Ecuador. – ACCIDENTE EN BASE MILITAR: MUERE MINISTRA DE DEFENSA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Un despacho de ALTERCOM en la mañana de jueves 25 de enero de 2007 informó que la ministra de Defensa del Ecuador –dirigenta política que ocupaba la presidencia nacional del Partido Socialista Ecuatoriano– Guadalipe Larriva, había muerto, junto a los dos tripulantes de su helicóptero militar y los tripulantes de la otra máquina, en las inmediaciones de la Base Aéronaval de Manta. El hecho ocurrió pasadas las ocho de la noche del miércoles 24 de enero al chocar dos naves en las proximidades de la base de Manta. La joven Claudia Ávila Larriva, hija de la funcionaria, pereció también.

Las autoridades ecuatorianas investigan las causas de la colisión; por su parte el comando estadounidense de las fuerzas estacionadas en Manta ofrecieron su ayuda para contribuir al esclarecimiento de la tragedia que enluta al recién instalado gobierno de Rafael Correa.

Por ahora se descarta oficialmente que haya podido influir en el accidente, confundiendo a los pilotos de las aeronaves siniestradas, la operación de los complejos equipos electrónicos instalados por la fuerza aérea estadounidense en la base; equipos que mantienen comunicación con los vuelos de vigilancia y otras bases de EEUU en la región –Colombia y Bolivia– y son vitales para rastrear movimientos que los militares extranjeros consideran sospechosos.

fotoSegún los acuerdos de gobierno a gobierno, la misión de la base es vigilar las rutas aéreas, marítimas y terrestres utilizadas por los narcotraficantes colombianos, pero la complejidad de las instalaciones permite suponer que su actividad no se detiene allí y son usados los equipos electrónicos y material de vuelo para espiar también las actividades de las FARC tanto como las comunicaciones telefónicas y radiales que se producen en Ecuador, tanto en el ámbito privado como público.

La destacada dirigente sindical y política –docente, historiadora, escritora, ex presa política– alcanzó a ejercer por nueve días la cartera de Defensa del gabinete del presidente Correa. Había manifestado su firme compromiso con la democratización de las fuerzas armadas, y era partidaria de endurecer, dentro del diálogo, el rechazo ecuatoriano a las fumigaciones fronterizas con glifosato que realiza el Estado colombiano –con asesoría y participación estadounidense– bajo el pretexto de combatir inexistentes plantaciones de coca en la zona; además, se negaba rotundamente a que Ecuador se vinculara en la virtual guerra civil colombiana haciéndose parte de las operaciones del Plan Colombia.

Su pérdida enluta particularmente –más allá de a familiares y amistades– a los sectores más consecuentes con el programa de gobierno planteado por Correa durante su campaña, que luego de haber asumido la presidencia, más que disponerse a cumplirlo, luce inclinado a buscar canales de diálogo y acuerdos con la derecha política ecuatoriana.

En ALTERCOM la noticia se encuentra aquí.

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Addenda

El presidente Correa manifestó este jueves 25 de enero, tras enviar sus condolencias a los familiares de las vítimas, que solicitará ayuda a «países amigos» para esclarecer las causas del accidente –que costó la vida a cinco personas–.

Hacia el mediodía del jueves 25 se constituía una comisión internacional para colaborar con las autoridades aeronáuticas ecuatoriana; el gobierno de Chile se aprestaba a enviar seis expertos de su fuerza aérea para integrarla.

La otrora apacible localidad costera de Manta –pero también Quito y otras ciudades– amanecieron convertidas en verdaderas «usinas de rumores» y teorías de toda índole ante la falta de informaciones sobre las circunstancias en que se produjo el accidente y sus causales.

Prima –al menos por ahora– la hipótesis del choque de los helicópteros, aunque no haya explicaciones convincentes acerca de cómo pudo ocurrir.

Un rumor indica que las naves sobrevolaban un polígono de tiro en el que se realizaban ejercicios, por lo que un proyectil podría haber hecho impacto en una de las naves precipitando la tragedia al perder el piloto el control de los mandos.

Otro, más arriesgado –descabellado para muchos de los que lo escuchan– señala que podría haberse tratado de un asesinato político; desde ámbitos de la derecha ecuatoriana se afirma que las querellas al interior de quienes apoyan a Correa son ya «incontrolables», y que Larriva se ubicaba en el grupo más «duro» (izquierdista) y crítico a los contactos del presidente con las fuerzas políticas tradicionales representadas en el parlamento,

Una tercera hipòtesis apuesta a que los delicados instrumentos de navegación de los helicópteros –de origen francés, se afirma– fueron alterados por las emisiones de los aparatos de comunicación y espionaje estadounidenses que operan en la base; en este punto las opiniones se dividen: que se trató de un accidente al no estar encriptados ni protegidos contra interferencias los sistemas de las naves caídas, dicen unos; que fue una operación calculada por los militares extranjeros, apuestan otros, los que no miraban con buenos ojos la política militar que se aprestaba a llevar adelante la ministra.

Lo cierto es que en el enrarecido clima político ecuatoriano toda teoría, hasta las más conspirativas –que fue un misil de un avión norteamericano– encuentran un terreno donde crecer y diversificarse hasta el infinito. Por ello la ugencia del gobierno para poner las cosas en claro.

Llama la atención que Correa al decir «países amigos» haya evitado mencionar a los tecnicos de EEUU que trabajan en la base. Acaso el presidente desconfía…

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