Eduardo Galeano / El nombre de un pueblo

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Es bueno recordar, pero es mejor cuando los recuerdos son la memoria sin personajes que la aten, le den forma, acaso la dobleguen. El autor aquí simplemente deja que fluya, como un cuento; pero es un relato comunitario: "En la sierra mexicana de Nayarit, había una comunidad que no tenía nombre". Escribe, y prosigue:

Desde hacía siglos, esa comunidad de indios huicholes andaba buscando uno. Carlos González, uno de ellos lo encontró de pura casualidad.

Este indio huichol había ido a la ciudad de Tepic para comprar semillas y visitar parientes. Al atravesar un basural, recogió un libro tirado entre los desperdicios.

Sentado a la sombra de un alero, empezó a descifrar páginas. El libro hablaba de un país de nombre raro, que Carlos no sabía ubicar, pero que debía estar bien lejos de México, y contaba una historia de hace pocos años.

En el camino de regreso, caminando sierra arriba, Carlos siguió leyendo. No podía desprenderse de esta historia de horror y de bravura. El personaje central del libro era un hombre que había sabido cumplir su palabra.

Al llegar a la aldea, Carlos anunció, eufórico: ¡por fin tenemos nombre! Y leyó el libro, en voz alta, para todos. La tropezada lectura le ocupó casi una semana. Después, las ciento cincuenta familias votaron. Todas por sí. Con bailares y cantares se selló el bautizo.

Ahora tienen como llamarse. Esta comunidad lleva el nombre de un hombre digno que no dudó a la hora de elegir entre la traición y la muerte.

"Voy para Salvador Allende", dicen ahora los caminantes.

E.G. es escritor. El texto, Un pueblo llamado Salvador Allende, se encuentra en su trilogía Memoria del Fuego, publicada entre 1982 y 1986.
Recordado en www.rsumen.cl

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