El ascenso de Brasil y la relación China – EEUU

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Zhou Luxi .*
Estados Unidos y China tienen una relación dinámica y compleja. Cualquier disputa entre los dos países tiene enormes implicaciones globales. De manera similar, cualquier asunto global puede tener impacto sobre las relaciones bilaterales. Brasil está determinado a expandir su comercio fuera de Sudamérica y convertirse en una de los socios comerciales de Estados Unidos y de China. Los esfuerzos podrían reducir las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China causadas por el masivo déficit comercial estadounidense, la transformación industrial de China y las barreras comerciales.

Estados Unidos ha hecho de la reducción de las barreras comerciales con Brasil una prioridad y prevé un aumento marcado del volumen del comercio bilateral en el futuro cercano. Mientras tanto, las compañías manufactureras chinas están transfiriendo la producción desde las costosas zonas costeras de China hacia Brasil. En el sector de la aviación, mientras que Brasil compra aviones de la estadounidense Boeing, China se dispone a adquirir 35 aviones de la brasileña Embraer. Brasil ha mostrado también gran interés en desarrollar las energías renovables, en las que tanto China como Estados Unidos han invertido de manera significativa.

Estos intereses solapados expandirían el mercado hasta una escala nueva que podría aumentar la movilidad económica y las oportunidades de empleo en los tres países, así como reducir las tensiones en consecuencia.

Pero el compromiso de Brasil en los recursos naturales podría suponer presión en la relación Estados Unidos – China. Los acuerdos firmados en los dos meses pasados muestran que ambos países están expandiendo sus inversiones en la industria petrolera de Brasil. Las inversiones en el exterior de las compañías petroleras estatales chinas y el apoyo financiero de los bancos estatales chinos en África han sido calificados por Estados Unidos como “prácticas injustas” que indican “ambiciones de convertirse en un poder regional”.

Al mismo tiempo, Brasil es también uno de los mayores exportadores de mineral de hierro del mundo, pero no cuenta con poder para fijar precios debido al monopolio de los países occidentales sobre la industria. Las inversiones de China en la industrira del acero brasileña generó cierto conflicto con Estados Unidos. Más aún, Brasil es un gran exportador de productos agrícolas y es extremadamente importante a la hora de discutir asuntos como la seguridad alimentaria. China ha sido un importador de alimentos durante años.

Aunque China se ha comprometido a abrazar completamente la globalización del comercio y la Ronda de Doha, Estados Unidos y Brasil quieren ambos aumentar sus cuotas de mercado en China. China no sólo necesita hacer frente a los viejos problemas con Estados Unidos, sino que también tiene que prepararse para nuevos desafíos que podrían presentarse con el ascenso de Brasil.

Políticamente, Brasil podría influenciar las relaciones entre China y Estados Unidos en tres frentes: la reforma de la ONU, la no proliferación nuclear y la democratización política.

Tanto EE.UU. como China son conscientes de las ambiciones de Brasil de convertirse en un miembro permanente del Consejo de Seguridad. Pero las actitudes son poco claras. China se beneficia aún del actual orden mundial dirigido por EEUU y parece más interesada en las organizaciones regionales como los BRIC. No obstante, Estados Unidos y China dan la bienvenida a la influencia de Brasil en los asuntos internacionales.

Como se ha mencionado antes, mientras que Brasil no tome partido por ningún lado, no generará conflictos de calado entre EE.UU. y China. Antes de que Sudáfrica se uniera a los BRIC, Brasil era el único país del grupo sin armamento nuclear. Es un socio ideal para promover ese mundo sin nucleares del presidente Obama, pero es demasiado pronto para decir qué importancia tendrá el Brasil no nuclear en las cuestiones nucleares de Corea del Norte e Irán. Como en el caso de India, cuanto más éxito tiene Brasil, más presionarán los analistas de EE.UU. para que China reforme su sistema político.

Los dirigentes chinos no quieren oir hablar de reforma. Sobreenfatizar a Brasil como modelo político podría dañar la relación entre Pekín y Brasilia y llegar a empeorar la buena fe entre EEUU y China.

En suma: un Brasil en ascenso brinda oportunidades tanto a los estadounidenses como a los chinos. Inevitablemente, también plantea desafíos a la relación EEUU – China por sus implicaciones políticas y económicas, demasiado graves como para ignorarlas. Sin embargo, Brasil no es la clave de una relación EEUU – China próspera. La buena fe entre Wáshington y Pekín es la clave.

* Del Center for Strategic and International Studies (CSIS)
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En http://spanish.china.org.cn —que señala que no necesariamente comparte la opinión del autor.

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