Enfermedad de Chávez obliga a postergar III reunión de la CALC

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Néstor Francia.*
   
Lamentamos mucho la postergación de algo tan trascendental como la III Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), prevista para el 5 y 6 de julio, y en la cual se iba a dar un gran paso adelante en la conformación de la Confederación de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), pero era algo inevitable. Lo que se cocina en  el deporte profesioinal.

Aunque esta decisión ya comienza a generar nuevos rumores y especulaciones por parte de los contrarrevolucionarios y la canalla mediática, es claro que las circunstancias la ameritaban. Chávez es un paciente convaleciente, de tal modo que no puede tan pronto acometer un esfuerzo tan gigantesco como el de ser anfitrión de un evento donde debería atender a varios mandatarios del continente, y por lo tanto sostener una intensa agenda de reuniones, tanto bilaterales como generales, revisar materiales, dar declaraciones a la prensa, suscribir acuerdos, entre otras obligaciones derivadas de una cumbre de tal importancia.

Hacerla con el presidente recién salido de una operación y de su convalecencia hubiese sido una irresponsabilidad consigo mismo, con el país, con el pueblo y con la comunidad latinoamericana y del Caribe. La reunión ha sido postergada para el próximo semestre, lo que significa un nanosegundo en el tiempo histórico, un efímero instante. Así que muy bien, porque además el líder debe mantenerse en muy buenas condiciones porque viene en 2012 una batalla decisiva y lo necesitamos con toda su energía y vitalidad. Que chillen los zamuros de la Barrosa, la salud del presidente está primero.

Por cierto, hablando de zamuros de la Barrosa, por acá el director ejecutivo de la funesta Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Julio Muñoz, que metió su hocico en nuestros asuntos internos y dijo ayer que los venezolanos tenían derecho a conocer en detalle lo que sucede con la salud del Presidente: “La información sobre la salud del presidente Chávez debería ser conocida por todo el pueblo venezolano pues es perfectamente comprensible que se enferme, pero los ciudadanos deben conocer lo que sucede en detalle con su mandatario”.

El Gobierno ha venido informando sobre la salud de Chávez, pero no ha dicho lo que la derecha quiere que diga, por supuesto. Algunos derechistas han llegado a exigir que se dé partes médicos diarios. Cualquiera sabe que partes médicos diarios se da cuando la condición del paciente es muy grave, como es el caso si se hallara, por ejemplo, en terapia intensiva o en estado crítico. Ese no es, evidentemente, según constatamos en los videos recientes, el caso del Presidente. Pero este dinosaurio de la SIP solo vino a darle una manito a la canalla mediática criolla. Se hizo acompañar además del derechista peruano Jorge Santistevan, quien actualmente es embajador de uno de esos armatostes del imperio, la Declaración de Chapultepec, adoptada por la “Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión” que se celebró en México en 1994 y que ahora es ratificada por gobernantes derechistas del mundo.

Este otro reaccionario de siete suelas afirmó que “Hoy en día en el mundo en el que nos comunicamos en vivo y directo por Internet, además de los medios de comunicación, realmente no se entiende por qué no hay un acceso a la información que diga exactamente cuál es la salud del presidente”. La contrarrevolución, una vez más, apela a refuerzos de la ultraderecha internacional.

Una estrofa de Eloy Blanco

Hay unos famosos versos jocosos del poeta Andrés Eloy Blanco, vertidos durante la Constituyente de 1946, que de vez en cuando nos vienen como anillo al dedo: “Cosas que no son de ley/ siempre resultan un fiasco:/ mujer orinando en frasco/ y negro inscrito en Copey”. Acuden estos versos a nuestra mente cuando vemos a un grupo de funcionarios de la Policía Metropolitana protestando en la avenida Urdaneta contra la eliminación de esa ignominioso cuerpo delictivo, la cual califican de ilegal, aduciendo que la PM es  “patrimonio histórico” de la ciudad.

En efecto, de acuerdo a la Gaceta Oficial número 37382, del ocho de febrero de 2002, la Policía Metropolitana fue declarada como patrimonio histórico de la ciudad de Caracas, por parte del Cabildo Metropolitano de entonces. Esto es algo, por supuesto, que es de muy mala ley. Fíjese el lector en la fecha del decreto, dos meses antes de que la PM reprimiera al pueblo en Puente Llaguno, cuando aún estaba bajo el mando de ese personajillo de la picaresca política criolla en que se convirtió el periodista y corrupto Alfredo Peña, que ahora disfruta las mieles del exilio dorado ¿Patrimonio histórico la PM? ¡Historia de malandraje, de matraca, de delincuencia organizada, de torturas, de asesinatos, de violación de los derechos humanos del pueblo!

Lo que uno no se explica es porque ese insólito decreto no ha sido derogado, son cosas que resultan un fiasco.

La olla del deporte mundial

El ministro del Poder Popular para el Deporte, Henry Rodríguez, ha tenido que venir explicando los temas referidos a la Ley del Deporte, ante las manipulaciones y mentiras (¡Qué raro!) de la canalla mediática y de sectores mercantilistas y autoritarios atrincherados en algunos organismos rectores, sobre todo del deporte profesional. El ministro señaló ayer que no existe ninguna intención por parte del Estado venezolano en desafiliar alguna disciplina deportiva de las competencias internacionales, por el contrario se promueve su participación. Ahora bien, en el terreno internacional se ha pronunciado, por ejemplo, la FIFA (Fédération Internationale de Football Association).

Este organismo multinacional dirige, más que un deporte, un frondoso negocio, una danza billonaria de dólares, un espectáculo que, aunque no desdice del esfuerzo de los atletas, que se entregan generalmente en cuerpo y alma a lo que hacen, sí de los factores dirigentes, envueltos recientemente en escándalos y denuncias de corrupción. El 31 de mayo pasado, en un reportaje del diario colombiano El Espectador, se decía que “La elección de Rusia y Qatar como las sedes de los mundiales de fútbol en 2018 y 2022, respectivamente, dieron inicio al escándalo que hoy crece con más acusaciones de corrupción, a un día de elegirse a su nuevo presidente (de la FIFA)”.

El 16 de mayo de 2010 el responsable de la candidatura de Inglaterra para el Mundial de fútbol de 2018 o 2022, David Triesman, presentó su dimisión tras haber acusado a España y a Rusia de corrupción para conseguir la sede del evento. Las dudas sobre la objetividad de la FIFA volvieron a surgir cuando el 17 de octubre de 2010, el diario británico Sunday Times lanzó una investigación titulada “Copa del Mundo, votos para vender”, en la cual se aseguró que el tahitiano Reynald Temarii, miembro del Comité Ejecutivo de la federación, habría pedido 1,6 millones de euros para una academia de deportes, a cambio de su apoyo a una candidatura para la organización de un Mundial.

Asimismo, el nigeriano Amos Adamu, otro miembro del Comité Ejecutivo, habría reclamado 570.000 euros para apoyar una aspiración. El diario inglés afirmó haberle filmado en un encuentro con periodistas que dijeron trabajar para un consorcio estadounidense. El escándalo siguió creciendo cuando el 30 de noviembre de 2010 la BBC ahondó más en el tema en su emisión “Panorama”, cuestionando a tres miembros muy influyentes del Comité Ejecutivo: el brasileño Ricardo Teixeira; el camerunés Issa Hayatou, presidente de la Confederación Africana (CAF) y miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), y el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Confederación Sudamericana (Conmebol). Según la cadena británica, los tres se habrían beneficiado de pagos ilegales por parte de International Sports and Leisure (ISL), una sociedad de marketing que había obtenido la exclusividad de los derechos durante varios Mundiales, antes de su liquidación en 2001. Otros casos de escándalos de corrupción se han ventilado en torno a la FIFA en años recientes.

Pero también en otros deportes se ha denunciado casos de corrupción o malos manejos, como en automovilismo, y señaladamente en la categoría superior, la Fórmula 1. En Alemania, el jefe de la organización de ese deporte, Bernie Ecclestone, está en un proceso donde es acusado de malversación de fondos. En concreto, los investigadores analizan si Ecclestone sobornó a Gerhard Gribkowsky, ex directivo del banco público bávaro, BayernLB. Según la fiscalía, Gribkowsky recibió 50 millones de dólares (34,6 millones de euros) para la venta de la participación de su entidad financiera en la Fórmula 1 que fue camuflada como contratos para asesores, y parte de este dinero podría proceder de Ecclestone.

Además, Gribkowsky creó varias sociedades interpuestas para no declarar esos ingresos al fisco alemán. De confirmarse estas acusaciones, el jefe de la Fórmula 1, un conocido hombre de negocios multimillonario, podría haber incurrido en un delito de cooperación en malversación de fondos.

En el beisbol de Grandes Ligas, máxima categoría de ese deporte en Estados Unidos, el periodista venezolano radicado en ese país, Juan Vené, ha denunciado muchas veces al comisionado Bud Selig (autoridad máxima de esa instancia deportiva profesional) como un comerciante sin escrúpulos, que se ha enriquecido de mil maneras y al que solo le importan los dólares, y maneja el deporte como un negocio. Se dice que, por ejemplo, el llamado Clásico Mundial de Beisbol, un patético remedo de los mundiales de fútbol, sobre todo ha servido para rellenar las arcas de este dirigente “deportivo”.

El fondo del asunto es, sin más ni más, la confrontación entre dos modelos, dos conceptos del deporte, el capitalista y el socialista. El primero ha convertido esa actividad humana ancestral en un reino del mercantilismo, del abuso de drogas en la alta competencia, de la corrupción y de todo tipo de trapisondas, favoreciendo cada vez más la deporte profesional en detrimento del deporte aficionado, como está ocurriendo con los juegos olímpicos. El segundo, el socialismo, privilegia la masificación del deporte como un asunto atinente no a los negocios sino a la salud y el bienestar colectivos.

Por supuesto, no estamos hoy en condiciones de desafiliarnos de esas entidades dominantes, pero es bueno que se vaya sabiendo qué es lo que bulle detrás de algunas posiciones.

Ollanta en Ecuador

Las declaraciones de Ollanta Humala en Ecuador son positivas, porque reflejan una posición muy favorable tanto a los cambios que avanzan en el continente como a la integración latinoamericana. Humala, expresó el martes en Quito su firme respaldo a la integración que promueven los gobiernos de izquierda en América Latina:

“Por supuesto que estamos nosotros comprometidos con todos los pueblos latinoamericanos para romper las ataduras del pasado…Latinoamérica “no será la más pobre del planeta, pero sí es la más desigual, y eso tenemos que resolver la nueva clase política que está surgiendo” en la región.

* Periodista.
 

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