Entre turcos y árabes ganan el diálogo y la comprensión

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Aldo Braccio.*

Se refuerzan las iniciativas de colaboración entre Turquía, Líbano, Siria y Jordania: es eminente la institución de un Consejo de cooperación económica entre los cuatro países, cuyo fin será promover y acrecentar la proximidad económica y política de los mismos.

En este sentido puede ser interpretada la extrema atención mostrada por el ministro de Asuntos Exteriores de Ankara, Ahmet Davutoğlu —el teórico de la “profundidad estratégica” turca— hacia la crisis gubernamental libanesa: “Nuestro objetivo fundamental es la estabilidad del Líbano y es por esto que éramos contrarios a la dimisión de los ministros y del gobierno”.

Pero las actuales y crecientes relaciones entre Turquía y el mundo árabe —históricamente difíciles desde el período de la conflagración del Imperio Otomano— son consideradas importantes e imprescindibles por ambas partes. El martes 11 de enero y el miércoles 12 se desarrollaron en Kuwait los trabajos para la Conferencia sobre el diálogo parlamentario árabe-turco, precisamente con la finalidad de reforzar estas tendencias.

El premier Erdoğan, que se hallaba presente en el encuentro, ha querido remarcar que “los árabes son hermanos de los turcos, y los turcos son hermanos de los árabes: nosotros no olvidaremos que tenemos en común religión, historia y cultura, ni daremos la espalda a la historia que hemos escrito juntos en esta área geográfica”.

El jefe del Gobierno turco ha sido muy claro: “Ha habido diferencias entre árabes y turcos desde hace cien años —también debilidades en nuestras relaciones —pero esto no puede comprometer relaciones históricas que se remontan a hace más de mil años”. Y ha criticado duramente a los que vinculan el Islam y el terrorismo.

Por su parte, el jefe de la delegación árabe ha reconocido, en el primera jornada de trabajo, que las posiciones de Turquía apoyan las causas árabes, en particular en relación con el conflicto con la unidad sionista, y que los árabes y los turcos han contribuido, mediante la cultura islámica, a la civilización del hombre.

Los países del Golfo no representan para Turquía una opción alternativa, sino absolutamente complementaria con la que atañe a los otros Estados vecinos: en esos mismos días Erdoğan ha ido a Kuwait y Qatar y el presidente Gül a Yemen, donde, entre otras cosas, ha sido abolido —de forma similar a lo que está ocurriendo entre Turquía, Siria y Líbano— el visado de entrada entre los dos países.

Todos estos son pasos consecuentes con lo establecido en el anual Foro de Cooperación turco-árabe, en cuya última edición (junio 2010) han participado más de veinte países: Turquía plantea la iniciativa en los sub-ámbitos regionales —asumiendo en perspectiva el rol de mediador y, de alguna manera, de reunificador de un mundo más bien diseminado y a menudo contradictorio— y los estados árabes acogen positivamente esta proyección.

* Analista de asuntos políticos.
En Eurasia (www.erurasia-rivista.org), revista italiana de estudios geopolíticos; traducido al castellano por V. Paglione y Página Transversal.

 

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