Hace un año se nos fue*********

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Hace ya un año que se nos fue… y cada día  lo extrañamos: sus amigos, desparramados por el mundo  y, sobre todo, en surysur.

Ya lo explicamos hace un largo año, cuando Michelle Bachelet aún no era presidenta. Firmaba Lagos Nilsson, pero su nombre era Jorje (con jota, sí) Alejandro. Escribía poemarios, novelas, ensayos. Con la figura de un Quijote misterioso, siempre solidario, arremetiendo contra los molinos de la injusticia y la inequidad. Nació en Punta Arena en 1941, salió de Chile en 1974 y regresó en septiembre de 2003.

Lagos Nilsson, numen de surysur, vivió su exilio en México , Venezuela  y Argentina, países donde publicó libros de poesía y ejerció el periodismo y la docencia.

Se nos fue en silencio, a descubrir si existe dios o los dioses, sin molestar a la primavera ni a los chilenos en plenas vacaciones septembrinas, dejando un gran vacío entre tantos amigos y compañeros, que seguiremos recordando sus tertulias, sus diálogos, su hablar pausado, su humor agudo, sus gatos, sus luchas, el buen vino y el tabaco, su sombrero gacho, y su apuesta por esta generación de jóvenes chilenos -la de los nietos- en la que creía y sostenía.

Era un ser sumamente solidario, aun cuando algunos pretendían que era ingenuo. Según un colega costarricense, Jorje era tan solidario, que en el concurso mundial de solidaridad salió segundo… por solidario.

Cuando Clarín.cl lo entrevistó en ocasión del último gran terremoto en Chile recurrió a la certera metáfora: “Pienso que se destruyó a lo largo del espantoso terremoto-dictadura y la réplica-Concertación el instinto solidario de la sociedad. Hoy todos  son empresarios o, como un sarcasmo, microempresarios. Se compite, no se emula, se aplasta, no se levanta al caído”

«Difícil separar sueño de realidad cuando no se informa de miles de alumnos sacrificados a los dioses de las tomas de liceos y facultades porque los otros dioses, los de la política, no los oyen; difícil de distinguir el trabajo a tristeza de los mal pagados; complejo describir las deudas hasta el cuello que obsequian los plásticos degradados; difícil aceptar que el pueblo amenaza con echar a andar y cch lagos nilsson1omplejo trazar su derrotero.

En su última nota en surysur (¡Aleluya, vienen las elecciones!) señalaba: Las hojas caídas forman senderos resbalosos sobre las aceras húmedas, hacia la esquina la basura gotea, preparados para otra batalla los vehículos a medias blindados que cargan agua con porquerías, gas enfermante, cientos de uniformados esperan otra batalla contra los anarquistas (¡!) que a alguna hora protestarán por algo. En las cercanías, despaciosamente, se despega una hilera del imágenes de un candidato adosadas al muro horas antes: quizá hizo mucho frío o el candidato pagaba poco.»

Difícil seguir caminando sin su compañía. Pero ahí vamos. Hace un año ya, que caminamos sin su guía. No escribo más para no caer en el tango, pero Perdoná si al recordarte se me cae un lagrimón.

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2 Comentarios
  1. Gisela Ortega dice

    Hace un año que no salio de nuevo el sol para Jorje Lagos Nilsson, que le lloramos sus amigos, que entro en nuestra memoria, que se transformo en recuerdo. Fue un intelectual brillante, profesional de altura y permanente estudioso.
    Fue un gran periodista, humilde, sabio, discreto y recatado. Fue mi amigo, por ello mi nostalgia.

  2. Adriana dice

    Un gran recuerdo a Jorje.. quien mi padre había conocido…ahora estarán escribiendo ambos

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