El rescate e inéditos de Alejo Carpentier

1.917

Mario Casasús*

Por alguna razón misteriosa no es el de Alejo Carpentier entre los primeros que se recuerda cuando se habla de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX. Mario Casasús contribuye a reparar el desliz.
Daniel García Santos dirigió la editorial Letras Cubanas entre 1997 y 2008 y actualmente es vicepresidente de la Fundación Alejo Carpentier. En tal calidad habla del acervo y proyectos en torno al autor de El siglo de las luces, en homenaje por el 29 aniversario luctuoso (24 de abril de 1980) del primer escritor latinoamericano que recibió el Premio Cervantes (1978).

Egresado en Lengua y Literatura hispánicas, traductor, periodista, pero sobre todo editor, dice con orgullo: “He transitado por todas las escalas del oficio: corrector, redactor de estilo, editor, jefe de redacción, editor en jefe y director editorial”. Destacan sus traducciones francés-español en: Cuentos del vampiro (antología de cuentos de la India); Antología del cuento argelino contemporáneo; El viento del sur (de Abdelhamid Benhedouga) y Dime cómo sobrevivir a nuestra locura (cuento del Premio Nobel japonés Kenzaburo Oé).

El año pasado, García Santos cuidó la edición y acompañó a Paco Ignacio Taibo II en la investigación de la biografía: Tony Guiteras. Un hombre guapo (CS, 2009); ahora anuncia todo un hallazgo:
“En el trabajo de clasificación de papelería reunimos los documentos personales de Carpentier y los depositados en la Biblioteca Nacional, como resultado de todo el proceso aparecerán otras publicaciones inéditas que a la Fundación le interesan promover; por ejemplo, la editorial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, publicará un epistolario desconocido de Carpentier con Antonio Fernández de Castro”.

–A raíz del bloqueo informativo que padece Cuba, poco sabemos de sus Fundaciones culturales, ¿qué reseña harías para los lectores?

–El entramado cultural de nuestro país es diverso; al contrario de lo que se piensa, está formado no sólo por instituciones de carácter público, sino también hay un grupo de organizaciones no gubernamentales que de alguna manera complementan y enriquecen el trabajo de las instituciones oficiales; me refiero, por ejemplo, a la Fundación Alejo Carpentier que tiene el propósito fundamental de promover la obra de uno de nuestros escritores más universales, además de promover la literatura cubana y universal a tono con el pensamiento enciclopédico de Carpentier.

"Existen la Fundación Nicolás Guillén, con un propósito similar –a escala Iberoamericana-–: difundir y estudiar la obra de nuestro poeta nacional; la Fundación Fernando Ortiz, que dirige Miguel Barnet, el poeta, ensayista, narrador y etnólogo que en estos momentos también es presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Fundación Fernando Ortiz realiza un trabajo destacado y útil en relación con las investigaciones de carácter etnológico, incluso va más allá con el estudio de los componentes que integran la identidad nacional.

"Por otra parte, están la Fundación La naturaleza y el hombre que dirigió hasta su muerte Antonio Núñez Jiménez haciendo aportes significativos a la ciencia. La Fundación Ludwig para la promoción de las artes plásticas de los jóvenes creadores, las artes visuales y experimentales. La Fundación Caguayo, con sede en Santiago de Cuba, básicamente con el mismo perfil en las artes plásticas. La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano con sede en La Habana es presidida por Gabriel García Márquez. En fin, la enorme diversidad entre las Instituciones está contribuyendo al enriquecimiento de la cultura en nuestro país y su proyección hacía América Latina y otros países".

–¿Qué determina el estatus jurídico entre una Fundación y un Centro Cultural? Lo pregunto por el Centro Dulce María Loynaz o el Centro de Estudios Che Guevara…

–La multiplicidad. Junto a las fundaciones que te mencionaba, existen estos centros culturales o de estudio, algunos con carácter no oficial y otros son parte de las instituciones; precisamente, el Centro Cultural que acabas de mencionar con sede en la última casa que habitó Dulce María Loynaz, nuestra poeta Premio Cervantes.

"El Centro Dulce María Loynaz pertenece al Instituto Cubano del Libro y desarrolla una labor muy importante de promoción de la literatura cubana, tanto contemporánea y tradicional, además de otras vertientes como la historia, también cuenta con espacios para la música.

"En la provincia Pinar del Río está el Centro Hermanos Loynaz, adscrito al Centro provincial del libro y literatura de Pinar del Río realizando la promoción de la obra de los otros hermanos de Dulce María e impulsando el talento regional con certámenes de narrativa".

–Sé de tu trayectoria como director de la editorial Letras Cubanas, ahora te incorporas a la Fundación Alejo Carpentier. ¿Le darán prioridad al fondo editorial y biblioteca? ¿Qué cambios estructurales tendrá la Fundación Carpentier?

–La Fundación Alejo Carpentier está en un proceso de redimensionamiento, tenemos una nueva directora –la crítica literaria Graziella Pogolotti–, y vamos a trabajar en dos vertientes: primero, la preservación del patrimonio de Alejo Carpentier, que comprende documentación y la propia obra activa, para catalogarla, poniéndola a disposición de los investigadores.

"Con la reorganización habrá dos espacios en correspondencia para nuestra labor: el primer espacio –que es donde estamos hablando–, la casa donde vivía Alejo Carpentier y su viuda Lilia Esteban –que murió el año pasado–; en la casa del Vedado estará todo el trabajo de preservación, clasificación y catalogación del patrimonio y otra sede, donde funcionaba el Centro Alejo Carpentier, en aquella casa bellísima del siglo XVIII, que sirvió incluso de inspiración a Alejo como escenario para su novela El siglo de las luces (1962), la casona que está en La Habana Vieja será un local de promoción, se impartirán conferencias, tendremos presentaciones de libros y conciertos, porque tú bien sabes que Alejo además de ser un escritor relevante, fue un musicólogo y un periodista de primera magnitud, tocó todas las disciplinas de la creación artística".

–¿Hablas de la casa junto a la Bodeguita del medio?

–Exactamente, en la calle Empedrado 215.

–¿Ustedes son responsables de la casa dedicada a Carpentier y La ciudad de las columnas en la calle Obra Pía?

–No, La casa de Obra Pía está auspiciada por la oficina del Historiador de La Habana, y es –en efecto– donde se están exponiendo una serie de artículos de carácter personal de Alejo. La institución de la Obra Pía convoca al Premio Los jóvenes en busca del reino perdido, para las artes plásticas, tratando de promover entre estudiantes de primaria y secundaria el conocimiento de Alejo y cómo ellos lo reflejan: al final del concurso se exponen las obras ganadoras y la Fundación Carpentier patrocina esa premiación.

"Quería decirte que la Fundación Carpentier organiza el Premio Razón de Ser, el más antiguo en lo que se refiere al apoyo económico para la conclusión de obras literarias, es una beca de creación, cada mes de marzo –desde la década de 1980– anunciamos los proyectos seleccionados en investigación, narrativa y ensayo, la Fundación Carpentier coopera económicamente hasta la conclusión y publicación".

–Iroel Sánchez abordó los detalles en la exportación de los derechos de autor, mediante la Agencia Literaria Latinoamericana. ¿La Fundación Carpentier tiene los registros de la movilidad de contratos de "copyright"? ¿Qué países siguen leyendo a Carpentier?

–La Fundación Carpentier es depositaria de los derechos de autor de Alejo, sin duda el escritor cubano más publicado en el extranjero. Siglo XXI Editores lo distribuye en México, Argentina y España, también se publica en Brasil, los países de Europa del Este han retomado el interés por Carpentier; algunas novelas de Alejo siguen en el catálogo de la editorial francesa Gallimard…

"No obstante, uno de los propósitos de la fundación es incrementar la difusión de las obras completas de Alejo, a través de la negociación del "copyright" no solamente en formato de libros, estamos abiertos a otros soportes de tipo digital; al mismo tiempo que pretendemos incentivar la traducción de sus obras completas a otros idiomas.

–Alejo Carpentier dirigió la Editorial Nacional de Cuba y desde abril de 2002 funciona la Imprenta Alejo Carpentier. ¿Qué acervo bibliográfico tienen bajo su resguardo?

–En estos momentos estamos catalogando cada libro; se trata de una biblioteca muy importante, no puedo decirte las cifras exactas de volúmenes, pero como tú puedes apreciar las dos habitaciones repletas de textos, enciclopedias, traducciones, etcétera, que seguramente serán de interés para los académicos y biógrafos porque de alguna manera ilustran todas las preocupaciones de carácter cultural de Alejo y que lo acompañaban en vida, aquí en su biblioteca.

–Con el proceso de clasificación, ¿encontraron inéditos?

–En el trabajo de clasificación de papelería reunimos los documentos personales de Carpentier y los depositados en la Biblioteca Nacional, como resultado de todo el proceso aparecerán otras publicaciones inéditas que a la Fundación le interesan promover, por ejemplo: la editorial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba publicará un epistolario desconocido de Carpentier con Antonio Fernández de Castro; estamos trabajando en otros materiales de esta naturaleza y en su momento se podrán dar a conocer, hablo de cosas muy interesantes que van a revitalizar y actualizar la obra de Carpentier.

–Finalmente y a pesar del bloqueo, ¿qué tipo de contactos establece la Fundación Carpentier en el extranjero?

–Los contactos son tradicionales, con los propios editores de Carpentier; puedo citar algunos vínculos con las editoriales: en Francia Gallimard, justamente la editora Carmen Vázquez vendrá a Cuba para impartir varias conferencias en este sentido. Es decir, tratamos de darle continuidad a estos lazos, como los había con Siglo XXI Editores y en otras áreas en las que incursionó Alejo, sobre todo se está redimensionando la promoción de las Obras Completas de Carpentier a partir de nuestro trabajo de reorganización.

* Periodista.
Publicado originalmente en el www.elcarin.cl –se reproduce aquí por gentileza del autor.

Fotografía del entrevistado: Roberto Morejón. Aquella de la casona de la Fundación se tomó de: http://ketari.nirudia.com/photos.

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