EL DESPOJO INMACULADO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

(Puelmapu, Diciembre 2005). «Este viaje surge por la gran complicidad que existe del poder político, judicial y policial con las inmobiliarias y los winka que buscan consumar este despojo y están permitiendo que continúen amedrentando, amenazando y atacando a los Mapuche», advertía un colega que anunciaba el arribo del contingente.

Luego de una serie de reuniones en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que arrojaron como saldo la oferta oficial de pagar el abogado, e infructuosas gestiones para ser recibidos por el presidente Néstor Kirchner, el 30 de noviembre dieron un conferencia de prensa en el Congreso de la Nación. La adquisición por parte del empresario Huberto Roviralta y del basquetbolista de la NBA Emanuel Ginóbili del territorio reivindicado por el Lof Paichil Antriao había despertado la atención –el morbo– de la prensa masiva. Si el despojo es farandulezco suben las ventas.

Dos wenu foye se imponían en la sala de prensa, uno sobre la mesa, otro, sostenido por una pareja de jóvenes detrás de los conferencistas. Prestos para hablar estaban María Huala, de Mapuche Lafkenche Autónomos e Independientes (Bariloche), y los werken de la comunidad Víctor Hugo Namuncura y Gonzalo Coña. También lo acompañaba el abogado kolla Eulegio Frites, de la Comisión de Juristas Indígenas de la República Argentina (CJIRA), y las diputadas de la Comisión de Población y Desarrollo Humano –que culminan su mandato el 10 de diciembre– Alicia Castro y María Elena Barbagelata; quienes no sólo expresaron su repudio a la situación que atraviesa la comunidad sino los pueblos originarios en general y destacaron que si ese día la Cámara no daba media sanción a los proyectos de ley de Emergencia de la Propiedad Comunitaria Indígena y de Procedimiento de Regularización de la Propiedad Comunitaria Indígena, éstos caducarían.

El posible –a esa altura hecho consumado– fracaso de las iniciativas parlamentarias y la necesidad de dar quórum por momentos relegó a un segundo término la denuncia de los atropellos sufridos en el sur neuquino, nacido de la voracidad de operadores inmobiliarios y turísticos.

Las voces y lo que dicen

foto«Estamos acá por los últimos incidentes que hubieron en la comunidad Paichil Antriao, que está ubicada en lo que hoy es Villa La Angostura. Irónicamente esta tierra fue donada a Ignacio Antriao y José María Paichil, en el año 1902 se reconoce esta «donación», porque la tierra ya era territorio mapuche ancestralmente.

«Les dieron 625 has. las cuales con el paso de los años le fueron quitando. Hoy no tienen un pedazo de tierra, por eso la están recuperando. Ahí se maneja mucho dinero, entonces nuestros hermanos están padeciendo represión, golpes, desde los supuestos propietarios. Ahí viene toda una cadena de delincuencia, porque alguien aprueba estos lotes que salen a la venta», enfatizó Huala.

Luego intervino el werken Namuncura, quien reafirmó las declaraciones de Huala: «Como dice la lagmien, nosotros actualmente tenemos conflicto con las mafias de las inmobiliarias, nos vienen quitando la tierra de nuestros ancestros y en este momento estamos acá tratando de solucionar el tema éste, porque esto también depende de la fuerza que hagamos nosotros. Y también estamos acá para decirle a la gente que pase lo que pase, nuestra comunidad y el pueblo van a seguir luchando, porque necesitamos que salga muy pronto esta ley para que a las comunidades no nos sigan desalojando».

Entonces el werken Coña se acercó al micrófono:»Como iba hablando el werken tenemos muchos conflictos con la intendencia de Villa La Angostura. (…) Estamos bastante mal allá con todo lo que está pasando, quieren destruir nuestro rewe, un lugar sagrado donde nosotros hacemos ceremonia, llellipun, wiñoy tripantü, kamairkun. Hoy lo que venimos a pedir acá es que nos den una solución y además apoyar a los peñis que están haciendo esto para que se decrete esto de los cuatro años sin desalojos».

El rito legal y la realidad social

El micrófono circuló nuevamente por las manos de las legisladoras y del presidente de la CJIRA, quien pretendía –si no ser el centro– manejar el ritmo de la conferencia de prensa, a la que ya daba por finalizada. «Amigos del kirchnerismo, amigos de la Unión Cívica Radical, cuando se aprobaron las leyes reconociendo el derecho de los pueblos indígenas hubo unanimidad, cuando se aprobó el Convenio 169 se aprobó por unanimidad, cuando se aprobó el texto constitucional reconociendo los derechos fue por unanimidad… Y ahora se presentan estas situaciones, que desde el 2 de junio hasta el 30 de noviembre de 2005 no haya sesiones, y con el peligro de que todo lo que se ha trabajado ahora caduque… Señores diputados, a las 13,50 los esperamos en la Cámara de Diputados».

Hasta el momento se había hablado mucho de los proyectos de ley que avanzaban hacia un seguro y profundo cajoneo, pero no se había dicho palabra sobre la violencia que colmó la paciencia de los comuneros mapuche y ni se habían pronunciado los nombres de algunos beneficiarios del despojo. Las palabras tenían que seguir circulando y el werken Coña se encargó de hacerlo:

«Nos estaban pidiendo que hablemos sobre Emanuel Ginóbilli, de cuántas hectáreas tenía. Tiene 22, donde 14 son de él y las otras están repartidas en 5 partes, que ya el municipio de Villa La Angostura, le dio el okey para que lo haga. También Emanuel Ginóbilli quiere cerrar justo en el medio del rewe. Nosotros hoy estamos viviendo en 22 hecáteras; 32 familias, no nos alcanza el lugar para nada.

«Nosotros tampoco podemos recuperar todo (el territorio) porque el gran avance que hizo Villa La Angostura nos ha sacado más de la mitad de la tierra… Hoy si llegamos a recuperar las tierras serían 225 hectáreas. (de las 625 reconocidas en 1884). Lo que nosotros más pedimos es que nos devuelvan el territorio, que lo necesitamos realmente, que hay pichikeche, pichidomo, que son los pequeños, que vienen en camino, y a ellos no les podemos brindar nada, no tenemos ni a donde poner animales al día de hoy».

Huala acotó inmediatamente: «Además de Ginóbilli está (el empresario Huberto) Roviralta, el ex intendente (de la última dictadura militar José) Salamida (p) , el ex juez (de Paz Héctor) Pérez Calvo (que ocupó el cargo entre 1947 y 1955 y «compró» el lote en conflicto en el ?51) , y muchos «ex» que pasaron por la intendencia de Villa La Angostura y son los supuestos propietarios de las tierras de nuestros hermanos de la comunidad Paichil Antriao».

El ritmo de la conferencia de prensa comenzaba a cambiar, la convocatoria volvía a su eje, volvía el newen a las palabras.

«Yo quería agregar algo más al respecto del problema de nuestra tierra –dijo el werken Namuncura–. Dos semanas antes de llegar a la ciudad de Buenos Aires tuvimos un conflicto con un tal Martín Bianchini y Jorge Bernardi (empresarios locales) , ellos supuestamente son dueños de donde estamos asentados hoy nosotros. Antes de venir para acá ellos fueron a la comunidad y nos empezaron a agredir, todos sabemos que el Pueblo Mapuche es pacífico. (…) Nosotros no estamos tranquilos por la noche, en ningún momento estamos tranquilos. ¿Por qué? Porque ellos buscan gente del mismo pueblo –la misma gente que nos conoce nos ha ido a informar– para venir a desalojarnos. (…)

«En la noche no podemos dormir tranquilos porque llegan a las 2, 3, 4 de la mañana y empiezan a tirar tiros. Por eso quisiera decirle a los señores diputados: ¿Qué quieren que no aprueban el proyecto para parar el desalojo a nuestros pueblos? Nosotros necesitamos que salga urgentemente esta ley porque en cualquier momento vamos a sufrir algo más de parte de los privados y no queremos que se llegue a eso. Nosotros sufrimos, nuestros pichikeche sufren, nuestra lagmien, nuestros abuelos, sufren. Nosotros necesitamos que se apruebe, señores diputados, esta ley. Nada más».

Luego intervino un referente diaguita calchaquí que enumeró algunos de los últimos atropellos sufridos por diferentes pueblos originarios en las provincias de Salta y Jujuy. Y tras 45 minutos la conferencia de prensa concluyó con un estruendoso afafán, como no podía ser de otra manera.

Finalmente la Cámara no sesionó y los proyectos cayeron. Desde el dos de junio tenían orden del día para ser tratados. El seis de setiembre de 2004 el presidente Kirchner catapultó su imagen indigenista presentando un proyecto de ley para resguardar las tierras de las comunidades y frenar sus desalojos, iniciativa que se sumaba o competía –nada es gratis– con el de las diputadas Marta Maffei y Barbagelata. Pero el ímpetu inicial se perdió rápidamente y fue el propio oficialismo el que enterró los proyectos de ley en su desidia parlamentaria.

En tanto la prensa señaló que Roviralta le compró tierras a «un mapuche alcoholizado» y que el astro de la NBA está complicado en la adquisición de tierras reclamadas por indios de la Patagonia –un punto indefinido en el universo–. La violencia y amenazas cotidianas sufridas por los comuneros quedaron contenidas en las paredes de la sala de prensa, el despojo es inoloro, incoloro e insípido, como el agua de la vertiente… El despojo es inmaculado. La prensa tampoco indagó en los sueños del cenicero.

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* En el periódico mapuche Azkintuwe (www.nodo50.org/azkintuwe»).

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