El jesuita sorprendente

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Néstor Francia.*

En un comunicado, el sacerdote jesuita Miguel Matos se refirió a los problemas internos que afectan a la alta cúpula eclesiástica venezolana con un planteamiento prístinamente claro: “Yo diría que el ‘pecado original’ imputable con una elemental constatación de los hechos, a la jerarquía católica, se materializó en el golpe de Estado de 2002. Para negar esta afirmación habría que decir que no fue un señor Cardenal el que propuso el nombre de Carmona Estanga para ocupar la ‘Presidencia interina’…

"… que no fue un señor Cardenal al que vimos firmando el acta de destrucción de la constitucionalidad venezolana, que no eran unos señores obispos quienes brindaban ante las cámaras de TV la noche del golpe, habría que decir que no era un connotado representante de la jerarquía el que levantó las manos de los presidentes de la CTV y Fedecamaras en los tiempos del frenesí oposicionista.

"Y obviamos, por falta de espacio, detalles más folclóricos como el del sacerdote que vestido con una sotana-pijama ocupó por unos segundos las cámaras de TV en la noche fatídica del 11 de Abril con una actuación irresponsable e inmadura, o el otro sacerdote que, rigurosamente ataviado con vestidura clerical, montó una mesa en la Plaza de San Pedro en Roma para recoger firmas para el Referendo.

"Habría que olvidar el silencio y los muy poco disimulados apoyos eclesiásticos al paro petrolero criminal que nos impuso la oposición”.

Más claro no canta un gallo, por eso es tan buena la propuesta que se presentará el martes en la plenaria de la Asamblea Nacional, además de la moción de rechazo a las declaraciones del troglodita Urosa Savino, en el sentido de promover un debate sobre el papel de la Iglesia en Venezuela.

Tal debate es imprescindible, dada la marcada influencia que tradicionalmente ha tenido la cúpula católica en la política venezolana. Se debe debatir, entonces, el tema de la presencia de la Iglesia en la lucha de clases, la definición clasista y política de la jerarquía católica, el carácter laico del Estado y su verdadera aplicación, las diferencias entre el conjunto de la iglesia y la jerarquía, las relaciones del Estado venezolano con el Vaticano, la situación de la libertad de cultos en el país, el respeto a todas las religiones y también al ateísmo, y muchas cosas más.

Pero sería importante que esta discusión vaya más allá del parlamento y de los círculos políticos, y se extienda al pueblo de a pie con el impulso del PSUV. Claro, debe insertarse en la batalla ideológica general que hace tiempo está planteada en Venezuela. Asumamos la tarea de arrancarles las caretas a estos fariseos, a quienes proponemos identificar la fachada de su nido en la Conferencia Episcopal Venezolana con la conocida frase: “Dios bendiga este negocio”.

En ese mismo sentido, cerraremos por ahora el tema con una muy importante declaración del presidente Chávez, cuando hizo “Un llamado a dar la batalla ideológica, la batalla cultural, a la inteligencia y a no dejarnos confundir por esos mensajes cavernarios. Ahora ellos (jerarcas de la iglesia católica) se quieren presentar como víctimas cuando fueron ellos quienes apoyaron un golpe de Estado. No dicen nada del terrorista que capturamos (Chávez Abarca), de los narcotraficantes que hemos apresado. Pero bueno, nosotros seguiremos adelante”.
    
En otro orden de ideas, después de la captura del terrorista Francisco Chávez Abarca, quien confesó los planes conspirativos en los que estaba involucrado, otra manifestación de la gran conspiración de la derecha comienza a ser develada con la investigación a 15 ciudadanos por su presunta participación en la difusión de rumores contra la estabilidad bancaria en el país, a través de la red social Twitter, dos de los cuales están ya detenidos.

No es difícil atar cabos para entender que todos estos hechos están relacionados, y son partes del plan general, cuyos titiriteros principales se encuentran en el Norte.

En Panamá se está viendo una vez más la verdadera cara del estilo neoliberal que quisiera imponer la derecha en Venezuela y de lo cual dio una muestra en el brevísimo gobierno de Carmona: plomo contra el pueblo. Ya son cuatro los muertos y centenares los heridos como víctimas de la represión del gobierno del ricachón Ricardo Martinelli contra trabajadores bananeros en huelga en la ciudad de Changuinola.

Tal como hizo Micheletti en Honduras, el gobierno asesino de Panamá ha decretado un toque de queda después de la masacre. El PSUV debe expresarse y rechazar este crimen, ya que ni la oposición ni la canalla mediática de Venezuela y el mundo, por supuesto, lo harán. Ellos arman escándalo cuando un contrarrevolucionario monta una huelga de hambre en Cuba, o cuando las “damas de blanco” son desalojadas en un autobús, o cuando los “manitas blancas” de Venezuela sufren ataques de tos con las bombas lacrimógenas. Pero la represión de la derecha no les levanta roncha. Nosotros, claro está, no debemos callar.

El Gobierno Nacional expendería, durante este fin de semana en el país, 8.000.785 toneladas de alimentos a través de 1.546 operativos a cielo abierto, que se realizan para garantizar el acceso a la población a los alimentos. Así lo informó el ministro de Comercio, Richard Canán, en la Feria de Hortalizas instalada este sábado en la Redoma de Coche, en Caracas, donde se vendieron 15 toneladas de alimentos de la cesta básica y siete toneladas entre frutas y hortalizas.

En ese sentido, el ministro informó que “El Gobierno bolivariano, a través de diferentes instituciones, está llevando a cabo las Ferias de las Hortalizas, con la finalidad de combatir la especulación en los precios de los productos agrícolas como la cebolla, el tomate y el pimentón”.

Esta importante noticia será minimizada, por supuesto, por los medios podridos de la derecha oligárquica.

* Analista de asuntos políticos.

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