“El hecho de ser mujer le da a una persona más trabajo que el hecho de ser varón”

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Pablo Fornero.*

Su novela Kalpa Imperial, el imperio más grande que nunca existió, publicada en 1983 y 1984 (traducido al inglés en 2003 por Úrsula Le Guinn), ubica a Angélica Gorodischer como una de las voces más importantes dentro del género de ciencia ficción –que asegura haber abandonado– en habla castellana. Reside en la ciudad de Rosario, Argentina. Ésta es su más reciente entrevista concedida a un medio de comunicación.

–¿Sabía la consideran una de las tres voces femeninas más importantes dentro de a ciencia ficción hispanoamérica?

–No, no sabía. Tampoco me parece muy importante, simplemente porque la c-f ha dejado de interesarme hace mucho tiempo. Yo no soy una “escritora de c-f ”;soy una escritora, una narradora. Escribí, hace de esto años y años, cuatro libros de c-f y chau.

"De ahí en adelante escribí de todo, y confieso que la marca de la c-f suele ser muy fuerte y por eso mis textos o son nunca absolutamente realistas o eso que se llama realistas. Por suerte, porque no hay nada más opaco, más aburrido, que los ‘textos de la vida real’”.

–¿En algún momento,sintió que destacarse dentro de la literatura le costó mucho más por el hecho de ser mujer?

–No. El hecho de ser mujer le da a una persona más trabajo que el hecho de ser varón, eso es innegable. Como dijo Mae West: ‘Las mujeres tenemos que hacer las cosas el doble de bien que los varones. Suerte que no es difícil’.

"Pero volviendo a la pregunta, que una mujer quiera ser escritora es aceptable. Que un varón diga que quiere ser escritor ya despierta suspicacias: ¿y de qué vas a vivir?Ahora, destacarse dentro del oficio es más trabajoso porque los colegas varones no leen a sus colegas mujeres. En mi caso no sé si me destaco o no, pero lo que sé es que los críticos, los ditores han sido muy generosos conmigo".

–¿Cómo ve la situación de la mujer argentina en general y de las scritoras en particular en la actualidad?

–A las mujeres argentinas nos va tan bien y tan mal como a las mujeres de todo el mundo (occidental, claro). Hemos adelantado mucho y nos falta mucho camino por recorrer, pero en eso estamos. Con las escritoras pasa lo mismo: nos va tan bien y tan mal como a las escritoras de todo el mundo.

–Hace unos años dijo que si viviera en Buenos Aires, no escribiría. Actualmente, escribe una columna en el diario Perfil, ¿qué ventajas tiene hacerlo desde la ciudad de Rosario?

–Dije eso a raíz de la catarata de tironeos y tentaciones que promete una gran ciudad, Buenos Aires o Tokio o París o New York, etc. A una le dan ganas de ir a todas partes, de oír todos los conciertos, de estar en todas las presentaciones de libros, en todos los cines, en todos los teatros, en todas las librerías, en todas las bibliotecas.

"Las minas que viven en esas ciudades se las arreglan para escribir, por supuesto, pero es menos cruel hacerlo en una ciudad como Rosario, que tiene una buena oferta cultural pero no tanto como para hacerla sufrir a una porque carece del don de a ubicuidad".

–En la cultura general, está muy incorporado el concepto de “hacer la grande”. Viviendo en Rosario, significaría probar suerte en la metrópoli del país, Buenos Aires.¿Está de acuerdo,cómo es su caso?

–No sé lo que quiere decir ‘hacer la grande’. A mí me encanta vivir en Rosario, y Buenos Aires, bella ciudad llena de amigas y amigos, me resulta absolutamente insoportable. La aguanto un par de días y después me pongo impaciente por volver a casa. No viviría en B.A. ni aunque me pagaran oro en polvo, gracias.

–Ha publicado cientos de obras, ¿Hoy, que cosas le despiertan la pasión de la escritura?

–Todo lo que encuentro a mí alrededor, como siempre. Palabras, ruidos, olores, climas, un objeto, una película, un recuerdo, una música, una cara en la calle, un cuadro, una frase oída al pasar, qué sé yo, todo. Desde la contemplación del cielo negro de la noche hasta una horrible cucaracha, lo que sea. La pasión por la escritura es insoslayable y perenne.

–¿Le resulta muy difícil comprender que la literatura es también su trabajo?¿Cómo organiza sus días mientras escribe?

–La literatura es mi trabajo, sin también. Y soy una persona prolija y organizada. Sé a qué horas del día me siento mejor para escribir, sé administrar mi tiempo. Sé cuándo no hay más remedio que interrumpir o que dejar para otro día lo que estoy haciendo. Sobre todo ahora que tengo  tiempo y lugar. Cuando una, como me pasó a mí, tiene hijos chicos y un trabajo fuera de la casa, el asunto se pone arduo. Pero no es imposible seguir escribiendo.

"Hay que  reflexionar y ver en dónde quedan los intersticios por los que una se escapa. Y después llega esta etapa de la vida en la que una es una bacana que tiene su cuarto propio (aunque no tenga quinientas libras al año o su equivalente para estos años) y dispone de tiempo y puede elegir".

–El hecho de que estemos entrevistándola vía "e-mail" también habla de las propiedades de las nuevas tecnologías, ¿Cómo las ha incorporado a su rabajo?

–Suelo decir que la computadora me cambió la vida. Hace quince años que manejo una y me asombro todos los días de la maravilla que nos han traído las nuevas tecnologías.

"Odio algunas cosas, como no podía ser de otra manera: cuando veo a las y los idiotas que andan por la calle o están en el café con el celular pegado a la oreja que parece que los van a tener que operar para sacárselos, me dan ganas de sacudirlos y decirles que la vida real es otra cosa.

"Un celular es útil, no digo que no, al contrario, para una madre que tiene chiquitos que quedan a cargo de alguien cuando ella se va a trabajar, para un médico, esas cosas urgentes, pero para no decir nada más que pavadas que pueden esperar a que una vuelva a casa y no ofender a quienes nos esperan o nos miran o tropiezan con nosotros en la vereda, vamos, es una especie de plaga.

"Amo internet, los "mails", la computadora para mi trabajo, pero odio la ridiculez del celular como una excrecencia de la oreja. Señora, señor,  gente de toda edad, mire a su alrededor, oiga los ruidos  de la calle, fíjese en los árboles de la vereda, hable con la amiga con la que está en el café y largue ese aparatito objeto de su amor y de su obsesión".

–Siendo usted una defensora de los derechos de la
mujer, ¿Qué reflexión hace sobre el desenvolvimiento de Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia?

–Prefiero no hablar de esa señora.

–¿En qué está trabajando actualmente?

–En otra novela que me está dando un trabajo loco. Pero si se cree que me va a vencer, está totalmente equivocada.

* Periodista.

En Genoma, revista de cultura de distribución gratuita. Se publica en la provincia de Santa Fe, Argentina.
(revistagenomar@librerialacultura.com.ar).


Addenda

Entre las novelas de A.G., entre otros títulos, pueden mencionarse Opus Dos (1968), Casta luna electrónica (1977), Mala noche y parir hembra (1983), Kalpa Imperial (1983), Floreros de Albastro, alfombras de Bokhara (1985), Las Repúblicas (1991), Tumba de jaguares. (2005).

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