Costa Rica. – EL TRATADO NO ENTUSIASMA. LA CIUDADANÍA DUDA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

APOYO AL CAFTA SE DEBILITA

El nivel de apoyo por los presuntos beneficios que traería pertenecer al Tratado de Libre entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta) entre los costarricenses disminuye.

La cantidad de personas que aseguraba que el tratado traería beneficios al país sumaba un 61% de la población en octubre; no obstante, a la fecha ese número redujo a un 41%.

Luis Valverde*

El nivel de apoyo por los presuntos beneficios que traería pertenecer al Tratado de Libre entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta) entre los costarricenses disminuye. La cantidad de personas que aseguraba que el tratado traería beneficios al país sumaba un 61% de la población en octubre; no obstante, a la fecha ese número redujo a un 41%.

El único sector que mantiene en mayoría un nivel de aceptación sobre los beneficios se ubica entre quienes han asistido durante al menos un año a la universidad, según revela la última encuesta de CID-Gallup elaborada para La República entre el 1º y el 7 de agosto anteriores.

Aunque la percepción sobre los beneficios ha tendido a caer, la cantidad de personas que no apoyarían una eventual movilización en contra del acuerdo continúa siendo elevada desde octubre. Es así como siete de cada diez costarricenses no apoyarían una marcha contra el acuerdo comercial.

fotoEn total un 16% de los costarricenses tendría alguna o mucha posibilidad de apoyar manifestaciones callejeras. El estudio señala que aún cuando las cifras de apoyo a las marchas son bajas, al efectuar la conversión a cifras absolutas el gobierno podría enfrentarse a una movilización de unas 110.000 personas mayores de edad, lo cual ante los ojos de los políticos podría ser fuerte.

Estas cifras causaron diversas reacciones entre quienes apoyan y refutan el acuerdo comercial. Para representantes del sector empresarial y del gobierno, la pérdida de apoyo podría deberse entre otras cosas a que se han dejado de lado las campañas publicitarias que hasta el año anterior se habían mantenido, así como a desinformación de las personas.

«Durante la campaña política fue el tema que más impactó y ahora se dejó de hacer publicidad … veo esos resultados más como una baja en el interés de las personas de saber del tratado más que en el grado de acuerdo», señaló Marco Vinicio Ruiz, ministro de Comercio Exterior.

El camino de ahora en adelante es apoyar el trabajo que se realiza en la Asamblea Legislativa, más que en el ámbito público, dijo Ruiz.

Para Diego Artiñano, gerente de Atlas, el resultado de la encuesta puede deberse a que existe menos publicidad, sin embargo consideró que las oportunidades que reciban las empresas no depende exclusivamente del tratado sino de un aspecto de globalidad.

«Las empresas grandes o pequeñas que no se adecuen, van a fracasar. Pero esto no depende del Cafta sino del mundo global en el que vivimos. El Cafta es la oportunidad de alcanzar las escalas para poder asimilar los cambios necesarios y ser exitosos en el futuro».

Añadió que una Costa Rica sin Cafta, en un entorno de países con el acuerdo comercial en vigencia, dejaría al país «en clara desventaja» para crear encadenamientos productivos y mejorar la productividad.

Para representantes del sector sindical el resultado significa un logro, por cuanto a su juicio las personas «conocen más» de las implicaciones. «Estas cifras van a ser superiores conforme avance el proceso de profundización en el conocimiento del tratado. Los datos que tenemos es que el rechazo es aún más alto, pero nos alegra muchísimo porque eso eleva los eventuales niveles de movilización», aseguró Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos.

El hecho de que exista un 80% de gente, según Vargas, que desaprueba apoyar una manifestación es algo normal, pues en su mayoría siente temor de eventuales acciones violentas. Este temor es respaldado por el propio estudio de CID-Gallup. Se le consultó a la gente si sentía miedo a que se desatara violencia si se ratifica el Cafta y prácticamente la mitad de la población dijo que sí, mientras que cuatro de cada diez aseguraron que no.

En el ámbito general el estudio demostró que tres cuartas partes de la población conocen del acuerdo comercial y ese grado de conocimiento se incrementa conforme es mayor el nivel de educación. Entre quienes dijeron haber completado la primaria, un 65% aseguró conocer del acuerdo, mientras que de los universitarios un 94% señaló saber del Cafta.

Otro de los escenarios evaluados en el estudio tuvo que ver con los principales grupos que, a juicio de la población, podrían verse perjudicados ante la eventual aprobación del Cafta. En ese sentido una mayoría mencionó a los pequeños agricultores, seguidos de pequeños y grandes empresarios.

La principal razón que dan los costarricenses es que tanto productores como empresarios nacionales podrían verse debilitados ante la llegada de competidores extranjeros que terminarían «absorbiéndolos». Sin embargo, este es un temor que a juicio del sector empresarial costarricense no tiene razón de ser, pues más bien abriría mayores oportunidades de negocios y de alianzas con grupos comerciales de la región.

El tratado comercial se encuentra actualmente en discusión en la Asamblea Legislativa por parte de una comisión de diputados, quienes están recibiendo las observaciones de distintos grupos interesados en el tema. Hasta ahora, Costa Rica junto con República Dominicana son los únicos países firmantes del acuerdo que no lo han puesto en vigor.

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* Periodista. En el diario de San José el 15 de agosto de 2006.

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ECOLOGISTAS CONTRA EL TLC

El Foro Ambiental «No al TLC», que es la coalición de las organizaciones ecologistas que se han unido para luchar contra dicho «tratado», indican que éste coloca al país «en un estado de indefensión absoluta frente a los intereses de los inversionistas extranjeros» al imponer la cláusula de «trato nacional» para los mismos.

Albino Vargas Barrantes*

Una impresionante y amplia gama de organizaciones ecologistas de todo el país, han analizado conjuntamente, con seriedad y responsabilidad, las implicaciones negativas que tendrá el denominado tratado de «libre» comercio (TLC), para nuestro país; en campos tan sensibles para la vida como el agua, la biodiversidad, la propiedad intelectual, los recursos marinos costeros, la agricultura y la seguridad alimentaria, los bosques, la minería y el petróleo.

Además, dicen los y las ecologistas de Costa Rica, que el TLC y el libre comercio amenazan el agua, al poner en riesgo su régimen de propiedad, la legislación y la institucionalidad que favorece el control público y la participación ciudadana en la gestión del recurso hídrico.

Advierten también que «el TLC amenaza el acceso, la cantidad, calidad y continuidad del servicio público del agua, el cual quedaría en riesgo de ser concesionado y privatizado en manos de empresas transnacionales». Nos alertan que el agua envasada es considerada una mercancía en el marco de dicho tratado, lo que impulsará el negocio de la exportación del agua sin posibilidades de regulación.

El agua como mera mercancía, no como servicio público vital, es algo totalmente perverso. Y tiene lógica que nuestro recurso hídrico haya sido entregado en ese TLC, pues Costa Rica tiene «una cantidad de agua que la desean muchos países, un potencial hídrico innegable». Así lo dijo la señora Jacqueline M. King, experta en temas hídricos quien recientemente vino al país y que es investigadora de la Universidad del Cabo, Sudáfrica.

Esa enorme cantidad de agua que tenemos los y las costarricenses, está asociada a la gran riqueza que representa nuestra biodiversidad, la cual es un 5 % de la que hay en el planeta, pese a la pequeñez de nuestro territorio geográfico.

Pues bien, el Foro Ambiental «No al TLC», también nos ayudó a entender la naturaleza del peligro del TLC en este campo. El TLC podría convertir la biodiversidad en mercancía. La diversidad agrícola se convierte en mercancía y los derechos de los agricultores son violentados, cuando se posibilita la exigencia de propiedad intelectual sobre variedades de plantas, estableciendo patentes sobre las mismas.

Otro ámbito de impacto de ese TLC, perverso, ateo y anticristiano, es que perpetúa la entrega del atún, que es el recurso marino de mayor importancia económica del país, y consolida los privilegios que otorga la ley de pesca y acuacultura a las pesqueras transnacionales. Con ese TLC hay apertura total del mar territorial, zona que en la actualidad es privilegio de los pescadores artesanales nacionales, condenándolos a su desaparición.

Gracias, compañeros y compañeras ecologistas por alertarnos en los enormes peligros del TLC para nuestra agua, para nuestra biodiversidad, para nuestra riqueza marina, para nuestra agricultura y seguridad alimentaria; entre otros ámbitos del productivo análisis del tema ambiental en el TLC que estos grupos sociales hicieron, responsablemente.

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* Secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos. En
www.anep.or.cr/boletin.

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