El señor Rumsfeld y el regreso del “go home”

La última jira del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld (apertura), por Latinoamérica se realizó entre el rechazo y la preocupación de los pueblos de la región ante la agenda oculta que supone. Paraguay es un buen ejemplo de ello.

En medio de fuertes medidas de seguridad, Rumsfeld estuvo en Paraguay y llegó la víspera a Perú tras suspender una estancia en Uruguay –que habría iniciado su quinta visita al área)_ dado que las autoridades en Montevideo divulgaron el programa más de lo deseado por Wáshington.

Poco antes de abandonar Asunción, el jefe del Pentágono fue objeto de un acto de repudio protagonizado por un centenar de personas de diversas organizaciones sociales paraguayas, incluida la ONG Servicio Paz y Justicia que lidera el premio nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel.

«Rumsfeld fascista, vos sos el terrorista», «Rumsfeld cobarde, tu mano tiene sangre», fueron algunos de los gritos proferidos por los manifestantes al otro lado del fuerte cordón policial montado para resguardar la ofrenda floral que el visitante colocó en el Panteón de los Héroes.

El secretario de Defensa estadounidense se reunió con su homólogo Roberto González y la cúpula castrense paraguaya, un episodio que causa recelos en el país, pues se acordó fortalecer la cooperación para continuar y ampliar en el futuro los cuestionados ejercicios militares conjuntos que se realizarán hasta diciembre de 2006.

Tales maniobras comenzaron en julio pasado y se prolongarán por 18 meses en 13 misiones que integran entrenamiento de mandos y tropas en lucha antiterrorista y antinarcóticos. Además incluirán brevísimas labores de asistencia sanitaria en zonas empobrecidas de la nación y de paso estratégicas en la región, como el Chaco.

(Ver en Piel de Leopardo  Paraguay, cannabis, gas, salud y tropas extranjeras).

Pero la mayor oposición de diversos sectores sociales se debe a que el Congreso paraguayo aprobó la inmunidad de las tropas norteamericanas participantes en los ejercicios militares. De tal manera Asunción cedió su soberanía al negarse a actuar en casos de violación de la legislación por los extranjeros involucrados.

Tal posibilidad pudiera ser el primer paso para la apertura de una base militar norteamericana en territorio paraguayo cercano a la Triple Frontera (que comparte con Brasil y Argentina), un hecho que ha despertado una ola de críticas de Buenos Aires, Brasilia y La Paz. Aunque las autoridades norteamericanas y paraguayas han repetido hasta el cansancio que esa no es la intención, lo cierto es que la posibilidad de ampliar la colaboración militar va en la dirección de la apertura de una base en territorio paraguayo.

En definitiva ya algo tienen adelantado, porque ya funciona una oficina de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos) y probablemente en noviembre le toque el turno a una del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Como parte de su breve estancia, Rumsfeld se entrevistó durante una hora y media con el presidente paraguayo, Nicanor Duarte, de la que solo se divulgó un breve comunicado, en el que ambos países reiteraron su compromiso con la consolidación de la democracia y la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado.

Rumsfeld en su última parada de una gira por la región se reunirá con su par peruano, el general retirado Marciano Rengifo, y con el presidente Alejandro Toledo para tratar temas de seguridad internacional. Entre los temas figuran «la amenaza transnacional que representan el terrorismo y el narcotráfico, y la importancia de la cooperación regional en los esfuerzos de paz y asistencia humanitaria», señaló una nota de la embajada estadounidense en Lima.

En definitiva, el halcón norteamericano parece que solo recogerá en su viaje el rechazo de los latinoamericanos y la preocupación de los gobiernos por lo que parece ser un retorno a la agresividad habitual de Washington ante el fortalecimiento de la izquierda en la región.

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Artículo de Prensa Latina, publicado por diversos medios digitales.