Cuba y la ganadería

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Manuel Alberto Ramy*

El diario Granma en su edición del miércoles 17 de junio trajo una buena noticia. Con el título de Campesinos aseguran alto volumen de la producción de leche, la información nos dice que los pequeños agricultores produjeron “más del 60% de la leche acopiada en Cuba”. Agrega el diario que estos productores abastecieron de leche “la canasta básica de 60 municipios del país con la entrega directa de leche de vaca”.

Para los lectores de fuera del patio, que seguramente se preguntaran quiénes son estos productores, explico: son campesinos del sector privado del país pertenecientes la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) que cuenta con unos 120 mil miembros, pero que junto con las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) –que son propietarios de la tierra y de los medios de producción–, se han revelado como los más dinámicos y productivos del sector agropecuario.

Si alguien tiene dudas de lo anterior, le anoto que entre ambas formas de producción –catalogadas como sector privado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE)–, producen el 57% de la producción nacional de alimentos, aunque solo detentan la propiedad del 24,4% de la tierra cultivada del país, cifra que excluye a las tierras dedicada a la siembra del tabaco, pues si la contáramos significaría el 26%.

En otras palabras, el 75,6% de la tierra cultivada corresponde al sector estatal –cifra  en la que incluyo a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) aunque éstas, técnicamente no son del Estado– y solo aporta el 43% de los alimentos producidos. Este es tema para meditar y para entrarle con la manga al codo, a fin de evitar las zancadillas burocráticas y ciertas neblinas conceptuales, a menudo usadas como trincheras ideológicas.

Las cifras que cito las obtuve del trabajo La producción agrícola y las transformaciones necesarias, del doctor en ciencias económicas, profesor e investigador del Centro de la Economía Cubana, Armando Nova. Según su trabajo, entre enero y marzo de este año “la masa ganadera muestra un ligero incremento, donde el sector privado (CCS y pequeños agricultores), registra el mayor crecimiento en el periodo (105 %), mientras que el sector estatal y las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC, que no poseen la propiedad de la tierra), descendieron el 3 y 1,1% respectivamente”.

No creo que pase inadvertido que el crecimiento de la masa ganadera en el sector no estatal compensa el descenso del estatal y explica claramente la creciente importancia de otras formas de propiedad y producción en la economía agrícola.

Según el trabajo del Profesor Nova, el modesto aumento en la producción de leche viene registrándose desde hace un par de años y “está asociado, entre otros factores, al aumento en los precios que se paga a los productores”.

Aclaro a los lectores que actualmente el litro de leche se paga entre 2.45 y 2.48 moneda nacional (M/N), según la calidad, y unos dos centavos de pesos convertibles. Anteriormente el estado pagaba entre 0,95 y 0,98 centavos (M/N) y cero en pesos convertibles.

Estas notas (estoy tentado de continuar otras entregas sobre un tema vital para el país) no van encaminadas a hacer la apología de una forma de producción y de propiedad, como tampoco a denigrar gratuitamente a otras. Se trata de una foto en letras y datos. Realidades son realidades. El minifundio puede ser tan peligroso como el latifundio o que la súper propiedad estatal.

Opino que las cooperativas, como las de Crédito y Servicios (CCS), muestran una forma nada contradictoria con el sistema socialista y se han revelado sumamente eficientes y productivas, cualidades de las que estuvimos y estamos urgidos hoy más que nunca. El país no puede gastar cerca de 2.000 millones de dólares en alimentos disponiendo de la capacidad y de las formas de asociación que pueden suplir gastos imposibles. ¿Persistirán burocracia y neblinas ideológicas?

Cuando medito sobre lo anterior recuerdo que la Ley 259 sobre la entrega de tierras ociosas en calidad de usufructo prescribe que el nuevo propietario disponga del aval de una cooperativa y pone el índice en las CCS. Comprometer a éstas con los nuevos campesinos es garantía de eficiencia debido a las estadísticas positivas que muestran, a la vez que brinda apoyo y seguridad a los que se estrenan o re-estrenan.

Si mi apreciación y olfato aciertan, queda claro que quienes confeccionaron la ley reconocen las virtudes de las CCS. Ojalá esté en lo cierto y que los instrumentadores no pongan palos en la rueda.

* Jefe de la corresponsalía de Radio Progreso Alternativa en La Habana y editor de la versión en español del semanario bilingüe Progreso Weekly/Semanal.
http://progreso-semanal.com

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2 Comentarios
  1. Susana Ortiz dice

    De acuerdo con Rosario, esto esta muy bien pero hace 3 o 4 decadas, no ahora. Por favor!

  2. rOSARIO dice

    loc cual esta muy bien PERO no solo de leche vive el hombre y estamos en el siglo XXI segun el calendario gregoriano

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