Diplomáticos estadounidenses callaron el escándalo de espionaje en el gobierno de Álvaro Uribe

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surysur, agencias
La embajada estadounidense en Bogotá conoció por anticipado y discutió con funcionarios del más alto nivel oficial en Colombia los planes del presidente Álvaro Uribe para resolver uno de los escándalos que más alteraron la escena política en el país sudamericano en la etapa final de su mandato: el espionaje telefónico a jueces, políticos opositores y periodistas críticos. Pero no hizo nada para ir al fondo del asunto sino que colaboró para taparlo

Memorandos diplomáticos estadounidenses filtrados en el sitio en Internet Wikileaks revelan que la denuncia de espionaje hecha en 2009 llevó al embajador William Brownfield a tratar el tema con Uribe, con el vicepresidente Francisco Santos y con el director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Felipe Muñoz, quienes plantearon al diplomático la desaparición del organismo de inteligencia antes de iniciar la administración del actual presidente Juan Manuel Santos, quien asumió el cargo en agosto pasado y es primo del vicemandatario.

Juan Manuel Santos, cuando todavía era ministro de Defensa de Uribe, en febrero de 2009, se pronunció públicamente en favor de la liquidación total del DAS y al respecto afirmó que el organismo era "un paciente demasiado enfermo", penetrado por mafias. El funcionario estuvo de acuerdo en que permaneciera parte de los siete mil 100 empleados, puesto que entre ellos hay gente "muy positiva".

En un cable firmado el 15 de septiembre de 2009 y enviado al Departamento de Estado, Brownfield destacó haber notificado al vicepresidente Santos y a Muñoz que todas las entidades del gobierno estadounidense se estaban preparando para hacer "más estrictas" las relaciones con el DAS, como reacción a las revelaciones sobre el espionaje, filtradas a la prensa local.

El diplomático precisó que los funcionarios de inteligencia de la embajada, así como representantes de corporaciones policiales estadounidenses como la agencia antinarcóticos (DEA), fueron alertados sobre la transferencia de sus actividades de cooperación y apoyo a otras entidades del gobierno colombiano.

En esa reunión, Santos sugirió a Brownfield alertar a Uribe sobre la gravedad del caso, porque según el vicepresidente el jefe de Estado no entendía "completamente la profundidad de la crisis".

Las presuntas grabaciones del DAS fueron filtradas a la revista Semana y una cinta dada a conocer por ese medio incluía una conversación entre un magistrado auxiliar de la Corte Suprema, Iván Velázquez, y un funcionario de la embajada estadounidense.

De acuerdo con el reporte del embajador, el vicepresidente y Muñoz dijeron al diplomático que la grabación "fue hecha por un alguien de afuera" y que un "experto ruso en vigilancia" había llegado a la misma conclusión. Brownfield refirió entonces que la investigación de la embajada "también concluyó que el equipo del DAS probablemente no fue utilizado".

El cable filtrado por Wikileaks señaló que "funcionarios españoles viajaron a Colombia para abrir canales de comunicación con oficiales del gobierno" del país sudamericano. Además, Bonilla indicó durante la reunión con Napolitano que se generó un "productivo intercambio bilateral con autoridades mexicanas" para luchar contra este flagelo.

Al encuentro con la funcionaria estadounidense, también asistió la segunda vicepresidenta del gobierno español, Elena Salgado, quien se comprometió a estrechar la cooperación con Washington "para combatir el tráfico de drogas y de dinero desde Colombia y México hacia Estados Unidos y España".

La reunión entre Napolitano y miembros del equipo de Salgado tenía como fin discutir la cooperación en la lucha contra crímenes financieros y aduaneros.

En dicha entrevista, la delegación española exaltó la colaboración con el gobierno estadunidense y "expresó su deseo de continuar fortaleciéndola".

Además, expresó su intención de "plantear al Congreso (español) un proyecto de legislación para implementar una directiva dentro de la Unión Europea para castigar el lavado de dinero y el financiamiento a terroristas".

Bonilla citó “tres áreas de cooperación con Estados Unidos como el control de envíos de dinero en efectivo, la Iniciativa de Contención de Seguridad en los puertos de Algeciras, Barcelona y Valencia, y la operación Manos alrededor del mundo contra el contrabando de dinero, agregó el cable de Wikileaks.
 

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