Entre laboratorios y aeropuerto corre el escarnio a una sociedad

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Lagos Nilsson

Porque de eso se trata: de una burla tenaz que afrenta, de un país cuyas autoridades, al rozar la mendacidad y hundirse en la cobardía, piensan que tienen estatura de dirigentes o –como les gusta autoproclamarse a la funambulesca caterva política– de líderes no analfabetos porque estudiaron antes de relamerse con la herencia educacional que dejó la dictadura, pero, al fin y al cabo, analfabetos funcionales. Triste sombra desvaída de lo que Chile pudo ser y contribuyeron a enterrar.
Hablamos de una mujer que muere y de una asociación ilícita.


1.- La madre que muere.

Por lo menos hasta el mediodía del jueves permanecerá en el aeropuerto internacional de Santiago de Chile, retenido por personal de la Policía de Investigaciones, Jorge Escobar Díaz –que intentó ingresar a su país con el objeto de despedirse de su madre, enferma terminal–. Escobar militó en el Movimiento Lautaro en los tiempos de la dictadura militar-cívica que hoy festeja a uno de sus dirigentes encaramado, con la complicidad de la Concertación, en la presidencia del senado.

A fines de la dñécada de 1981/90, en plena dictadura, Escobar –como algunos otros jóvenes (en la actualidad tiene 43 años)– tomó las armas para combatirla. Caracaterizado por el gobierno dictatorial de terrorista, fuye condenado a 25 años de presidio. El 1993 se le "conmutó" la pena por  extrañamiento –que cumple en Noruega. Allí concluyó sus estudios, tiene una profesión, familia y se lo considera un aporte a esa sociedad. No puede regresar al país hasta 2014.

Al enterarse del gravísimo estado de su madre, y de que ésta querría ver a sus seis hijos antes de morir, tomó un avión y llegó a Santiago, al descender de la máquina aérea en la mañana del miércoles 25 de marzo fue detenido por personal policial. Técnicamente no está en Chile, sino en tránsito hacia ninguna parte.

Como es costumbre en este país de guasones, con celeridad comenzó el juego de "compra huevos… a la otra esquina". Ninguna autoridad política, administrativa o judicial osó hacerse presente, decir algo. Recién mañana, se espera que en horas de la mañana –pero podría ser por la tarde, quizá después de que lo suban a una nave de Swiss Air de regreso a Noruega– la Corte de Apelaciones de San Miguel decidirá si Escobar puede ver a su madre.

En una entrevista telefónica con Radio Bío Bío pasadas las 19 del miércoles, Escobar dijo que desde el año 2005, cuando se agravó su señora madre, realiza gestiones en la embajada y consulado en Oslo para que se le autorice venir a Chile –posibilidad contemplada en la legislación local–, sin haber tenido respuesta; tampoco la tuvo su familia, que hizo las mismas diligencias en Chile.

Toda una lección en materia de derechos humanos.

2. Farmacias, laboratorios y la indefensión ciudadana.
Mientras el ministro del Interior se repone con pasmosa velocidad y entereza de un trasplante renal en el hospital de la Universidad Católica, estalló un escándalo que, para decir la verdad, no sorprendió a nadie: nueve laboratorios farmacéuticos y las tres mayores cadenas de farmacias del país se habían coludido en 2007 y 2008 para aumentar artificialmente el precio de venta al público de poco más de 200 medicamentos.

Dos de las tres cadenas –Cruiz Verde y Salcobrand– niegan que haya habido colusión para aumentar los precios, el vocero de la tercera, Farmacias Ahumada, lo reconoce: "Teníamos dos opciones: reconocer nuestro error, actuar con la verdad y asumir los costos, que no son menores, o intentar encubrir una situación que nosotros mismos conocíamos. No dudamos un segundo cuál era el camino correcto, que creemos que la transparencia, pese a los costos, es lo que da mejores dividendos a largo plazo”, explicó al diario La Nación (www.lanacion.cl).

Con el cinismo propio de un personaje farsesco de Molière, habría señalado a otro medio que la empresa confía que los consumidores perjudicados valorarán el reconocimiento que hizo y les restituirá su confianza:
“Estamos confiados en que los consumidores al final del día reconocerán nuestra conducta transparente" (¡sic!).

En horas de la tarde trascendió que un ex jefe de la Fiscalía Económica, que presuntamente inició la investigación, se ha hecho cargo de la defensa de alguna de las empresas imputadas ante la eventualidad de que sean procesados o multados.

La brutal exacción al sector más vulnerable e indefenso del país –los enfermos– no ha merecido más comentarios que aquellos de "indignada" buena crianza de autoridades y cómplices políticos. Ninguno de los candidatos a la presidencia que se las amañan para tener prensa cuando la necesitan ha dicho esta boca es mía. Corruptamente eligieron callar "hasta que aclare".

No hay detenidos entre los integrantes de la asociación ilícita que subió los precios de las medicinas y, por cierto, nadie en las altas esferas siquiera piensa en a única medida que reflejaría dignidad y justo castigo a lo responsables: la inmediata expropiación y nacionalización de la máquina de robar. La suma envuelta es por miles de millones de pesos (millones de dólares o euros) y resulta difícil de calcular con exactitud.

 

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