Chile. – VERDADES POLÍTICAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Es curioso, pero ha sido patente que la oposición no se ha refocilado con la aprobación de la acusación constitucional contra Provoste. Y ello se debe a que los muestreos señalaron, sin lugar a dudas, que los chilenos no están para avivar ninguna pelea. Los electores no creen que las soluciones se logren llevando a cabo cruzadas punitivas, sino dialogando. Y sí exigen castigo para quienes caen en actos de corrupción, que no era el caso de la ex ministra.

La presidenta Bachelet parece haber recibido algunos beneficios. Ha recuperado simpatía y, para algunos de sus asesores más cercanos, ello se debe a la firmeza que mostró frente a la oposición al evitar que Provoste renunciara. Si la actitud de la mandataria fue sincera, bien por ella. Pero si perseguía alcanzar dividendos políticos, pueden haber sido sólo de corto plazo.

Es una realidad que existe una nueva mayoría en el Parlamento. Y era previsible que Provoste tuviera que irse del Gabinete con la cosecha de una acusación constitucional que la inhabilita por cinco años para ejercer cualquier cargo público. Entre otros, los de representación popular. Con lo cual la ex ministra pierde la posibilidad de llegar al Senado. Era su deseo, para lo cual contaba con respaldo apreciable en la región de Atacama, de donde es oriunda. La Democracia Cristiana perdió, por tanto, lo que podría haber sido una carta ganadora.

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En otras palabras, la presidenta Bachelet demostró que tiene carácter y que es capaz de coherencia a toda prueba. Pero, también, dejó al descubierto que tales manifestaciones tienen poco que ver con la cruenta realidad política.

En el otro extremo, las cosas también están difusas. La oposición ha logrado estructurar una mayoría nueva en el Senado y en la Cámara de Diputados. Eso ha sido posible gracias a desgajamientos de la Concertación. En la Cámara fueron los votos de diputados ex democratacristianos que siguieron a Adolfo Zaldívar fuera del PDC. En el Senado, la Concertación perdió la mayoría por el alejamiento de los senadores Fernando Flores y Adolfo Zaldívar.

En términos mediáticos, los últimos meses han traído sólo éxitos para la derecha. Desde luego, ganó la presidencia del Senado, ocupada hoy por Zaldívar. La aprobación constitucional es otro galardón. Dos éxitos que podrían aportar votos para la próxima elección municipal. Siempre y cuando el electorado perciba tales hechos como el peso ganador de la derecha y una debilidad gubernamental que podría manifestarse incluso en descontrol a la hora de tomar decisiones. Lo concreto es que por el momento los únicos perjudicados son Yasna Provoste y, eventualmente, la Democracia Cristiana.

El tiempo dirá si Michelle Bachelet tenía razón y en política la coherencia y el apego a valores son un capital a resguardar. Hay muchos que piensan que no. Que el gran error de la mandataria fue no aceptar que Provoste renunciara antes de que el Senado viera la acusación.

Con razón o sin ella, los que tienen la última palabra son los electores. Y en distintas partes están dando muestras de hastío con la política tradicional. Con esa que mira más los beneficios personales y de grupos que el interés general de la nación.

Los casos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y ahora Paraguay, permiten especular sobre la posibilidad de que la paciencia se esté agotando frente al sistema imperante. De esa manera podría interpretarse el triunfo del ex obispo católico paraguayo Fernando Lugo. Representante de una coalición de izquierda y el Partido Liberal, Lugo ahora está más a la izquierda que el presidente uruguayo Tavaré Vásquez o Bachelet. Aunque justo es decir que poco tiempo atrás tanto Bachelet como Vásquez habrían sido compañeros de ruta de Lugo.

En Paraguay, a diferenta de lo que ocurrió en México con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sesenta años de dominio del Partido Colorado terminaron con un giro a la izquierda. La derecha chilena, sin embargo, cree que aquí ocurrirá algo similar a lo de México. Si bien el PRI perdió el poder después de setenta y un años, la Concertación no llegaría a los 20.

En estos últimos días, las lecciones políticas se suman. Es de esperar que alguien las aproveche.

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* Periodista.
wtapiav@vtr.net.

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