El mal comienzo de la Hillary Clinton

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Emir Sader*
 
En su presentación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, la nueva Secretaria de Estado de ese país emitió sus primeras declaraciones en relación a America Latina. Se propone una "diplomacia directa", que pretende basarse en un supuesto "poder inteligente". Habla del continente como si fuese un espacio vacío en el que va a proyectarse.
Pero su discurso, pretendidamente abierto al diálogo, no puede dejar de esconder sus garras, revelando que el "poder inteligente" puede ser una nueva versión para la conocida combinación de "la cachiporra y la zanahoria"[1]" alternada o simultáneamente utilizada siempre por el poder imperial en América Latina y en el resto del mundo.

Si quiere tener una relación de diálogo positivo, la Sra. Clinton debería, antes que nada, hacer una autocrítica de la política que los Clinton desarrollaron en el continente y de la de Bush. La realidad es todo lo contrario, vean lo que se propone la nueva Secretaria de Estado:

"Deberemos tener una agenda positiva en el hemisferio como respuesta al tráfico de temor propagado por Chávez y Evo Morales."

Hablar de temor en nombre de la potencia que recientemente mandó circular su V Flota por las costas del continente; como si eso todavía produjese miedo en los gobernantes latinoamericanos, en el momento en que se reunía, por primera vez en la historia sin la presencia de los Estados Unidos, el Consejo Sudamericano de Defensa. En el momento en que nuevas reservas de petróleo han sido descubiertas en Brasil. Cuando Bolivia ejerce su soberanía expulsando al embajador de los Estados Unidos, por sus reiteradas intromisiones en la política interna de ese país, y por incentivar los planes golpistas de la oposición derechista.

Hablar de temor antes de normalizar las relaciones con Cuba, terminando con el criminal bloqueo de más de 40 años. Antes de retirar de forma inmediata la base de terror de Guantánamo y devolver ese territorio usurpado por el imperio hace más de un siglo a Cuba.

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros los latinoamericanos lo llamamos solidaridad – palabra que ustedes desconocen. Porque lo que Venezuela y Bolivia propagan es la política que, con el decisivo apoyo de Cuba, terminó con el analfabetismo en esos dos países. Pregúntese ¿que país, apoyado hace tantas décadas por los Estados Unidos, puede exhibir esa conquista, a pesar de los millones de dólares repartidos por el imperio para fortalecer a sus aliados derechistas?

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros lo conocemos como Operación Milagro, que ya permitió a más de un millón de latinoamericanos recuperar su capacidad de visión, con hospitales en Cuba, Venezuela y Bolivia, de forma totalmente gratis. Mientras que el imperio contribuyó cotidianamente a cegar a millones de personas fomentando, con recursos y noticieros falsos, los medios de comunicación monopólicos privados en el continente – aliado fundamental del imperio en la región.

Lo que la Sra. Clinton llama temor, nosotros lo conocemos como Escuela Latinoamericana de Medicina, que con sus sedes en Cuba y en Venezuela, forma las primeras generaciones de médicos pobres en América Latina, para fortalecer las políticas de salud pública en el continente.

En fin, Sra. Clinton, si quieren tener una política de diálogo con el continente, primero tiene que darse cuenta de que este no es el mismo continente de cuando su marido gobernaba y el neoliberalismo y el ALCA reinaban. Asuma modestamente que no conoce el continente, venga a visitar nuestros países, sin declaraciones, para aprender como se construyen procesos de integración regional, como se superan las políticas de libre mercado que su país propaga desde hace décadas como la solución y que se volvió el principal problema a enfrentar.

Venga a conocer los nuevos gobiernos, las nuevas políticas, pero antes resuelva los problemas pendientes – Cuba, Guantánamo, Operación Colombia, entre otros -, para no correr el riesgo de, delicadamente, moralmente, ser recibida no con flores, sino con zapatazos.

[1] N de la T: La expresión "do porrete e da censura" o viceversa, es la expresión de combinar y alternar según las circunstancias las fases de agradecer y castigar.

*Director del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) – Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). Secretario Ejecutivo de Clacso

 

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