El justo y humano trato en Chile

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Sergio Reyes Matus.*

4 x 2  puede ser una simple operación matemática o puede ser la dimensión de la jaula de un oso en uno de esos circos pobres que recorren nuestro país. Pero la verdad, es que 4 x 2 son las dimensiones de la jaula de la celda donde he estado recluido los últimos 17 meses, confinado a un aislamiento total durante 22 horas al día, comiendo solo, viviendo solo, teniendo derecho a tener cigarros pero no fuego, lo que para alguien que fuma es una tortura psicológica en sí misma.

 

Alejado de mi familia por más de 800 kilómetros, por tanto, sin tener derecho a ver a mi hijo (al cuál no veo hace 8 meses), con visitas restringidas a tres horas y por locutorio, sin posibilidad de acceder a venusterio. En fin, viviendo una vida monótona y enloquecedora.

Durante mucho tiempo me pregunté por qué.. Cuál es el motivo de que me traten de esta forma, de manera tan distinta a los miles de imputados que hay en este país. Increíblemente, la respuesta me llegó a fines de febrero cuando se abre la puerta de mi celda y el cabo de guardia me dice; “Reyes, baja a abogado”.

Para mi sorpresa, estaba el abogado de la defensoría en compañía del señor fiscal, después de un breve preámbulo, el Señor Pérez me dice: “Reyes, le vengo a ofrecer un trato; le doy una condena de 7 años si se inculpa como cómplice e inculpa a Kenny y Elena”… Como en una novela de Frederick Forsythe, después de leer páginas y páginas de misterios, al final esos misterios se acumulan de golpe, como de golpe aclararon a mí, tantas cosas.

De golpe, se me aclaró la razón del por qué yo fui detenido por funcionarios de la A.N.I., de golpe se aclararon las presiones que ejercieron sobre mí en relación a mi esposa, de golpe se me aclaró por qué me amenazaban con delitos como la fuga de una persona de la cárcel de Temuco, con supuestas bombas y reuniones en el extranjero, con conocer a personas que por lógica, yo no había conocido, como es Mauricio Hernández (preso desde hace muchos años), Delitos en los cuales debí haber sido formalizado por lo menos y eso nunca ocurrió.

La razón estaba ahí, ante mis ojos. Siempre estuvo y yo nunca la vi. Y esa razón es que la investigación de la Fiscalia era tan mala que no tenían pruebas, no podían tenerlas y necesitan de mí para poder probar una culpabilidad inexistente. Obviamente, me negué. Todo terminó ahí, o por lo menos yo lo creí; el tiempo me probó lo equivocado que estaba. Y esta novela de espías y misterios iba a continuar. No podía parar…

Alrededor de 20 días después, todo volvió a comenzar nuevamente, se escuchó: “Reyes, abogado” y para mi sorpresa, nuevamente eran el defensor público y el Sr. fiscal, pero esta vez, el trato fue distinto. El Fiscal se mostró preocupado por mi situación, por mi evidente falta de peso y me aconsejó alimentarme, se mostró preocupado por la situación de mi esposa y de mi hijo, lamentando que no pudieran visitarme constantemente. Después de eso, fue directo:

“Sr. Reyes, yo necesito de usted y usted de mí; le ofrezco 5 años firmando en su casa, si lo desea le ofrezco protección para usted y su familia después del juicio, y si antes de que termine la condena quiere irse del país, yo le ayudo, le ofrezco acusarlo como encubridor, pero usted tiene que declarar en contra de Kenny y Elena”.

Me dijo después: “Piénselo, le doy tiempo hasta la preparación del juicio que se realizaría en marzo para que tenga en cuenta que al final, usted puede ser el único que sea condenado y sus amigos saldrán en libertad y creo que eso no es justo. Usted no tiene salida con la declaración que firmó, lo tengo en mis manos si quiere negarla o decir que lo forzaron para que firmara, es una alternativa, pero, yo no lo aconsejo”.

Quedamos en que yo le respondería con el defensor. Esa respuesta nunca le llegó…

Señores magistrados, ante ustedes ha sido presentado mi caso. El Fiscal les mostró a un Sergio Reyes casi novelesco, un Sergio Reyes que podría ser catalogado simplemente como un “GRAN TERRORISTA INTERNACIONAL” que pone bombas, que rescata personas de las cárceles, que organiza escuelas de guerrillas, que participa en reuniones en el extranjero con organizaciones de conocida tendencia extremista, que participa de asaltos, o, por lo menos, los encubre.

Pero, increíblemente no existe ninguna prueba concreta que avale su teoría después de tres años de seguimientos. No presenta, por lo menos una foto en que yo aparezca en alguna reunión o alguna grabación telefónica que me relacione con los hechos de que se me acusa, solo viene ante ustedes y presenta supuestos y teorías conspirativas ya añejas en este mundo.

Por otra parte existe presentado el Sergio Reyes Real. Ese que si se puede comprobar. Ese Sergio Reyes que a los 19 años comienza a trabajar en una de las más grandes empresas de este país; ese Sergio Reyes que se supera día a día y que llega a ocupar un importante cargo en su trabajo, al que por la confianza ganada se le permite manejar cifras altísimas de dinero y que nunca se ve tentado siquiera de quedarse con un solo peso; ese Sergio Reyes que es respetado y querido en su comunidad; ese Sergio Reyes que puede justificar cada peso en su cuenta bancaria; ese Sergio Reyes que como cualquier persona puede salir del país y no por ser culpable de algo; en fin, un Sergio Reyes con virtudes y defectos, pero, que es el Sergio Reyes Real.

En fin, solo me resta decirle que tengo la más absoluta seguridad en que la evidencia de que se trata de un burdo montaje los guiará en la decisión que han de tomar y que, de una u otra forma, este montaje ya ha cambiado mi vida y la de mi familia.
 

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