Georgia y el proyecto estadounidense

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Nieves y Miro Fuenzalida*

La elección de Bush, el hijo, hace ocho años, nos dio la oportunidad de conocer a un republicano de verdad, no como el padre, que fue una pálida copia de la “cosa real”. Los neo-conservadores, cuya base política es el fundamentalismo cristiano ultra-conservador, lograron suficiente poder para imponer y mantener su agenda en el gobierno, cuya política exterior fue delineada en The proyect for the New American Century en 1997.

 

Sus proposiciones fundamentales contienen la creencia de que el liderazgo político requiere fuerza militar, energía diplomática y compromiso con principios morales.

Si a esto le agregamos términos tales como democracia y respeto por la propiedad privada, el individuo y la ley ya tenemos, entonces, un código de conducta para exportar e imponer, si es necesario, a todo el mundo.

Los miembros principales de este proyecto provenían de la administración de Reagan y Bush y son representantes claves del complejo militar e industrial (Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz, Pearl y Powel, "los halcones"), complejo que por largo tiempo habían venido viendo a Iraq y Corea del Norte como un peligro apara el orden mundial y a China como un competidor poderoso e impredictible.

Pero, dentro de una perspectiva geopolítica, es el Oriente Medio, por sobretodo, el elemento central dentro de este proyecto. Después del ataque de al-Qaeda del 11 de septiembre los neo-conservadores tuvieron su oportunidad.

La invasión a Afganistán les sirvió a los militares para probar el nuevo armamento y asegurar su presencia en Uzbekistán y Kyrgyzstan, que se encuentran a corta distancia de los campos de petróleo de la cuenca caspiana. Hoy día, a pesar del rápido flujo de la situación, es posible discernir con cierta claridad hacia donde el proyecto imperialista neo-conservador se orientaba.

Basados en el modelo de la reconstrucción del Japón y Alemania, después de la segunda guerra mundial, Irak seria liberalizado para abrir el desarrollo capitalista con miras a la creación de una sociedad consumista que serviría de modelo para el resto del Medio Oriente.

Hasta aquí, todos estamos más o menos familiarizados con este cuadro. Pero esto no es todo. Con la ocupación de Iraq, la posible reforma de Arabia Saudita y algún tipo de sumisión por parte de Irán, Siria y Pakistán, Estados Unidos podría asegurar una posición estratégica vital en Eurasia, que es justamente el centro de producción de petróleo que actualmente alimenta no solo a la economía mundial, sino también a cualquiera máquina militar suficientemente grande para oponerse a EEUU…

Si a esto agregamos la posible consolidación de la alianza con Europa Oriental, especialmente Polonia, Bulgaria y Turquía, junto con un Oriente Medio pacificado, entonces –y solo entonces– Estados Unidos podría lograr una presencia efectiva capaz de trazar una línea divisoria en Eurasia, separando Europa Occidental de Rusia y China, lo que le proporcionaría una posición geo-estratégica privilegiada para controlar el mundo militarmente y, a través del petróleo, económicamente por los próximos 50 años.

Para los neo-conservadores el logro de este objetivo es particularmente importante frente a cualquier desafío potencial de la Unión Europea y, mas importante, China –cuyo resurgimiento económico y militar se les presenta como una seria amenaza, al abrirle la oportunidad de transformarse en el líder indiscutido del Asia.

La esperanza de los neo-conservadores es que en este Nuevo Orden Mundial todos los diferentes sectores de la población mundial puedan florecer bajo el cuidado del libre mercado capitalista, al cual todos debiéramos estar agradecidos por traernos el desarrollo económico. La pregunta que obviamente se plantea aquí es la de si este proyecto tiene futuro. La correlación de fuerzas dentro de la actual administración todavía favorece a los neo-conservadores.

Que se mantenga así dependerá de la suerte que tenga la empresa militar en Irak. Pero, las fuerzas mas formidables en su contra provienen del exterior. A medida que se haga mas explicito, más resistencia encontrará, obligando a una contra alianza entre los poderes afectados.

Como Kissinger ha comentado, un bloque de poder euro-asiático relativamente unificado seria un obstáculo tremendo al sueño imperialista de los neo-conservadores. Algunos indicios empezamos a tener hoy de las fuerzas con las que este proyecto se empieza a encontrar.

Sergei Ivanov "Deputy Prime Minister" del gobierno ruso llamo a Georgia “satélite norteamericano”. El ex miembro de la KGB ciertamente conoce a un satélite cuando ve a uno.

Cuando Georgia empezó a proveer acueductos y petróleo a USA evitando el territorio ruso enfureció al Kremlin al romper el monopolio de la exportación de energía. El 7 de Agosto Saakashvili, confiando en las promesa de Wáshington de ayuda adicional, mas armas y la entrada a OTAN, se apresuro a enviar a su pequeño ejercito a invadir la región separatista del sur de Ossetia. Wáshington respaldo el ataque –o a lo menos sabia de el.

La respuesta de Putin fue rápida y la aventura del presidente georgiano terminó en un desastre total. El torpe intento de Bush de avanzar los intereses norteamericanos en el Caucaso acabó de una plumada y quien se acerque demasiado a EEUU debiera pensarlo dos veces.

Es una suerte que Georgia no haya sido admitida a OTAN, porque de lo contrario hubiera sido arrastrada a una potencial guerra nuclear por la pequeña Osetia… ¿Hay algún europeo, en realidad, que quisiera sacrificar a Europa en un Holocausto nuclear?

El presidente Bush, Dick Cheeney y John McCain han golpeado furiosamente la mesa, al igual que en la guerra fría, para defender sus intereses en Georgia, que apenas existen desde hace muy poco. Los de Rusia se extienden por más de 200 años. Pero esto no es la vuelta a la guerra fría, que se definía por la existencia de dos sistemas políticos y económicos diferentes.

Lo que hoy esta en juego, en cambio, es solo la lucha entre dos naciones operando con el mismo sistema capitalista. Occidente, eventualmente, se vera obligado a reconocer que Rusia tiene intereses vitales en el Caucaso. El problema que se le presenta a la próxima administración norteamericana es el de encontrar una correcta relacion con Rusia.

Miles de misiles nucleares apuntan a EEUU. Georgia es solo un “sideshow”.

 

* Docentes. Residen en Canadá.

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