En Venezuela el chocolate está claro, pero las cosas se espesan

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Néstor Francia.*

La oposición huye hacia adelante para crear atmósfera de fraude anticipándose a los resultados de los todavía distantes comicios: impulsan sus plumíferos una matriz triunfalista que no convence ni como expresión de deseos. Fracasará la marcha opositora, salvo en las páginas de la canalla mediática.  Y en la Asamblea Nacional se j uega eso de "¡Atrapen al ladrón!" a propósito del Reglamento de Debates y el "show" contrarrevolucionario.

La denuncia que hiciera Chávez en torno a la intención de la oposición en el sentido de generar una “atmósfera de triunfo” en 2012, que le facilitaría el plan de cantar fraude para tratar de producir una insurrección cívico-militar que diera al traste con el gobierno revolucionario, es fácilmente comprobable por las continuas declaraciones triunfalistas de factores opositores, que comienzan ya a ser respaldadas por “encuestas” que, aunque tratan de hacerse creíbles reconociendo la alta popularidad del presidente, afirman por otro lado que la gente no quiere reelegirlo (Datanalisis, Hinterlaces).

Veamos, por ejemplo, este fragmento de un artículo publicado por la periodista escuálida que vemos en la apertura de este análisis, Argelia Ríos:

“La consolidación de la atmósfera de victoria opositora con que se inició este 2011, es la condición principal para dificultarle al comandante cualquier intención aviesa. Chávez ha reconocido el peligro que le representa la conformación, en este momento, de una profecía autocumplida alrededor de su derrota. Les toca a los ciudadanos de a pie —junto a la dirigencia democrática— dejarle claro al jefe del Estado la inviabilidad de un Gobierno surgido de un zarpazo.

"Las 96 semanas que restan para la justa presidencial son decisivas y nadie debe mantenerse al margen…Al poder debe quedarle bien claro que la sociedad democrática posee seguridad sobre su triunfo y que está dispuesta a hacerse respetar y a constituirse en una amenaza seria ante la eventualidad de un desconocimiento de su veredicto en las urnas…

"El hecho de que algunas voces opositoras admitan la hipótesis de un fraude ya revela un giro estimulante: durante mucho tiempo se había adoptado una línea de silencio ante el problema, por el temor a que las denuncias derivaran en una ola abstencionista que afectara la acumulación progresiva de fuerzas, necesaria para afrontar con pie firme la batalla crucial de 2012”.

Resulta realmente canallesco que se pretenda una vez más echar sombras sobre un sistema electoral reconocido como de los más tranparentes del mundo, pero en realidad la oposición está huyendo hacia adelante y aplicando el expediente del ladrón que grita “¡Atrapen el ladrón!”. Son ellos los que pretenden desconocer la victoria popular que a todas luces se producirá en las próximas elecciones presidenciales.

Para esta aviesa intención, los contrarrevolucionarios contarán con el altavoz de la canalla mediática y con los plumíferos tarifados del imperio, como Andrés Oppenheimer, quien escribió ayer: “…lo más probable es que el ‘efecto Egipto’ (refiriéndose al alza de los precios del petróleo) le dará a Chávez un pequeño respiro, pero no lo suficiente como para ganar fácilmente las elecciones del año próximo sin un aumento de la represión interna o el fraude electoral”.

La oposición sigue tratando de darle algún calor a la calle, apostando una y otra vez a que sean respondidas sus convocatorias. Ahora sindicatos desclasados afiliados a lo que queda de la CTV, convocan una nueva marcha para mañana, con el pretexto de supuestas exigencias laborales. Pero la verdadera costura política se ve en declaraciones del sindicalero de la derecha, afiliado a Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, Henry Arias, quien incluye en los objetivos de la movilización  el “rechazo a las expropiaciones” (¡la defensa de la burguesía!) y la liberación de “todos los presos políticos del país”.

Por supuesto que esta manifestación será un nuevo fracaso, pero ahí estarán Globovisión y otros medios de la canalla, para darle vida al muerto.

La excelencia del nuevo Reglamento de Debates aprobado por la Asamblea Nacional a finales del año pasado, se ve ahora claramente cuando los diputados de la derecha pretenden montar un show con la comparecencia de los ministros en el parlamento (que no es una interpelación, como se ha dicho, sino una rendición de cuentas).

El presidente de la AN, Fernando Soto Rojas, explicó que las preguntas que le harán los diputados a los ministros deben ser muy puntuales. Además indicó que se le dará un lapso de cinco minutos a cada diputado para que fundamente su pregunta y reciba respuesta. “Sólo serán algunos diputados, porque si intervienen todos se nos va el año legislativo”, afirmó Soto Rojas ¡Así es que se gobierna!

* Analista de asuntos políticos.
 

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