CNN como narcótico

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Miguel Ángel Contreras Natera*
En el informativo de CNN en español titulado Mirador Mundial se presenta un documental llamado los guardianes  de Chávez. Documental que había sido transmitido por los canales Cuatro y CNN Plus a comienzos del mes de junio. En términos generales el documental es transmitido atendiendo a un nuevo formato de relacionamiento entre las empresas de información y las redes sociales.

 

Supone un profundo cambio de formas donde el mundo de la información sustituye al mundo de la vigilancia. Vigilantes somos todos en la sociedad red. El formato intenta dar cuenta de los intercambios de códigos entre redes sociales con niveles socio-tecnológicos distintos. Se presenta como una democracia en red. Todos podemos convertirnos en potenciales periodistas. Para ello, sólo se precisa formar parte de CNN en español a través de iReport.

Por tanto, con un manejo retórico de la objetividad se transmite el documental desplazando la responsabilidad empresarial a las redes sociales. El presentador de CNN como un personaje de la película Mentiras que matan (Robert de Niro y Dustin Hoffman) siente que el viaje a la Venezuela violenta es profundamente inquietante. La entonación grave del presentador le da mayor dramatismo a su afirmación. Su rostro es una especie de caja de resonancia de sus constataciones fácticas. Indican la gravedad de la situación. Principalmente, en cuanto sus modalizaciones gestuales suponen una reiteración recursiva de la retórica de la objetividad de su trabajo.

El documental se presenta como un ejercicio de periodismo investigativo. El conductor del documental David Beriain viaja por territorio venezolano para descubrir las concomitancias entre las FARC y el gobierno venezolano. Para examinar los motivos de la relación política. Su viaje tranquilo y apacible lo realiza en una camioneta 4×4. El manejo torpe de la cámara disimula sus verdaderos motivos. Las preguntas, sin embargo, revelan una extenuante capacidad para fabricar prejuicios.

El realizador del documental con un juego rápido de la cámara con un amaneramiento didáctico riza un razonamiento deductivo ante la precariedad de las informaciones fácticas. La producción de una atmósfera de miedo y angustia existencial, la homología entre terrorismo global y Estados proscritos, sirven de premisas básicas para la crítica a los procesos políticos de izquierda en América Latina. La factura hecha contra Venezuela es extensiva a otros gobiernos.

Como en El proyecto de las brujas de Blair donde la cámara observa exactamente lo que los cineastas ven, ni más ni menos, donde se transmite el horror y el progresivo deterioro de los cineastas, en el documental Los guardianes de Chávez se reflejan los prejuicios coloniales y racistas de los realizadores. La investigación culmina al iniciarse. Es un ejercicio de autocomplacencia. El conductor David Beriain en una afirmación paroxística dice "a un español le sorprendería que alguien que maneje un tractor tenga un fusil". Paroxismo que indica un ejercicio de ocultamiento del cinismo colonial español. Responsable del genocidio y saqueo de América.

De 80 millones de personas asesinadas en el siglo XVI por la conquista y colonización ejecutada desde la monarquía española. Pero, también, representa una filtración (Wiki Fuga) cuidadosamente camuflada de su reciente historia contemporánea. Condenando los sistemáticos asesinatos y persecuciones de la falange franquista al olvido de una parasita recordación.

En todo caso, recordar es un ejercicio político para restituir y reconstruir  las relaciones de las comunidades destruidas y fragmentadas por el colonialismo y el capitalismo.

Por ello, extraña en este ejercicio retórico del periodismo de las grandes empresas de información la ausencia de menciones a los ajusticiamientos extrajudiciales en México y Colombia, la falta de reportajes sobre el terrorismo de Estado en la región, la invisibilidad de los sistemáticos asesinatos ejecutados contra campesinos e indígenas, la pesquisa sobre la fosa común más grande encontrada en el sector La Macarena en Colombia, el rol que cumple el narcotráfico en la economía de algunos países en América Latina, el lavado de dinero y sus relaciones con la banca estadounidense, el derrame criminal de petróleo en el Golfo de México.

Los señores de la guerra están involucrados en negocios internacionales y en delitos colaterales. En una semiótica del sometimiento los falsos positivos y los daños colaterales son incorporados al discurso político (como una operación de lavado de dinero) sin referencia a la brutalidad de sus ejecuciones. De modo tópico, se ocultan las causas de la violencia en las Américas. Principalmente, cuando el reportaje pretende ser un relato meticulosamente documentado de la violencia en Venezuela. Antes al contrario, la fina frontera entre el cinismo y el deber, entre la queja y el valor, es violentado por una inescrupulosa propaganda de guerra.

El reportaje, por el contrario, representa una operación de guerra que pretende legitimar en tanto operador anafórico la información que transmite. La forma sugiere el contenido. CNN, utilizando su poder de designación desborda los límites de la información construyendo puentes simbólicos para producir una unificación imaginaria, al servicio de la guerra. Construyendo una identidad simbólica entre terrorismo y Estados proscritos. Identidad que constata una patología social. Y que precisa de una terapéutica política ensayada en otras latitudes. Guerra contra el terror global grita al unísono las clases medias.

Debemos salvar el lujo y el confort de nuestro modo de vida. Sobre la superficie de inscripción de operaciones de guerra que unifican los imaginarios sociales con remisiones discursivas que se desplazan y condensan, algunas palabras y fragmentos terminan por fijarse y reproducirse en los ghettos de la vida contemporánea. Supongo que, en última instancia, el periodismo debería intentar algún tipo de imparcialidad en la facticidad histórica que constata.

En el caso de CNN, el periodismo sensacionalista se convierte en la metanfetamina (la droga más destructiva conocida) de la empresa informativa, los protocolos que obligan a validar la veracidad de la información son filtrados para proyectar la guerra de las empresas de información del norte contra los países del Sur.

Por el contrario, en palabras de Robert Fisk, el periodismo debe implicar un desafío a la autoridad. Sobre todo, cuando los gobiernos de los países industrializados y las empresas transnacionales nos llevan a la guerra, cuando han decidido que ellos matarán y otros morirán.
 

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