HAMBRE Y BANCO MUNDIAL, UN COCODRILO LLOROSO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

No se habla de hambre; el término es desnutrición, más decoroso sin duda. Todos los que viven con hambre, porque carecen de comida, están desnutridos, pero –cruel paradoja– uno puede comer mucho, no tener hambre jamás y vivir perfectamente desnutrido. Situación que –¿será necesario decirlo?– resulta exótica para los hambrados y hambrientos condenados de la Tierra.

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Señaló el Banco Mundial (BM) que la mayoría de los países en desarrollo han fracasado a la hora de erradicar el problema –del hambre, de la desnutrición– a pesar de que existen métodos eficaces para solucionarlo. La alternativa es, según el último informe del organismo, seguir ignorando el problema, como ocurrió durante más de una década con el sida, o asignar finalmente a la nutrición un papel central en el desarrollo, de forma que se puedan llevar a cabo una amplia gama de mejoras económicas y sociales para que eso sea posible.

Cocodrilo quiere más

El documento Colocar nuevamente la nutrición como aspecto central en el desarrollo informa además que la desnutrición cuesta a los países pobres hasta el tres por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) anual. Y que la malnutrición es uno de los factores que hace aumentar los riesgos de infección por el virus de inmunodeficiencia humana, al tiempo que reduce el número de niños y madres que logran sobrevivir al paludismo.

El BM no se priva de recordar al grupo de economistas –entre ellos varios premios Nobel– que concluyó en 2004, en el estudio que sentó las bases del Consenso de Copenhague, que la nutrición es una de las mejores inversiones que se puede hacer para reducir la pobreza y mejorar el crecimiento.

“La mala nutrición está relacionada con más de la mitad de todas las muertes infantiles del mundo” , afirmó en un comunicado, como si fuera novedad, Jean Louis Sarbib, vicepresidente para Desarrollo Humano del Banco Mundial, quien aseguró que ese porcentaje no ha sido igualado por ninguna enfermedad infecciosa desde la peste bubónica que azotara a Europa, señalando que poco menos del 60 por ciento de los niños que mueren de enfermedades comunes como la diarrea y el paludismo “podrían haber sobrevivido si no hubiesen estado malnutridos”.

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África y el sureste asiático son las regiones más afectadas por la desnutrición, problema que también afecta a algunos países de Latinoamérica y el Caribe como Guatemala, Haití y Honduras.

Entre los factores que pueden conducir a la desnutrición figuran el bajo consumo calórico y la escasa ingesta de proteínas por parte de las mujeres embarazadas y que las madres no den el pecho a sus hijos a pesar de que esa es “la mejor fuente de nutrientes y la mejor protección frente a muchas enfermedades infecciosas y crónicas”.

El embarazo: etapa crucial

El informe hace hincapié en que el efecto más nocivo de la desnutrición se produce durante el embarazo y los primeros dos años de vida, y los efectos de este daño inicial en la salud, el desarrollo del cerebro, la inteligencia, la posibilidad de adquirir conocimientos y la productividad son en gran medida irreversibles.

Por señalarlo durante la campaña que lo llevó a la presidencia en 171, Salvador Allende fue cuestionado y su programa de entrega de leche a embarazadas y escolares tildado de demagógico.

Alrededor de 80 por ciento de la población mundial vive en condiciones de pobreza y unos 840 millones de personas sufren desnutrición –de ellos 200 millones son niños menores de cinco años. No es todo: más de 1.200 millones de seres humanos carecen de agua potable, 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; 2.000 millones están fuera del acceso a medicamentos esenciales y que 1.000 millones no tienen vivienda.

El proyecto acordado de reducir las condiciones de extrema miseria en un 50 por ciento para 2015 –Objetivos del Milenio, 1990– no podrá ser cumplido por la mayoría de los países en vías de desarrollo. Sólo en México –una de las economías más relativamente desarrolladas de América Latina, que basó su posible crecimiento en los beneficios del TLC de América de Norte, hace tres años, en 2002, según el BM la mitad de la población vivía en condiciones de pobreza y un quinto en pobreza extrema.

Los números no son mejores en Brasil y la Argentina, las otras dos economías mayores de la región, y se tornan desastrosos en extensas áreas de Colombia, Ecuador, Guyana, Bolivia y Perú.

La sopresa que no se difunde

Los informes de la ONU son claros: el único país de América Latina y el Caribe donde no existe hambre y desnutrición, ni faltan servicios de salud o educación, es Cuba. Lo reconoció en febrero pasado la organización internacional al señalar que sólo el dos por ciento de los niños cubanos menores de cinco años tiene algún déficit nutricional, que es debido mayormente a malos hábitos alimentarios.

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El periodista Pascual Serrano en el portal Rebelión
(nota publicada originalmente en www.periodico26.cu/opinion/como250206.htm)
consigna que por otra parte «Cuba es fuente de asistencia técnica y donante de alimentos, en especial azúcar, para naciones con mayores dificultades.

«En ese sentido, señaló (la ONU) que desde 1996, la isla ha donado varios miles de toneladas del producto, que han sido distribuidas por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU a países como República Dominicana, Jamaica, Honduras, Haití, entre otros».

Cabe considerar que el Estado cubano «no recibe ayudas ni préstamos de las instituciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que, afirman, tiene como objetivo colaborar en el desarrollo de los países». Tampoco ha firmado acuerdos de cooperación con la UE y no exixsten relaciones comerciales con EEUU.

Condenados de por vida con sus hijos

Triste es la aseveración de los expertos del BM en el sentido de que «no sirven de nada» los programas de nutrición para niños mayores de dos años. Puede que la mejor solución en que piensan sea encontrar para ellos una «solución final», puesto que los «expertos» no han podido dar el clavo para procurar alimentos suficientes a las madres en estado de espera y a los niños hasta esos fatídicos dos años. Eso en un mundo en el que una asombrosa cantidad de tierra cultivable se destina a producir forraje para el ganado.

La desnutrición en los primeros meses de vida pone en marcha un círculo vicioso: los niños hambreadoss abandonan la escuela, aprenden menos, si consiguen trabajo ganarán muy poco y no podrán alimentar a sus propios hijos.

Se estima que en India, Bangladesh, Afganistán y Pakistán las cifras oscilan entre el 38 y el 51 por ciento de niños desnutridos, mientras que en África subsahariana es de alrededor del 26 por ciento.

La desnutrición no sólo la causa la falta de alimentos, enseña el BM, sino también en el desconocimiento de las madres en materia nutricional y una mala asistencia sanitaria. Así, señala, muchas madres toman pocas proteínas durante el embarazo y dan a sus hijos muy pronto otra alimentación diferente a la leche materna. Muchos niños nacen con un peso menor al que les corresponde porque las madres tienen infecciones que no han sido curadas.

Números para el «cine catástrofe»

* Unas 24.000 personas mueren cada día de hambre o a causas relacionadas con ella.
* 75% de las muertes son niños menores de cinco años.
* Actualmente un 10% de los niños de los países en desarrollo mueren antes de cumplir cinco años.
* La mayoría de las muertes por hambre se deben a desnutrición crónica.

* La desnutrición –hambre– crónica está en la base de la discapacidad visual, síndrome del desgano o fatiga, falta de crecimiento y significa menor defensa abnte las enfermedades comunes presentes en el ambiente.

* Alrededor de 840 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición. 815 millones de personas en los países en desarrollo, 28 millones en los países en transición y a nueve millones en los países industrializados.

* Más de 2.000 millones padecen de malnutrición por falta de micronutrientes, también llamada «hambre oculta».

* Más de seis millones de niños mueren anualmente de hambre o como consecuencia de la desnutrición.

* Cada cinco segundos una persona se muere de hambre.

* El 16% de la población mundial padece hambre.

(Programa Mundial de alimentos de la ONU, 2004).

El BM y América Latina

En julio de 2004 la columnista de BBC Mundo –en castellano– Mariana Martínez anotaba que un informe del BM decía que se «debería conceder préstamos sólo a aquellos países que sigan al pie de la letra sus recomendaciones. O, lo que es lo mismo, que habría que restringir el acceso al crédito a aquellos que no aplican las políticas de reforma macroeconómicas sugeridas por el banco».

En el portal del BM puede leerse que son sus propietarios casi la totalidad de los países que existen, pero –eso sí– los cargos de dirección, y en suma el control del organismo, están en manos de EEUU y los países europeos. Recordamos que el B; se funda para contribuir a la reconstrucción europea tras la II Guerra Mundial. Lo que se logró en menos de una generación –biológicamente hablando de seres humanos–.

La propaganda da como un hecho que ello se debió al respeto irrestricto de los países devastados por los consejos y políticas recomendadas por el BM. Sin embargo, y como paradoja, es un hecho que los países latinoamericanos vienen obedeciendo los consejos y aplicando las políticas del banco y del FMI.

Anota Martínez: «la realidad muestra que todavía existen en la región 220 millones de personas que viven en la pobreza –el 43% de la población–, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)».

Y agrega: «más de 95 millones en la región no pueden ni siquiera cubrir sus necesidades básicas (alimento y vivienda). Ni hablar de las crisis económicas constantes que ha vivido la región, los problemas para pagar las deudas y un sin fin de dificultades más.

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«Países como Argentina, donde el BM y el FMI se sienten orgullosos de sus «buenas políticas», se han tenido que declarar en quiebra, la clase media ya casi no existe y los pobres son cada vez más en número. En el área urbana argentina, los pobres casi se duplicaron entre 1999 y 2002, pasando del 23,7% al 45,4% y la indigencia se multiplicó por 3, subiendo del 6,7% al 20,9%».

Sigue: «En Uruguay, país que fue considerado alguna vez la Suiza de América, el 15% de su población es pobre, y se llegan a ver casos de niños que mueren por desnutrición. Algo nunca antes pensado.

«La deuda externa latinoamericana, que en los años 80 fue motivo de crisis financiera, ascendía por esas fechas a unos US$ 320.000 millones, hoy ya está en US$ 830 mil millones, según datos de la CEPAL».

La situación no ha mejorado en los dos años transcurridos.

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Fuentes

– TV Azteca (www.tvazteca.com/hechos/archivos2/2006/3/126898.shtml)

– BBC Mundo (http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_3902000/3902383.stm).

El espectador de Bogotá www.elespectador.com.

Rebelión (www.rebelion.org.

– Portal del Banco Mundial http://web.worldbank.org).
– Archivo PdeL

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