Crónica de Buenos Aires. – FRANCESCO TABOADA, EL PENÚLTIMO ZAPATISTA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

(Buenos Aires). Fue un 24 de marzo, a 31 años de la instauración del terrorismo de Estado –antes había sido la Triple A y mucho antes el golpe pinochetista del otro lado de la cordillera y en el Uruguay–: dos marchas en la Avenida de Mayo, la primera oficialista, las fracturas ideológicas a flor de cada bandera y un tanto desangelado su acto. Y por la tarde, cuando pardea el puerto bonaerense, la Asociación Memoria, Verdad y
Justicia convocó a una marcha de verdad: murgas, consignas que reivindican la revolución por la que dio su vida la mejor generación de argentinos: peronistas de base, montoneros, obreros, trabajadoras, estudiantes e intelectuales comprometidos con el alba de América.

Más de 300 organizaciones firmaron un manifiesto satirizando el papel del «factor K» en la lucha por los derechos humanos de ahora. Sólo un punto de acuerdo entre ambas marchas: ¡Julio López aparición con vida ya!. El testigo clave en un juicio oral contra los genocidas es el primer detenido desaparecido en «democracia».

Francesco Taboada realizó un fotorreportaje desde el balcón de su hotel en Avenida de Mayo. Bajó tan de prisa que ya estaba corriendo de la policía cuando la marcha no oficialista realizó una funa (escrache o denuncia pública) frente a la casa de Martínez de Hoz (economista de la dictadura argentina). Se reencontró con su amada Fernanda en la Plaza de Mayo y agotó la memoria de su lente de 8 milímetros. Pero ¿qué hace nuestro compa de Cuernavaca tal piquetero, h.i.j.o., sindicalista, obrero independiente, Madre o Abuela de Plaza de Mayo?

Taboada fue invitado al Festival de Cine de Mar de Plata por su documental Pancho Villa, La revolución no ha terminado. Caminando nos vimos.

–¿Francesco, qué haces aquí?

Desde la marcha zapatista de 2006 que no lo veía, cuando el subcomandante Marcos del EZLN dejó como novia de pueblo a Cuautla: «vestida y alborotada». El sub hablaría desde la tumba de Zapata en un aniversario luctuoso, pero Zapata vive, la lucha sigue y el EZLN se desplazó a la barranca de Los Sauces en Cuernavaca para evitar el desalojo del espurio PAN.

Francesco me dice:

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–Jorge Caballero, enviado por La Jornada me habló de que un paisano mío de Cuernavaca que escribe para La Jornada Morelos estaba en Sudamérica, yo imaginé de quién se trata.

El café fue inevitable, El Tortoni un pretexto. Horas de conversación, hasta nos mudamos al mismo hotel
para acompañarnos como los tres alegres compadres… Bueno, con mi comadre brasileña Fernanda, para evitar malos entendidos.

En Ciudad de La Plata conocieron a un amigo mapuche, Pascual Pichún, un pibe de 23 años que escapó por la cordillera a caballo porque toda su familia en Traiguén (Chile) está señalada de «terrorista» por el presidente de la Fundación Neruda. Francesco está informado del caso Fundación Neruda por Manuel Peñafiel –productor de su último documental, fotógrafo y colaborador de Correo del Sur en La Jornada Morelos–, y conocer a Pascual Pichún (abajo izq.) y a otro compa de nombre Manuel (también mapuche) le pareció «alucinante, qué historia».

Mi falsa modestia interrumpe lo poético del Festival en Mar de Plata, le cuento que parte de la defensa del compa Pascual Pichún para obtener el asilo político en Argentina se basa en mi investigación de cómo se invierten los derechos de autor de Neruda

2.3 millones de dólares sólo en 2003) en la empresa de Ricardo Claro (un fascista chileno que hace ver a Pinochet como un boy scout o un pinocho).

El sólo hecho de que un texto de mi autoría sea parte de los argumentos que eviten a Pascual ir preso, me hacen sentir que no es en vano los desvelos y que mi vida ya valió la pena.

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Francesco Taboada habla todo el tiempo de su invitación por parte del presidente Hugo Chávez, quien lo entrevistó para su programa de televisión Aló Presidente. El compañero Hugo Chávez compró los derechos de autor del documental Los últimos zapatistas para que se transmita en Telesur y dos canales de Venezuela.

«Es el único país donde me apoyan y se distribuye mi trabajo en TV pública, no sé qué hago en México, además Hugo Chávez mantiene vigente el ideario de Pancho Villa». Está muy bien que Francesco exporte la memoria zapatista y ahora la villista, pero no podemos dejarlo ir. ¿Quién va a contar la tradición oral en México?

La literatura en el Café Tortoni es obligada, así que pasamos nota a la versión de Pedro Ángel Palou y su Zapata (Planeta, 2006) y Francisco Villa la biografía-narrativa de Paco Ignacio Taibo II (Planeta, 2006).

Francesco recuerda: «Hace poco visité Anenecuilco y estaban un poco molestos con la novela Zapata, dicen que nunca vieron a Palou por allá preguntando. La de Paco Ignacio Taibo II es un trabajo monumental, será un clásico por su estricto trabajo de investigación, ni Friedrich Katz en sus dos tomos de Francisco
Villa
(Era, 1998) logró el excelente trabajo de Taibo II. Con mi documental sólo pretendo alimentar el mito de Pancho Villa.

«Fue diferente la filmación de Los zapatistas. Emiliano Zapata es un padre en Morelos, un Quetzalcóatl
moderno, y Villa en el norte sólo es un héroe».

Francesco comienza con una escena donde junta a las hijas de Zapata y Pancho Villa. Le pregunto a mi compadre Taboada: «Estando en la Argentina ¿podríamos juntar al nieto de Rodolfo Walsh con el nieto de Jorge Ricardo
Masetti? (a quien conocí en la beca de estudiantes internacionalistas de La Habana y a Mariano Walsh en los homenajes a 30 años del asesinato de su abuelo en la ESMA, Patricia Walsh y Osvaldo Bayer dieron un par de
piezas de oratoria bellas, sensibles e inteligentes frente a la ESMA).

«¿Viste la película Vidas privadas de Fito Páez?» Francesco responde: «Sí, me encantó su trabajo, aunque en los festivales a donde me invitan no les guste el trabajo de Fito Páez; dicen que como cineasta es un gran músico, yo no estoy de acuerdo; como Edipo, Gael García Bernal se reinventó después de una película junto a Penélope Cruz, Bendito infierno«.

Regresando al tema de la dictadura le cuento la historia del poeta Juan Gelman y le anuncio que Fito Páez está filmando; el resto fue copucha (chismes).

Me dice: «¿Viste la foto de nuestro vecino en Cuernavaca, Rodrigo Moya, inédita hasta que la publicó La Jornada hace un mes, de Gabriel García Márquez golpeado por Vargas Llosa?…

«Conocí al actor Gastón Pauls y me pareció maravillosa la secuencia de la guerra de Malvinas, hablamos mucho,
le regalé mi documental, pero coincidimos en el avión y como él es una superestrella argentina, subió a primera clase y no pude saludarlo otra vez». Risas, pizzas, cervezas, mate, nos perdimos Fernanda, Francesco y
yo por «boludos», hasta que reconocimos el barrio de Abasto por su tango y milonga.

El lunes 26 de marzo quedamos de vernos en la Universidad de Buenos Aires, a las 19 horas, en la facultad de Ciencias de la Comunicación y Ciencias Políticas. Francesco presentaría su documental sobre Pacho Villa frente
a un público diferente al de Mar de Plata, y el martes yo intruseaba en las entrevistas que él concedía para TV de cable, prensa del gobierno de la ciudad desde nuestro hotel.

Le dejé un ejemplar del diario mapuche Azkintuwe, clandestino en Argentina porque el Instituto Geográfico Militar decretó que no podía circular un «panfleto» que en la portada tiene un mapa del territorio mapuche que comprende Chile y Argentina. Todavía hay porteños que no saben que la muletilla que usan, che, universalizada por el comandante Ernesto Guevara de la Serna, es por mapuche (gente de la tierra).

Al despedirnos le digo a Taboada: «El poeta Javier Sicilia no pudo conversar con el subcomandante Marcos durante La otra campaña en Morelos. Sospecho porque desde 2004 escribe en la revista Proceso, Carlos Tello Díaz –autor del lamentable libro La rebelión de las cañadas y del patético 2 de julio (Planeta 2007), José María Pérez Gay escribió un nerudiano Explico algunas cosas en respuesta al 2 de julio, yo conocí a Pérez Gay en su pasado cumpleaños junto a Carlos Monsiváis, lo felicité y sin más le dije: ‘soy la
oveja negra o más bien, la oveja roja del porfiriato’, Pérez Gay sonrió–.

«El sub Marcos leyó atentamente mi Carta abierta al EZLN en Cuernavaca, supongo que el sub no me recibió porque la madre de Carlos Tello Díaz es Katherine Díaz Casasús, la amorosa madrina de bautizo de mi querida hermana Miryam (q.e.p.d.)».

Taboada me dio la razón: «Uno no elige a la familia y Mario, a pesar del Casasús, no piensa como uno del porfiriato». Viniendo el comentario del penúltimo zapatista y del más villista de los cineastas fue toda alegría en
Buenos Aires. Julio Scherer y Elena Poniatowska tienen la misma ascendencia del porfiriato que Carlos Tello Díaz y Enrique Krauze.

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¿Cuánta razón tiene Taboada? Uno no puede elegir la familia, pero sí el compromiso político y la congruencia con éste. Tanto en los caracoles zapatistas como en Telesur se ven los documentales de Francesco Taboada y el propio subcomandante Marcos es un apasionado de la fotografía y dignidad al contar las historias de los
últimos zapatistas (las y los que en 1910 derrocaron a Porfirio Díaz).

Después de cinco porteños días Francesco señala: «Nos vemos en Cuernavaca. ¿Te cuento un secreto?: yo hablé muy de noche con el subcomandante Marcos en Ocotepec y él me pidió 17 copias de mi documental para piratearlo en todos los municipios autónomos, así que cuando me conceda otra entrevista le hablaré de la lucha mapuche y el acoso del presidente de la Fundación Neruda contra nuestro valiente pueblo del Sur».

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* Periodista. Artículo publicado en La Jornada Morelos y

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