EL ANUNCIADO ECLIPSE DEL LIBRO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

¿Será el libro, realmente, un artefacto obsoleto en un futuro mundo digital? El libro, dice Derrick de Kerckhove, autor y profesor de la Universidad de Toronto, Canadá, es el lugar de reposo de la palabra escrita. En cualquier otro lugar ellas constantemente se están moviendo.

Cuando hablamos, cuando las vemos en la pantalla del cine, en la televisión o en el monitor ellas no se quedan quietas, sino que permanecen en constante vuelo. Incluso, la palabra impresa, que hasta ayer permanecía quieta, hoy día vuela mas rápido de lo que acostumbraba, no tanto por la cantidad de información que se nos viene encima, sino, porque la segmentación textual de la información ha cambiado.

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El cine preparó el camino y nos enseño a procesar y confrontar información a una velocidad incomparable. El comercial televisivo fácilmente puede contener hasta cincuenta imágenes en un solo segmento de 30 segundos. Esta destilación del significado circula a través del eslogan, los titulares de noticias y el logo.

La fluidez del escrito en una caja electrónica transforma el proceso de información en una faena casi mítica. Es como si estuviéramos retornando a aquellos tiempos en que las personas de pocas palabras empaquetaban significados en epígrafes, dichos y proverbios. No hay duda de que nos hemos vuelto minimalistas. Si antes nos demorábamos uno o dos meses leyendo la Guerra y la Paz, hoy día solo tenemos paciencia para la información que ya haya sido previamente estrujada, colada y diluida.

Menos del 35 por ciento de todo el material que se publica en el presente circula en forma de libro. Todo el resto del flujo mundial de imágenes y palabras se mueve a través del vídeo, la prensa, el disco compacto y los bancos de información electrónica de uno u otro tipo. La cultura del papel empastado disminuye en la misma medida en que la cultura digital aumenta.

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Comparado con la flexibilidad y velocidad de la información procesada electrónicamente, el libro detiene el tiempo. Y es esta capacidad para parar la corriente temporal, para fijar su contenido en un mundo de papel, lo que, paradójicamente, puede salvarlo de su extinción total. En una época en donde la «doxa» ha vuelto a regular las cuestiones publicas, el libro confeccionado con un buen material y diseño tipografico todavía acarrea la imagen de la confiabilidad.

Uno de los mayores problemas de las publicaciones científicas o profesionales puestas «on line» es la inseguridad de los datos dados a conocer, a diferencia de las publicaciones tradicionales. La carrera en contra del tiempo y la falta de personal adecuado para llevar a cabo una revisión editorial, junto con el deseo de los autores o editores a auto-publicarse «on line», sin tener que someterse al escrutinio minucioso de una junta editorial, es lo que las hace perder credibilidad.

Este es un problema de autoridad. El libro, dentro de este escenario, esta destinado a cargar, cada vez más, con el peso de la credibilidad perdida en la fluidez de los datos electrónicos. Las publicaciones académicas no solo tienen un propósito ritual, sino que, también, con todas sus modalidades de revisión y crítica, le permiten a la sociedad equiparse con información que pueda ser tan confiable como humanamente sea posible.

fotoPocos, probablemente, serán los que se interesen por esta información, pero la idea es que su presencia está fijada en alguna biblioteca para que sirva como una constante referencia en contra de todas las combinaciones y permutaciones a que el texto pueda estar sujeto debido a las manipulaciones hipertextuales producidas en el banco de datos electrónicos. Dicho de otra manera, podríamos imaginar la relacion entre el material impreso y los medios de distribución electrónica como semejante a la relacion entre el oro y el dinero… El primero avala al segundo.

No se trata, como dice Kerckhove, de que nunca podamos confiar en los datos electrónicos. Más bien, se trata de que estos poseen diferentes usos y presentan diferentes oportunidades para el editor. La información «online» es más cercana a la comunicación oral que el texto en papel y es, ademas, interactiva. Lo que aparece en la pantalla es fluido y adaptable como la palabra y se acerca más al contexto de la información entregada que al texto.

La información basada en el texto aumenta la credibilidad. La información basada en el contexto, en cambio, se alimenta de lo que es pertinente. Una publicación es pertinente cuando es consciente de las necesidades del consumidor, incluso, cuando ellas cambian. En este nuevo mundo electrónico el consumidor profesional se ha transformado en parte de la publicación profesional. «Socios en información y educación», de acuerdo al editor Woltens Kluwen.

La idea no es pensar en un producto, sino, en un servicio. Ser profesional significa, cada vez mas, tener acceso en el momento oportuno a una variedad de información confiable y contextualizada. Aquella información que es menos especializada y menos sensible al tiempo es mas apropiada para publicaciones a largo plazo, en tanto que la información programada para una clientela especifica es menos durable y su distribución es más limitada.

A la velocidad con que la tecnología electrónica ha venido transformándose muy pronto vamos a ver que es mas fácil portar un pequeño bloc de lectura digital con un numero limitado de títulos a gusto del consumidor, que un libro real. Si logramos construir una página similar a la página impresa, con una resolución visual adecuada, una gran cantidad de lo que hoy vemos primariamente en prensa, lo veremos en formato electrónico. Podremos introducir en este artefacto una pequeña tarjeta o transferir, desde una basta Biblioteca electrónica, el contenido de cualquier Libro que queramos. Y si así lo deseamos, lo podremos leer en caracteres negros o azules.
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Todo un mundo en la palma de la mano… O en el bolsillo trasero. Y mejor aun, mucho mas barato que un libro de papel y tinta. Imagínense.un pequeño aparato que no pesa más que unos pocos gramos y que puede contener cinco o seis libros en un pequeño disco que no es más grande que la mitad de una tarjeta de crédito. ¿Podríamos, realmente, rechazar algo así?

Su próxima producción masiva presenta un desafió sustancialmente diferente a la cultura del papel. La Biblioteca Publica, inmersa en un ambiente dominado cada vez más por la red electrónica, enfrenta un futuro incierto. La existencia de una red global sugiere la noción de una biblioteca global . Las fuerzas tecnológicas han empezado a cambiar el énfasis del almacenamiento local al acceso global. Y en la medida en que se continué mejorando la funcionalidad de la red la relacion inversa será mas exacta… acceso local a un almacenamiento global.

Pero, para hacer este cambio posible, el contenido de los archivos tiene que desmaterializarse, lo que implica un profundo cambio en nuestra psicología personal y social.

En un mundo dominado mayoritariamente por la red, la autonomía individual necesita ser defendida a nivel individual y a nivel público. Para asegurar un limite razonable de autonomía individual necesitamos resistir la tentación de automatizar todo, incluyendo nuestras respuestas mentales, debido a una excesiva inter-actividad e hipertextualidad.

A nivel publico, es responsabilidad de los gobiernos proteger el dominio común de los intentos de ser poseído y controlado por la industria privada. La cuestión es cómo podemos proteger esta «red pública» de su privatización por la «industria de la conciencia». La saga del cable de televisión nos cuenta la historia, no sólo de como llegamos a pagar por programas que una vez fueron gratis, sino también, de como la integridad de lo que se nos entrega por nuestro dinero es amenazada por la prioridad de la ganancia por sobre la del servicio.

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Lo triste de todo esto es que el material perteneciente al dominio publico será cada vez más pequeño en relacion al crecimiento de los usuarios que pagan por el mismo servicio en forma virtual. Y los gobiernos, lejos de defender los medios de información públicos, sean estos impresos o audiovisuales, disminuyen los presupuestos que los hacen posibles, perpetuando un sistema en donde las diferencias de clase y las exclusiones culturales se intensifican.

Si el concepto de democracia todavía tiene alguna validez ésta estará en mantener la diferencia entre propiedad pública y privada y no en su eliminación. Por su compromiso con la palabra escrita y con el servicio publico las Bibliotecas Públicas son el sitio donde el desafío crítico de la humanidad puede jugarse. La Biblioteca Pública puede ser el lugar en donde la democracia se refugie de la completa electrificación y digitalización de nuestra mente.

¿Por qué, en la era de la hipertextualidad, todavía existen aquellos que defienden la existencia del libro ?

Porque el pensamiento se detiene en el libro y se nos muestra en toda su desnudez, revelándonos su estructura interna. La estructura del pensamiento,en cambio, no la encontramos, como dice Kerckhove, por ninguna parte en la red electrónica. Todo en ella son medios computarizados y su estructura se impone disfrazada en programaciones que no vemos. Y … porque la complementariedad entre el libro y el lector, entre objetividad y subjetividad, es una polaridad fundamental en la separación entre individuo y sociedad. El Libro resiste la manipulación de la nueva hipertextualidad e inter-actividad del lector.

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Leer y escribir le da a la persona un cierto control sobre el lenguaje, permitiéndole separar, en alguna medida, su identidad del resto del grupo social, lo que es imposible en una sociedad puramente oral. Una de las condiciones de la libertad mental y política es que el mundo objetivo, el mundo que esta ahí afuera, se estabilice para que la mente pueda vagar libremente en él, seleccionando y eligiendo de acuerdo a sus necesidades y objetivos personales. El poder de control es mayor si el texto se fija y la mente del lector toma todas las decisiones en la elaboración del significado.

A diferencia de la comunicación oral o de la actividad de la red, el libro se presenta como un espejo fijo para el desarrollo individual y es una condición necesaria para la existencia de la identidad privada. Cada medio, de alguna manera, es una opción epistemológica. El Libro y la escritura representan una de las pocas opciones epistemológicas ofrecidas por la historia humana, por lo que es imposible pensar que pudieran desaparecer.

La radio, la televisión o la información computarizada no pueden ni deben reemplazarlos, porque su manutención es critica, no solo como tecnologías de información, si no, también, como tecnologías de ser.

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* Escritores y docentes. Residen en Canadá.

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