Cíber-infraestructura: el nuevo atajo de la internet

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Andy Greenberg*

 
La internet, parece claro, dispone en cantidad sufciente lugares para todos; hasta para los peores piratas de la banda ancha digital. Es, al menos, la esperanza de dos profesores de las universidades de Wáshington y Yale, en EEUU. Ambos han desarrollado y presentaron en Seattle los resultados de sus investigaciones para un más rápido flujo de datos a través de la red.
Su técnica, que se basa en un algoritmo al que denominan P4P, podría eventualmente contribuir a una versión menos discutible que el actual sistema para compartir archivos (peer-to-peer file sharing, en inglés), práctica que desborda la internet con música y películas sin pagar los sacrosantos derechos comerciales disparando el debate acerca de si los proveedores de acceso debieran ejercer control sobre la actividad.
 
Entre un 40 y un 60% de la totalidad del tráfico a través de la red –los datos son de Estados Unidos, pero se trata de un asunto universal– corresponde a materiales que eluden los pagos señalados por los propietarios de los respectiv0s derechos. La situación no es del agrado de los proveedores de acceso, que suelen cobrar, hablando de banda ancha, una tarifa plana independientemente de cuánto material emiten o reciben los abonados. Desde fines de 2007 las empresas proveedoras buscan controlar este tráfico; un ISP (sigla en inglés para designar al proveedor de acceso a la red), Comcast, de hecho pretendió bloquear el "peer-to-peer" como una manera de bajar sus costos operativos
 
La discusión fue grande y los argumentos variados, hasta que la oficina federal estadounidense en el área de comunicaciones decretó ilegal en julio pasado filtrar el tráfico individual con objeto de impedir la actividad.
 
En esta etapa del debate los profesores Arvind Krishnamurthy de la Universidad de Wáshington y Richard Yang de Yale afirman disponer de una tecnología que aliviará los pesares de los proveedores. Su algoritmo, el P4P, opera como si se tratara de compartir archivos locales; esto es: ubica la posición del usuario y de inmediato procede a buscar el camino más corto a través de la internet. Con ello, aseguran, quedan satifechos el usuario que intercambia los archivos y el proveedor tendrá menos exigencia para el ancho de banda, El ahorro de tiempo es de alrededor de un 20% y los requerimientos de ancho de banda de recortan en un factor de cinco veces.
 
"Creemos que hemos dado con la solución a esta pelea de gatos entre proveedores y usuaruos", afirman.
 
El tópico en discusión, dice Krishnamurthy, "ha sido hasta ahora el asunto de la privacidad; quienes envían y reciben archivos estimados ilegales no establecen su ubicación a los proveedores de banda ancha y éstos, por su parte, no develan a sus usuarios el mapeo de sus redes internas y de salida por temor a que los datos lleguen a conocimiento de sus competidores". P4P descifra la ubicación de unos y el mapa geográfico del otro, sin hacerlos públicos.
 
En el cada vez más enrevesado y complejo universo digital concebido como negocio, si usuarios y proveedores "compran" la idea, los resultados parecen prometedores. De hecho el P4P se ha probado en Nueva York por la empresa Verizon mediante el sistema Pando para compartir archivos por unos 600.000 usuarios y los resultados son muy positivos. En especial para aquellas empresas dedicadas a facilitar el intercambio de archivos dentro de la legalidad aceptada. Otras compañías, como Time-Warner y Cox Communications, se subirían al nuevo carro.
 
El desafío será integrar la metodología del P4P al estándar de la intentet, proceso que podría extenderse por algunos años.
 
 
* Periodista.
Artículo publicado en la revista Forbes, edición digital, del 21 de agosto de 2008.
www.forbes.com

 

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