El oscuro negocio de la mafia médica

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Ana Ivis Galán García.*

La mayoría de la población mundial cree que su salud está en buenas manos. En la creencia de que eso es así, no puede ver los oscuros negocios que esconde la mafia imperial de la industria médica, amparada financieramente por las multinacionales farmacéuticas.

Los grandes medios de comunicación se ocupan de sembrar el miedo a las enfermedades, y algunos gobiernos los apoyan. Se manipulan genes, mercantilizan órganos, y a ello se les suma los costos sanitarios siempre en alza? Es un mercado, donde el dinero rige totalmente la medicina.

No impera una ética a favor de la vida. Lo único que de verdad interesa a quienes manejan esa "industria" es ganar dinero y cómo obtener más.

Hoy el lucro alcanza cifras astronómicas y ejemplos sobran. Las ventas de la farmacéutica suiza Roche Holding AG, productora del codiciado antiviral Tamiflu contra el virus de la influenza A (H1N1) y de la cual nada menos que el ex secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld es uno de sus principales accionistas, aumentaron en el primer trimestre del 2009 el 7% con respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 17.672 millones de euros. O la empresa estadounidense Pfizer, laboratorio líder a nivel mundial, cuyos ingresos al año rondan los 4.900 millones de dólares.

Para producir ganancias, a las multinacionales del sector les interesa contar con enfermos, si son crónicos mejor, para que tengan que consumir la mayor cantidad posible de medicamentos, pero solo para aliviar nunca para resolver una dolencia, pues esto último no les sería rentable.

Incluso, esas transnacionales en ocasiones deciden qué se enseña a los futuros médicos en las facultades, qué se expone y se publica en los congresos de medicina. Muchas veces los galenos solo tienen acceso a las fuentes de información que les "proporcionan" las industrias de la esfera, las cuales deciden hasta qué tratamiento pueden o no aplicar.

En el sitio digital Free News, dedicado a publicar informaciones censuradas sobre medicina y salud, se denuncia cómo el libro La Mafia Médica ‹su título nos dice mucho‹ le costó a la doctora de origen canadiense Ghislaine Saint-Pierre Lanctot su expulsión del Colegio Médico de su país y la retirada de su licencia para ejercer, luego de 27 años en el sector.[1]

También se revela el caso del doctor Peter H. Duesberg, eminente investigador de inmunología de Estados Unidos, a quien se le cerró su laboratorio y se le prohibió seguir investigando otras alternativas al SIDA por sus cuestionamientos a la hipótesis "oficial" sobre cómo combatir esa incurable enfermedad, lo que le generó, además, la retirada de fondos para sus estudios y dificultades para la publicación de sus trabajos en revistas científicas, solo porque ‹como dijera el investigador Mirko Beljanski, también víctima de esa mafia médica‹ "un sistema, unos mandarines y unos clanes poderosos se oponen a nuestras propuestas".

Hasta el presidente Barack Obama ha sufrido los furiosos ataques de los magnates de las farmacéuticas y aseguradoras contra su nuevo plan de sanidad ‹aprobado en estos días por la Comisión de Finanzas del Senado por un monto de 829 000 millones de dólares en los próximos diez años‹, en una nación donde 46 millones de estadounidenses carecen de cobertura médica. Sobre el tema la agencia italiana de noticias ANSA refirió: "Con la reforma del sistema de salud, el presidente de Estados Unidos se lanzó contra uno de los mayores símbolos del capitalismo salvaje en su país, despertando la furia de los republicanos y las reacciones de la multimillonaria industria de la medicina".

Ni los millonarios escapan

La salud y la vida de millones de personas se mantienen cautivas por el "negocio de la enfermedad". El mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano. Buena parte de las drogas que promocionan no tienen una eficacia probada la conocida Viagra, del laboratorio Pfizer, por ejemplo, "popular" por sus "virtudes" para contrarrestar la disfunción eréctil en el hombre, ha generado alertas por provocar ataques cardíacos, muertes súbitas e hipertensión‹, y muchas son, a veces, tóxicas para el cuerpo humano, y provocan serios efectos colaterales, nuevas enfermedades e incluso la muerte.

El tema de los medicamentos y sus dosis es un gran problema en Estados Unidos.

Así lo confirmó la triste noticia del fallecimiento del rey de la música pop, Michael Jackson, quien a los 50 años de edad murió de un paro cardíaco el pasado 25 de junio en su mansión de Beverly Hills por una sobredosis de medicamentos recetados por su doctor de cabecera Conrad Murria. Las autoridades forenses confirmaron que el deceso de Jackson no fue un accidente, sino un homicidio.

Una frase de la reconocida dramaturga y poeta estadounidense Dorothy Parker es hoy una sentencia: "Las dos más importantes palabras del idioma inglés son: cheque adjunto".

[1] Para mayor abundmiento ver en este portal aquí.
 

* Periodista.
En www.adital.org.br –que cita como fuente al periódico Granma.

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