EL VECINO PINTOR
Me extrañaba llegar tarde a casa, allá por los rumbos de la Avenida Cumming y tener habitualmente por faro la ventana iluminada del segundo piso del viejo condominio. No me extrañaba, en cambio, encontrarme de vez en cuando en el almacén con un tipo delgado, no demasiado alto, canoso, que iba allí también a comprar el vino de la cena.
Mucho después supe que la luz era la del taller de Titi Gana, y que «el» Titi era el tipo que compraba su vino. Generoso como es, no mucho tardamos en compartirlo.
Calle extraña esta del Santiago antiguo que los edificios monstruo procuran alegremente –¡gracias municipalidad que das los permisos de construcción!– destruir. Sin embargo él, el pintor, un actor, un músico, en fin, los chicos de la casa okupada convertida en centro cultural y algunos más, luchan por mantener en su lugar los fantasmas amistosos del barrio.
Puede que Andrés Gana haya elegido vivir y trabajar en este «barrio deprimido» porque éste, el barrio, tiene historias y él no pinta sino historias. En cierto modo cada cuadro suyo es una película comprimida de la gran película chilena que espera ser filmada. «Mi eterno recurso –ha dicho– tiende a la observación de mi entorno, de mi vida y de mi país».
La exposición de obras de Andrés Gana puede visitarse este mes de setiembre de 2007 en Galería Cecilia Palma, en Alonso de Córdova 2812, en Vitacura, Santiago.
Algunos cuadros «del» Titi se ven en la galería del Leopardo,