familia.  Además, entablar la necesaria querella por daños y demanda civil Por la devolución íntegra de mis registros etnográficos y materiales de investigación periodística, literarios y personales de un altísimo valor económico contra quienes resulten responsables de este vejamen contra mi persona y mi familia y de coerción a la Libertad de prensa y de opinión independiente en Chile.

(Firma del autor).
Padre Las Casas, IX Región de La Araukanía, 20 de Mayo de 2009.

Addenda
F. Fando Serey integra la Comisión de derechos humanos de la Araucanía.

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