Cumbre de UNASUR en Bariloche: dudas quedan en el aire

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Moisés Pérez Mok.*

Las dudas sobre la amenaza que para la región representa el despliegue de bases militares estadounidenses en Colombia, y que acompañaron hoy a más de un presidente de UNASUR, flotan aun en el aire frío de Bariloche.

Después de siete horas de debates, los mandatarios asistentes a la cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas adoptaron una denominada Decisión final que obvia cualquier referencia a la presencia de esas tropas en suelo colombiano.

El texto reafirma que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede amenazar la soberanía e integridad y, en consecuencia, la paz y la seguridad regionales. Señala además que cualquier acuerdo de cooperación militar debe regirse por el respeto estricto a los principios de la Carta de Naciones Unidas y del Tratado de Constitución de UNASUR. Expresa asimismo la decisión de fortalecer a Suramérica como una zona de paz y subraya la vocación de solucionar cualquier conflicto por la vía pacífica y el diálogo.

Sin embargo, los debates que antecedieron a la adopción del documento dejaron al desnudo la fragilidad de los argumentos sostenidos por Colombia para ceder el uso de al menos siete bases a militares estadounidenses. El gobierno de Bogotá ha alegado que el despliegue de fuerzas norteamericanas en su territorio, lo cual ha generado profunda preocupación en varios países del área, busca fortalecer la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

Pero la dignataria argentina, Cristina Fernández, subrayó en una de sus intervenciones que ese tipo de enfrentamiento "se funda más que en dispositivos militares, en dispositivos de inteligencia y contrainteligencia".

Nunca he visto bombardear cargamentos de drogas; eso no se combate con aviones C-17, ni con el emplazamiento de radares, sostuvo la anfitriona.

Fernández se refirió también al Libro blanco del comando de movilidad aérea de Estados Unidos, algunos fragmentos del cual citó poco después de iniciado el encuentro el presidente venezolano, Hugo Chávez, con el ánimo de esclarecer el panorama en torno al despliegue de fuerzas norteamericanas en Colombia. De la lectura de ese documento –señaló Fernández– se infiere que el establecimiento de bases militares parece más un dispositivo para guerras convencionales que para combatir el narcotráfico.

Chávez, quien insistió en que el despliegue de bases militares norteamericanas en suelo colombiano responde a la estrategia global de dominación de Estados Unidos, se refirió de modo particular al enclave militar de Palanquero.

Palanquero, puntualizó, figura en la relación de bases "expedicionarias" citada en el informe y es identificada como una localidad de seguridad de cooperación, que ayudaría con la ruta de movilidad hacia Africa. Desde allí, además, solo un avión C-17 sería suficiente para controlar la totalidad de Suramérica, con excepción del Cabo de Hornos, en Chile, precisó.

Por su parte, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, realizó una detallada exposición en la que fundamentó por qué resulta innecesario recurrir a la ayuda militar de Estados Unidos para, presuntamente, combatir el narcotráfico y el terrorismo.

Mencionó el completo fracaso del denominado Plan Colombia, que pese a un desembolso multimillonario desde el año 2000 no logró cumplir ninguno de los tres objetivos que se propuso. La experiencia demuestra además, dijo, que en aquellos lugares de donde fue expulsada la Agencia Norteamericana de Lucha Antidroga (DEA por sus siglas en inglés) mejoran los niveles de captura de estupefacientes.

Por último, agregó Correa, Colombia posee el mayor ejército de Suramérica, con 400 mil efectivos, suficientes para poder enfrentar por sí sola a narcotraficantes y terroristas. Las al menos siete bases militares estadounidenses en Colombia contarán con medios desproporcionados para sus presuntos fines, y tendrán potencial suficiente para controlar el Caribe y las costas del Atlántico y el Pacífico de América del Sur, advirtió.
* Periodista. Despacho de www.prensa-latina.cu

Los 6 puntos del documento aprobado en cumbre de Unasur

La Cumbre de presidentes aprobó un documento donde reafirma que la presencia de tropas extrarregionales en Suramérica no podrá amenazar la soberanía de los países miembros ni la paz regional.

1. Fortalecer a Suramérica como zona de paz, comprometiéndonos a establecer un mecanismo de confianza mutua en materia de defensa y seguridad, sosteniendo nuestra decisión de abstenernos de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial de otro estado de la Unasur.

2. Reafirmar nuestro compromiso de fortalecer la lucha y cooperación contra el terrorismo y la delicuencia transnacional organizada y sus delitos conexos: el narcotráfico, el tráfico de armas pequeñas y ligeras, así como el rechazo a la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley.

3. Reafirmar que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede, con sus medios y recursos vinculados a objetivos propios, amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación suramericana y en consecuencia la paz y seguridad de la región.

4. Instruir a sus Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa a celebrar una reunión extraordinaria, durante la primera quincena de septiembre próximo, para que en pos de una mayor transparencia diseñen medidas de fomento de la confianza y de la seguridad de manera complementaria a los instrumentos existentes en el marco de la OEA, incluyendo mecanismos concretos de implementación y garantías para todos los países aplicables a los acuerdos existentes con países de la región y extrarregionales; así como al tráfico ilegal de armas, al narcotráfico y al terrorismo de conformidad con la legislación de cada país. Estos mecanismos deberán contemplar los principios de irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

5. Instruir al Consejo Suramericano de Defensa, para que analice el texto sobre "Estrategia Suramericana. Libro Blanco, Comando de Movilidad Aérea (AMC)" y realice una verificación de la situación en las fronteras y eleve los estudios resultantes al Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, a fin de considerar cursos de acción a seguir.

6. Instruir al Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico que elabore en forma urgente su Estatuto y un Plan de Acción con el objeto de definir una estrategia suramericana de lucha contra el tráfico ilícito de drogas y de fortalecimiento de la cooperación entre los organismos especializados de nuestros países.
(En www.eltiempo.com).

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